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El carácter y la actitud lo son todo en la vida. Un ejemplo. Fíjate qué bien lleva la fatalidad José Luis Ábalos. Sigue siendo un hombre irónico, sonriente y cariñosón, pero nadie se ha fijado en eso. Hemos perdido la humanidad y no reparamos en ... los valores de las personas. Al primer tropezón nos lanzamos a la yugular, tío. En el fondo no soportamos que la gente progrese. Lo de progresar lo digo sin doble intención. No te equivoques, hay progres y progres. Lo que pasa es que somos súper competitivos y envidiosos. Va a tener razón el presidente del CIS. Dice Tezanos que criticamos todo lo que hace Pedro Sánchez porque es alto y guapo y le tenemos envidia. Ya te digo que en mi caso lo de la altura lo tengo superado hace décadas. Nunca me ha hecho falta medir más. Y de guapura, visto lo visto, virgencita que me quede como estoy.
A mí de Sánchez lo que me descoloca, por no decir me descojona, es su optimismo patológico. Vuelve de vacaciones bronceado, relajado, con su oufit impecable, se encuentra el cotarro hecho unos zorros y se pone a contar los Lamborghinis que hay en España. Y eso porque no quiere meterse con los Bugattis, los Maserati o los Rolls, que son más caros (me lo he mirao en la Wikipedia) Ya lo dice Antonio Banderas «En EE.UU cuando tienes talento, te aparece un patrocinador. En España, cuando tienes talento te aparecen tres envidiosos. Claro, por eso Sánchez se va a buscar la vida fuera. Aquí es un incomprendido.
El carácter y la actitud lo son todo en la vida. Un ejemplo. Fíjate qué bien lleva la fatalidad José Luis Ábalos. Sigue siendo un hombre irónico, sonriente y cariñosón, pero nadie se ha fijado en eso. Hemos perdido la humanidad y no reparamos en los valores de las personas. Al primer tropezón nos lanzamos a la yugular, tío. En el fondo no soportamos que la gente progrese. Lo de progresar lo digo sin doble intención. No te equivoques, hay progres y progres. Lo que pasa es que somos súper competitivos y envidiosos. Va a tener razón el presidente del CIS. Dice Tezanos que criticamos todo lo que hace Pedro Sánchez porque es alto y guapo y le tenemos envidia. Ya te digo que en mi caso lo de la altura lo tengo superado hace décadas. Nunca me ha hecho falta medir más. Y de guapura, visto lo visto, virgencita que me quede como estoy.
A mí de Sánchez lo que me descoloca, por no decir me descojona, es su optimismo patológico. Vuelve de vacaciones bronceado, relajado, con su oufit impecable, se encuentra el cotarro hecho unos zorros y se pone a contar los Lamborghinis que hay en España. Y eso porque no quiere meterse con los Bugattis, los Maserati o los Rolls, que son más caros (me lo he mirao en la Wikipedia). Ya lo dice Antonio Banderas: «En EE.UU cuando tienes talento, te aparece un patrocinador. En España, cuando tienes talento te aparecen tres envidiosos». Claro, por eso Sánchez se va a buscar la vida fuera. Aquí es un incomprendido.
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