Dejamos el 2024 políticamente hecho unos zorros y empezamos el 2025 con las tracas de petardos vulnerando las leyes medioambientales. Están todo el día dando el coñazo con la contaminación climática y le dan por saco a la contaminación acústica. Los pobres perros desquiciados buscando ... agujeros donde meterse. ¿Qué pasa con la ley de bienestar animal? De la ley de Igualdad mejor ni hablamos. La retransmisión de las campanadas es un evento heteropatriarcal y está permitida la objetualización de la mujer. Las presentadoras, transparencias, descoques y brilli brilli. A nadie le importa lo que llevan sus socios. Petardos y petardas son todos y todas. Pero, tío habrá que reivindicar un poco la autoestima masculina. ¿No? ¿O qué?
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La ley del buen gusto, ni está ni se la espera. El país descarrila dividido entre La Pedroche y Lalachus. La una, disfrazada de vedette del Moulin Rouge utiliza su embarazo soltando un rollo vomitivo sobre la inocencia de los niños. La otra, exhibe una insultante imagen de Cristo en la televisión pública, para provocar una polémica artificial y perversa. Todo por desviar la atención, una vez más, del esperpento nacional que estamos tragando y tolerando. No sé lo que has pedido a los reyes magos. Yo llevo pidiendo 6 años la alternancia democrática. Hoy, por fin, me ha dicho Melchor que mi regalo es jodido de conseguir, pero llegará. Tarde, pero llegará. Calcula otoño del 2025 (sin rima). Ya sabes, lo bueno se hace esperar.
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