Beasain, ejemplo en Gipuzkoa del modelo de 'ciudad de los 15 minutos'

La villa vagonera pregona el pujante concepto que propone que la mayoría de las necesidades y servicios ciudadanos deberían estar a un máximo de un cuarto de hora andando o en bici

Jueves, 14 de septiembre 2023, 02:00

Tener todo a mano. A un máximo orientativo de 15 minutos andando o en bicicleta. El colegio, el centro de salud, la farmacia, la biblioteca, las tiendas de productos básicos, el supermercado, el parque infantil, el club del jubilado, una zona de paseo, deporte ... y ocio... Por comodidad para los ciudadanos, para fomentar un modo de vida saludable mediante el ejercicio físico en las rutinas diarias, y porque se impone cuidar el medio ambiente reduciendo en lo posible el uso del vehículo privado.

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Es la llamada 'ciudad de los 15 minutos'. Un concepto de planeamiento urbanístico desarrollado en 2016 por el urbanista y profesor en la universidad parisina de La Sorbona Carlos Moreno, que popularizó la alcaldesa de la capital francesa, Anne Hidalgo, y que ha cobrado pujanza a raíz de los confinamientos durante la pandemia de Covid al revelarse la conveniencia de que la ciudadanía tenga acceso a la mayoría de sus necesidades esenciales a poca distancia y tiempo.

Además de París, otras ciudades de diferentes tamaños se han subido a este carro y han modulado sus estrategias urbanísticas y de movilidad bajo la premisa de facilitar la vida al ciudadano. Desde grandes urbes como Barcelona, Roma, Buenos Aires, Melbourne o Singapur –además de París–, a otras de tamaño medio como Utrecht, Dublín, Edimburgo, Ottawa o Milán, e incluso localidades más pequeñas equiparables a varios municipios guipuzcoanos como Eugene (EE UU), Hailsham (Reino Unido), o Pontevedra.

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En Euskadi el modelo más citado es Vitoria, gracias a iniciativas de años pasados como su 'anillo verde', la configuración del barrio de Zabalgana siguiendo el modelo de 'supermanzana', o su denominación como capital verde europea.

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A clase y de fiesta en bici

Pero también en Gipuzkoa hay ejemplos. Como el de Beasain, donde sin llamar tanto la atención, ya es habitual ver cómo los estudiantes acuden a clase en bicicleta, incluso en días bajo amenaza de lluvia como el de este miércoles; los bidegorris se llenan con vecinos que acuden a sus quehaceres diarios pedaleando o en patinete; o incluso los jóvenes se sirven de las dos ruedas cuando salen de fiesta para acercarse al centro y regresar más rápido a casa.

El primer teniente de alcalde de Beasain y presidente de la Comisión de Territorio, Adur Ugartemendia (PNV), explica que el municipio lleva tiempo haciendo «un gran esfuerzo para incentivar un cambio de hábitos entre los vecinos», de modo que cambien el coche por los desplazamientos a pie o en bici.

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Para ello se ha configurado una red de bidegorris «cómoda y funcional», y se ha aumentado la cantidad de plazas para aparcar bicicletas, entre otras inversiones para «hacer más cómodo el día a día de los vecinos». Aun y todo, y aunque admite que «son muchos los beasaindarras que ya usan la bicicleta o el patinete en su vida cotidiana, como los estudiantes que van al instituto», lamenta que «todavía hay quien coge el coche para ir a 100 metros a coger el pan o ir al polideportivo».

«Bidegorris, plazas para bicis... Se ha hecho un esfuerzo para facilitar el adiós al coche»

Adur Ugartemendia

Edil de Beasain

«Hemos avanzado pero aún hay quien va en su vehículo al gimnasio o a por el pan; aún queda trabajo de concienciación»

Por ello promueve iniciativas de concienciación, análisis y debate en materia de movilidad y urbanismo sostenible. Como la jornada que este jueves se celebra en Igartza Jauregia de Beasain dentro de los Cursos de Verano de la UPV/EHU que, bajo el título 'Claves de la movilidad del mañana', busca reflexionar sobre la necesaria transformación del espacio público de las ciudades para adaptarse a la crisis climática y los nuevos modelos de transporte sostenible; analizar las últimas tecnologías y los nuevos retos en materia de movilidad; y exponer los distintos proyectos por los que apuesta Euskadi para testar la movilidad inteligente y conectada.

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El 74% del CO2, por transporte

El edil y director del curso subraya que una de las conclusiones emanadas de los análisis realizados para elaborar el Plan municipal de Energía y Acción contra el Cambio Climático era que «el 74% de las emisiones de CO2 de los beasaindarras está ligado a la movilidad». «Reducir el uso del coche es básico para reducir la contaminación, fomentar el ejercicio físico y ganar calidad de vida. Pero para ello las instituciones tenemos que hacer fáciles los desplazamientos a pie o en bici, y concienciar a la ciudadanía».

Admite que la orografía de Beasain, prácticamente llano, «facilita el proceso», pero llama la atención sobre que «por muchas inversiones que se hagan o tecnología que se desarrolle, no sirve de nada sin la implicación ciudadana y un cambio de hábitos personales». «Y en ese camino, pienso que en este caso la institución va por delante del necesario cambio de los hábitos ciudadanos», lamenta.

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Proximidad, diversidad, densidad y ubicuidad son las bases para aplicar este esquema en las ciudades

En el curso, el concepto de 'ciudad de los 15 minutos' será uno de los protagonistas. El principio que lo rige es el de «un asentamiento urbano en el que todos los servicios necesarios para la vida diaria estén a 15 minutos o menos, a pie o en bicicleta». Sus principales objetivos son la reducción de emisiones y de ruido, recuperar el «tiempo vital» que se gasta en los desplazamientos diarios, fomentar un estilo de vida más activo y saludable, crear lugares de encuentro y cohesión social en los barrios y pueblos, y aprovechar los espacios para actividades de acuerdo al tiempo de las personas.

Su aplicación se basa en cuatro principios básicos: proximidad, diversidad (de usos del suelo y de usuarios), densidad (de vivienda y de servicios) y ubicuidad. Y se caracteriza principalmente por: el crono-urbanismo, la cronotopía y la topofilia. El crono-urbanismo es la relación entre el espacio urbano y el tiempo, buscando que el ritmo de las ciudades sigan a las necesidades de las personas y no a los obligados desplazamientos en automóvil. La cronotopía se refiere a recuperar los espacios construidos y que estos sirvan para funciones diferentes, adaptadas al tiempo y actividades de las personas. Por ejemplo, el uso de los patios de las escuelas en París para actividades de la comunidad por las tardes o fines de semana cuando antes permanecían cerrados. Por último, la topofilia se refiere al amor por los lugares, buscando crear espacios de convivencia, cohesión social y sentido de pertenencia.

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