La itxaskabra junto al plástico que se encontraba en su interior

«No me esperaba encontrar una pieza de plástico del tamaño de una mano dentro del pez»

Un pescador submarino publica una imagen de un cabracho pescado en Deba con residuos en sus entrañas

M. Sansinenea

San Sebastián

Lunes, 6 de mayo 2024

Abrir un pescado para cocinarlo y encontrarse un plástico en su interior no es lo habitual, pero es lo que le pasó a Kani Ibarluzea, ... amigo de Iker Agirrezabala. Este último, a través de su cuenta de 'X' denunció la situación que se vive en Deba en relación a los plásticos y la fauna marina. La publicación, como destaca Agirrezabala tiene el objetivo de «concienciar a las personas del problema que existe».

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«Desde hace unos años hemos notado que cada vez aparecen más peces con plásticos en su interior», asegura, Agirrezabala, quien al igual que Ibarluzea practica la pesca submarina. Esta tendencia se acentúa cuando el protagonista de este tipo de historias es la Itxaskabra, animal que se nutre de mariscos y similares. Este pez, que espera a que pase por delante un cangrejo para comérselo es uno de los principales damnificados de una práctica irresponsable.

«El pez que cogió mi amigo tenía la tripa dura, algo habitual ya que consumen crustáceos mariscos y similares». No obstante lo que no se esperaba era encontrar una pieza de plástico «del tamaño de una mano». La itsaskabra, que pesaba un kilo confundió el plástico con una de sus comidas habituales. Pero este no es un caso aislado, ya que como afirma Agirrezabala, «es la primera vez que nos encontramos peces con plásticos en Deba».

Un problema que viene del río

Como es habitual, el inicio de un problema y sus últimas consecuencias están distanciadas. Esto mismo ocurre en Deba, donde los plásticos que acaban en el mar «vienen del río». «Si vas en tren de Deba a Elgoibar se ven los lados del río llenos de plásticos y árboles llenos de basura», asevera Agirrezabala, quien apenado denuncia que esta situación debe cambiar.

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Una basura que acaba llegando al río «a causa del viento». Como asegura Agirrezabala, «las personas de Eibar y Elgoibar quizás no son conscientes, pero los plásticos que se echan al suelo por culpa del viento acaban en el río y posteriormente en el agua».

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