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Raquel Mendizabal y Ainhoa Muñoz
San Sebastián
Domingo, 16 de marzo 2025, 12:40
Vecinos de Usurbil caminan este domingo frío y soleado por el paseo cercano a la torre de alta tensión donde el pasado sábado ocurrió el ... fatal desenlace, con un menor de 11 años electrocutado que falleció ayer en el Hospital de Cruces debido a las graves quemaduras que sufrió. Y todos muestran una mezcla de indignación y consternación por lo sucedido. «¿Por qué la torre no estaba protegida?» es la pregunta que se hacen muchos de ellos tras comprobar que, en estos momentos, la estructura se encuentra cercada con un doble vallado de seguridad que en el momento de los hechos no estaba.
Pilar Goenaga, vecina del municipio, lamenta que la torre de alta tensión «no ha estado nunca vallada» y que «es muy fácil para subir desde la lógica de una escalera». «Siempre he pensado que si aquella tiene una protección -sostiene apuntando a otra torre similar cercana- por qué esta no tenía ninguna, y encima con escalera». Por ello, advierte de que todas «deberían tener una protección».
Hace unos días, Manuel Vázquez paseaba por el mismo camino, donde todavía se pueden apreciar por el suelo prendas de ropa quemadas, y asegura que ahí no había ninguna valla y nada alrededor que impidiese el acceso a la torre donde sucedió el electrocutamiento que ha acabado con la vida del menor. «No lo veo normal.... En Lasarte han puesto una torre del estilo y han puesto una valla para que la gente no pueda subir», apunta.
Dori Martín y Antonia Corrollero, por su parte, no tenían constancia de que el menor -que en el momento de los hechos estaba acompañado por su prima de 15 años- había muerto tras permanecer una semana hospitalizado. Y lamentan que haya podido ocurrir una tragedia así, mientras celebraban las bodas de oro de sus abuelos en un restaurante cercano, lamentan. «Esto tenía que estar súper protegido», coinciden. «La gente dice: ¿Ahora? Pues a buenas horas han vallado...», destaca Antonia Corrollero tras comprobar que la torre de alta tensión ahora sí cuenta con una protección para no poder subir por la escalera.
«Esto es una auténtica desgracia en la que tiene que haber algún culpable», sentencia por su parte otro vecino, Manu Ríos, minutos después de que una patrulla de la Ertzaintza se haya acercado al lugar donde el menor sufrió la descarga eléctrica.
En el mismo restaurante donde la familia del niño fallecido celebraba las bodas de oro de sus abuelos, a unos 300 metros de la torre de alta tensión, tomaban este domingo un aperitivo en la terraza los hermanos Josemari, Lourdes y Jon Ander Otegi. «¿Que se podía haber evitado? Sí», sostiene Josemari, mientras su hemana asiente: «Es triste lo que ha sucedido, un chaval de 11 años... Una pérdida que se podía haber evitado», señala.
Loli Telleria, por su parte, se ha mostrado absolutamente «consternada» tras conocer que el niño no ha podido superar las graves heridas. «En el pueblo la verdad es que la gente está muy angustiada por una tragedia así», continúa con voz compungida, mientras recuerda que el municipio ha sufrido otra reciente desgracia, tras el fallecimiento de Iñaki Pakea, el ciclista que fue arrollado por un camión. «Una angustia... además, los que tenemos nietos de esa edad...», se lamenta. «Es una tragedia bastante grande... Yo pienso que se podría haber evitado».
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