Baroja y el árbol de la vida
EL ÁRBOL DE LA CIENCIA ·
'El árbol de la ciencia' muestra la naturaleza humana con descarnado realismo.Secciones
Servicios
Destacamos
EL ÁRBOL DE LA CIENCIA ·
'El árbol de la ciencia' muestra la naturaleza humana con descarnado realismo.El próximo día 28 se conmemora el 150 aniversario del nacimiento de Pío Baroja, circunstancia ideal para hablar del escritor y de la obra que inspiró el título de esta columna (gracias a Mario García). Pesimista, individualista, políticamente ambiguo, crítico ácido y mordaz, poco amigo ... de naciones y religiones, quizás por su visión vital científica y alejada del dogma. No en vano fue médico, aunque de vocación breve. El libro muestra la naturaleza humana con descarnado realismo. La Medicina no podía escapar a su análisis. Se huelen la facultad, la sala de disección o el cerebro 'viajero', como el de Einstein. Era el Madrid del cambio de siglo, pocos años antes del Nobel a Cajal en 1906, tras el cual Madrid vivió una época de esplendor científico que la convirtió en el epicentro del saber. Se hace eco de la pseudociencia, de la hostilidad entre galenos y de su falta de empatía. Hay descripciones precisas de la tuberculosis, la ascitis, la afasia, el delirio demente, los problemas del parto y la depresión.
Las conversaciones del protagonista con su tío son extraordinarias. Hablan de la dictadura científica y de los padres del materialismo (Epicuro, Hobbes, Kant, Schopenhauer). «Muerto el cerebro se acabó todo». Se suscita una cuestión todavía vigente: ¿Existe la realidad? ¿Es nuestro cerebro quien la crea? ¿Es solo un procesamiento de sensaciones y percepciones, de lo que nos llega a través de los sentidos? «Percibimos no de la manera más exacta, sino de la más económica, más ventajosa, más útil». También analizan el concepto de verdad desde la ciencia y la fe. Defiende la preponderancia del agnosticismo científico como motor del progreso sobre la utilidad de las creencias y los instintos como preservadores sociales. La ciencia modifica lo natural, algo que no gusta a los conservadores. La visión de la realidad y la verdad es extrapolable a la actual sociedad de la postverdad, el relato y el bulo. Como lo son el egoísmo, la protesta solidaria, la misoginia y la violencia machista, la trata de blancas y la prostitución, los toros y el animalismo, la religión, el racismo, personalizado en judíos y musulmanes a quienes se responsabiliza de todos los males, la pornografía «llegada de la libertina Londres», la profunda desigualdad desde la cuna, imposible de cambiar (el rico cada vez más rico, sano y fuerte; el pobre cada vez más miserable). Incluso la ley es diferente para unos y otros. Se enfrentan el conformismo biologicista, naturalista, determinista («el esclavo nace con el espíritu de la esclavitud, el pobre con el de la pobreza») y el redentor espíritu revolucionario.
Detesta el statu quo político de mochuelos (conservadores) y ratones (liberales). Se identifica con el anarquismo utópico y neocristiano como motor de la revolución social. Llamativo el caso de Alcolea, el pueblo donde ejerce de médico, que por su «falta de instinto colectivo» pasó de la riqueza a la miseria. Señoritos intocables y pobres resignados, con médicos diferentes. Resalta la figura de Fermín Ibarra, inventor que tiene que emigrar a Bélgica para que sus patentes puedan desarrollarse en laboratorios y empresas de las que España carece. Fuga de talento decimonónica que perdura. Es el «que inventen ellos» unamuniano que la chapuza de los PERTE condena a la eternidad, al menos en materia biosanitaria. Le desagrada la gente y se convierte en un ser antisocial, aunque el amor le hace feliz y le lleva a un estado de ataraxia, el paraíso del no creyente ¿Fue Baroja «un epicúreo, un aristócrata con algo de precursor» como el protagonista? Expone una visión negativa del ser humano y se pasea por lo peor de su condición. Es la crueldad universal que resiste el paso de los siglos e invita a pensar que tiene gran valor evolutivo. Por fortuna, la complejidad humana incluye otros valores y el mundo es cada día mejor. En la contraportada se dice que Azorín consideraba que en 'El árbol de la Ciencia' se halla mejor que en ningún otro libro el espíritu de Baroja. Un clásico muy actual para disfrutar en Navidad. ¡Zorionak!
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.