No me ha durado nada la paz de espíritu que traía de mis bucólicas vacaciones rurales. La primera en la frente. Vuelves creyendo que es imposible que las cosas puedan ir a peor y te das de bruces con Puigdemont convertido en un mesías apocalíptico, ... un mago, un Houdini que aparece y desaparece. A mis soledades voy, de mis soledades vengo protegido por 300 mozos de escuadra.
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Es un cachondeo que no se puede ocultar ni aguantar. La peña ya no consigue evadirse ni en vacaciones por muchos atardeceres 'mágicos' y paellas de marisco que inmortalicen para mandarte luego por Wasap. Por cierto, dice Nicolás Maduro, que hay que hacer boicot al wasap. Una medida disuasoria que le habrá aconsejado Zapatero, su asesor de cabecera: 'Corta por lo sano, Nico, ni wasap ni leches'. Zapatero es un hombre polivalente y muy práctico. Ideologías y tonterías las justas. Mira, por ahí podríamos empezar a regenerar la democracia.
Estamos a las puertas de un nuevo paradigma y los indepes son los sumos sacerdotes de la nueva democracia a la carta. Esto va más allá de la erótica del poder, tío. En el independentismo hay una mística, una epopeya, una epifanía. Eros y Tánatos, Epi y Blas, Illa y Puigdemont. Hombres de fe elegidos por la divinidad progresista frente a un facherío obsesivo y recalcitrante. Pura estrategia mesiánica. Tú pensarás que nos toman por imbéciles. Puede ser. Pero también te digo que igual no se equivocan.
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