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Cinco menores están siendo investigados por la Ertzaintza en Gipuzkoa por pedir material de contenido sexual a otros menores, también del territorio. Los ... agentes de la sección de Delitos Informáticos iniciaron este mismo año una investigación tras recibir varias denuncias, que han dado como resultado la identificación de los cinco chavales como autores de un presunto delito contra la libertad sexual, en este caso cometido a través de las redes sociales. Lo que resulta llamativo es que estos cinco casos, todos focalizados en el territorio, no tienen ninguna relación entre sí. «Ha sido una casualidad, que todos han sido en Gipuzkoa, pero se han dado en demarcaciones diferentes y no tienen nada que ver», asegura Iskander Segurola, jefe de las secciones centrales de delitos de las tecnologías de la información de la Ertzaintza.
No deja de resultar llamativo que en apenas unos meses se detecten en Gipuzkoa cinco casos de ciberacoso sexual con menores como autores, y aunque desde la policía autonómica reconocen que «no deja de sorprender que menores de edad cometan este tipo de delitos», también aseguran que «puede llegar a ser normal que aumenten los casos, porque vemos cómo la edad de introducción a las redes sociales de los niños es cada vez a más corta edad».
El caso ya está en manos de la Fiscalía de Gipuzkoa, aunque la investigación sigue abierta y los agentes se centran ahora en analizar el material incautado a los presuntos autores (móviles y ordenadores), por lo que desde la Ertzaintza rehúsan dar más datos sobre la misma. No obstante, Segurola explica que «no hay una gran diferencia de edad entre los autores y las víctimas».
Iskander Segurola
Jefe de Delitos Informáticos de la Ertzaintza
Su motivación, en este caso, no era la de la obtención de material pornográfico para su posterior difusión o venta, «sino para consumo propio». Los chavales se ponían en contacto con las víctimas utilizando perfiles falsos y tras mantener algunas conversaciones les solicitaban fotografías de tipo erótico. Una vez las recibían solicitaban imágenes de mayor contenido sexual, y si se negaban, les amenazaban con publicar el material que ya habían recibido. «Utilizaban cuentas secundarias con fotos de otras personas obtenidas de internet o incluso sin foto, con nombres falsos o 'nicks'. El chantaje no tenía una motivación económica, como vemos en casos de 'grooming', sino la de obtener más material».
El 'grooming' es el delito en el que pederastas se ponen en contacto con menores de edad y les engatusan para conseguir fotografías o vídeos de contenido sexual, en ocasiones haciéndose pasar por menores. «Es lo más habitual, aunque estamos detectando casos con menores autores, como estos», advierte el jefe de Delitos Informáticos de la Ertzaintza.
Respecto a estos adolescentes, Segurola cree que «no son realmente conscientes de que están cometiendo un delito, no lo ven así», y afirma que se sorprenden «cuando ven a una pareja de agentes en su casa, porque creen que todo lo que hacen en la red está anonimizado, tienen esa falsa creencia de impunidad y se sorprenden de que lleguemos hasta ellos». Por ello destaca la importancia de la labor divulgativa y de prevención que hacen en los colegios, donde cada vez imparten más charlas a alumnos de todas las edades, «no solo para evitar que sean víctimas de estos delitos, sino para que sean conscientes de que realizar este tipo de actos, independientemente de que sean menores, es delito». Aunque el mensaje «está calando», el uso de las redes está muy extendido y «es difícil llegar a todos». Y advierte: «Esto ocurre en todo tipo de familias, los padres se sorprenden muchísimo de que sus hijos hagan eso».
En estos cinco casos investigados en Gipuzkoa las denuncias se interpusieron en comisarías de la Ertzaintza del territorio por parte de las víctimas y sus progenitores. «Los padres conocen lo que ocurre o bien porque sus hijos se ven ya muy agobiados por el chantaje al que les están sometiendo y lo cuentan, o bien porque en una revisión de las redes los padres lo encuentran», explica el ertzaina, aunque lanza un mensaje a las víctimas. «Que sepan que un menor puede acudir a una comisaría a denunciar sin que esté acompañado por sus padres. Y también que sepan que solo el hecho de que alguien les pida una foto erótica ya es delito, no hace falta que la manden para que sea un hecho delictivo». También les advierte de las fotos de un único visionado. «Hay maneras y herramientas de capturarlas».
Uno de los objetivos de la Ertzaintza es reducir la enorme cifra negra que existe en estos casos, «porque las víctimas no lo cuentan por vergüenza». Por ello recomienda a los progenitores que instalen el control parental en el teléfono de sus hijos y que les muestren confianza para que acudan a ellos si sufren un caso así. «Y una vez que pasa, apoyarles, que se vean respaldados».
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