Tomar la iniciativa está sobrevalorado. Lo que importa es la eficacia. O sea, rematar la jugada. Hay que precisar qué tipo de iniciativa y qué grado de eficacia. Pero no vamos a marear la perdiz. Dirás que entre Junqueras y Puigdemont no sabemos quién ha ... llevado la iniciativa y quién ha quedado como Cagancho en Almagro. Difícil me lo pones. Junqueras se ha comido tres años en el trullo (hay que ser gafe, tío) Puigdemont se pira en el maletero del coche y vuelve como dueño del cortijo. Eso es alfombra roja y no la del festival de Cannes. También te digo que ya no soporto una alfombra roja más. Oscars, Grammys, la Starlite, la Gala Met y ahora Cannes. El Gobierno, además de controlar bulos, debería prohibir la exhibición impúdica de la belleza y la felicidad ajena. Solo generan polarización y frustraciones. Qué necesidad hay de ver a celebrities relajadas y sonrientes paseando palmitos y modelazos. ¿Estamos o no estamos en un gobierno social-comunista? Manifiéstate Yolanda Díaz.

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Que yo sepa, la mejor iniciativa digna de un emprendedor avispado es la del falso obispo de Bilbao, Pablo de Rojas y su mayordomo, el cura que antes era coctelero. Ya veremos cómo rematan todos la jugada del business con las clarisas del convento de Belorado. De momento, las monjitas han despertado la fiera financiera que llevan dentro. Como la lechera del cuento, ya se ven con sus dulces y trufas cotizando en el Ibex.

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