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Urgente Las 10 noticias clave de la jornada

Para comprenderlo, hay que analizar sus rasgos psicológicos, comunes a ambos sexos. La estrategia de un líder populista es pintar un presente y un futuro desoladores por culpa de alguien o algo y explicarlo de un modo simple y con alto impacto emocional a una ... masa enojada a la que hay que polarizar y fanatizar. El populista es oportunista y aprovecha la desesperanza y la imagen de país «basurero en llamas», llamas que ellos mismos o sus medios afines se encargan de avivar. Es una persona fuerte, dura y dogmática. Plena de confianza, ni duda ni tiene escrúpulos para tergiversar, mentir y manipular. Es egoísta. El yo domina sus discursos. Y es supremacista: «nosotros somos mejores que los otros», en especial si los otros pertenecen a una minoría étnica, religiosa, política o cultural. Ofrecen soluciones sencillas a problemas complejos con una metodología muy burda: buscar un enemigo a quien culpar del deterioro de la situación económica y social. Los culpables son diferentes si se es de derechas o de izquierdas. Para el populismo de derechas es la inmigración que viene a robar el trabajo, recibir ayudas e imponer su cultura y valores morales. ¿Solución? Muros y aranceles. Para el de izquierdas es la élite económica que roba a los más pobres. No pestañean en convertirse en adalides de rancias tradiciones de corte religioso, militar y misógino o en erigirse en el Robin Hood de los desheredados y defender trasnochadas revoluciones totalitarias. Según convenga. Les une que aborrecen el actual sistema, la gran presa a abatir.

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diariovasco EL CEREBRO POPULISTA