Vampiresas y vampiros

Dice Isabel Pantoja que cuando muera no quiere funerales ni tanatorios. Que nadie se entere que la ha palmao y que le dejen paz (nunca mejor dicho). Eso lo tiene claro. Otra cosa es la herencia. La ha cambiado más veces que el BCE los tipos de interés. La última visita al notario la hizo antes de su reciente gira por América para desheredar a sus hijos. Solo les ha dejado la legítima. Pero Kiko y Chabelita, que están muy curraos, la han rechazado porque no quieren heredar deudas. De acuerdo, no somos nada. Pero fíjate que me parece bien lo de morirse en el más luctuoso anonimato y pienso hacer lo mismo que la Pantoja. Aunque eso sí, no tengo deudas y todos mis bienes terrenales serán para mi vástago unigénito, que además hoy es su cumpleaños. ¡Felicidades Gorka!

Morirse da mucho yuyu, tío. Y los que más yuyu tienen celebran Halloween para exorcizar. No saben que disfrazarse de vampiro está muy out. Yolanda Díaz tiene razón; este país está cambiando y hay que actualizar conceptos. Nosferatu ya no mola. Lo más logrado del 'creepy show' es el traje de vampiresa que la líder de Sumar eligió para firmar el acuerdo de gobierno con Sánchez. Ese vestido 'midi', de un rojo entre Ferrari y carmín, ajustado, sin mangas, cuello barco. Yolanda, inagotable fuente de inspiración. Esta vez se quedó corta con el «querido presidente». Le falto tararear el «happy birthday», al más puro estilo Marilyn. No importa, seguro que habrá otra ocasión.