«Si esto pasa entre semana se puede liar una buena»

«Hay malestar, y es normal, creemos que esta carretera no da para absorber toda la cantidad de tráfico que va por la autovía», comentaban Iñaki y Maite, vecinos de este pueblo situado a unos 400 metros de altitud donde la nieve es habitual en invierno. Sin embargo durante el día de ayer el protagonista fue el granizo, que cubrió las calles y laderas de los montes de blanco. «Menos mal que hoy –por ayer– es sábado y no hay mucho coche, pero esto llega a pasar entre semana y se monta un lío... Y ya si hay camiones por la carretera ni te cuento», advertían.

A los hechos se remitían. Durante la jornada del sábado se pudieron ver circulando varios vehículos pesados pese a que su paso por esta vía estaba expresamente prohibido. «No hemos visto vigilancia de la Ertzaintza para impedir que pasaran», decían otros vecinos mientras señalaban un trailer que portaba coches y que intentaba dar la vuelta para volver a la autovía. «Vengo de Zaragoza y voy hacia Francia», explicaba como podía en inglés su conductor, que no sabía nada del cierre de la A-15 y le habían informado de que tenía que tomar la Autovía de Sakana (A-10) y la N-I para continuar con su ruta.

A quien también pilló por sorpresa el cierre fue a Didier y Elisa, dos ciudadanos franceses que volvían a Baiona desde Pamplona. «¿Cuánto tiempo va a costarnos el desvío?», preguntaban a quien escribe estas líneas, al no conocer la nueva ruta que tenían que emprender. Respiraron aliviados cuando se les informó de que solo tardarían en torno a 15 minutos más, eso si no hay complicaciones en la vía.

Los donostiarras Ander y Saioa, por su parte, sí que eran sabedores del corte y volvían tranquilamente por la GI-2130 tras pasar el viernes en Pamplona, donde disfrutaron de un concierto. «Un poco más de vuelta y listo», señalaban despreocupados.

Mientras tanto, en el Ostatu Ategi, uno de los pocos establecimientos hosteleros de la localidad, ayer se respiraba mucha tranquilidad, más de la habitual. «Por aquí suele pasar mucha gente a diario, gente del pueblo y otra que viene de paso. Pero en cinco años y medio que llevo aquí este es el primer sábado que lo veo tan vacío», comentaba Mari Jose Goikoetxea, camarera de este negocio.

¿El motivo? «La gente parece que se asusta por el cierre de la autovía y no se atreve a venir. Porque aquí los días que nieva suelen venir muchísimas personas, familias con niños... Pero hoy está raro». Esta trabajadora, que acude a su puesto de trabajo desde Pamplona, respiraba tranquila porque el corte en la A-15 no afecta al tramo Navarro, y en el guipuzcoano se mantiene habilitado el que conecta Leitza con Berastegi. «Pero los del pueblo sí están enfadados, se nota por los comentarios», indicaba Mari José, conocedora de los comentarios que se suceden a diario en el local.

En una mesa, el berastegiarra Ángel Treku comentaba que «lo que he oído es que puede ser un poco incordio y que igual afecta al pueblo». En el exterior del ostatu, Joxemi Zabaleta, vecino de Leitza, expresaba sus dudas sobre si la medida será efectiva. «No sé si acabará siendo una ratonera. Como solución no es la mejor. Aunque no lo parezca esta carretera tiene muchas curvas y con nieve no es la mejor alternativa», indicaba, a la par que expresaba su preocupación por el paso de camiones y la ausencia durante el día de ayer de quitanieves. «Había una entre Berastegi y Leitza parada, y no sé qué hacía parada. Yo no he visto pasar ninguna por aquí», denunciaba.

Otra vecina también temía cómo podría afectarle la situación a la hora de ir a su puesto de trabajo en Tolosa. «Al menos tendré que salir con una hora de antelación para llegar a tiempo», afirmaba resignada. «Nos armaremos de paciencia».