El cielo de Baiona se ilumina de farolillos por última vez

El cielo de Baiona se volvió a iluminar este sábado con la luz de miles de farolillos. Una multitud contempló en la ciudad labortada, entre ellos muchos guipuzcoanos, el mágico espectáculo prenavideño. Se esperaba una afluencia masiva y así fue. La previsión de tiempo esta vez era buena y la celebración de este acto no corría riesgos, al contrario de lo que ocurrió la pasada semana cuando se tuvo que suspender ante la lluvia y el viento sur. Así, muchos visitantes venidos de Gipuzkoa acudieron hasta Baiona para poder lanzar los faroles y disfrutar de las linternas junto al río Nive que ilumina la ciudad. Muchos se quedaron con las ganas el sábado pasado al cancelarse por el mal tiempo.

Aunque la cita tiene fecha de caducidad y se despide para siempre. este sábado fue el último día que se pudo contemplar la suelta de farolillos ya que, por razones medioambientales y de seguridad, se suspenderá a partir del próximo año, tal y como confirmó hace unos días el Ayuntamiento de Baiona. Las autoridades locales optaron por no volver a repetir más el espectáculo, ya que las luces pueden caer en cualquier lugar y pueden ser peligrosas, además de generar una gran cantidad de residuos.

Era la última oportunidad y nadie quiso perdérselo. Los turistas invadieron las céntricas calles de Baiona durante toda la jornada para disfrutar del ambiente navideño que se respira en la ciudad. Encontrar un sitio en los aparcamientos de la zona resultó tarea complicada a medida que avanzaba la tarde. Las casetas de madera del mercado artesanal que se colocan cada año junto al río eran un ir y venir de paseantes. Los bares, restaurantes y puestos de comida donde degustar gofres, talos o nougat de infinitas variedades se llenaron y, al igual que el fin de semana pasado, volvieron a repetirse las colas para montarse en la gran noria, instalada en la plaza de la Liberté, al lado del Ayuntamiento y que ofrece unas vistas impresionantes de toda la ciudad. Además, se le suma la llegada de Olentzero a Baiona por lo que se esperaba una avalancha de visitantes y por consiguiente, de vehículos.

Circular y aparcar por la ciudad hacía echarse a temblar, si bien el ayuntamiento había diseñado un plan especial de movilidad, acompañado de recomendaciones a la ciudadanía.

Sin duda, entre el sinfín de actividades navideñas que organiza la ciudad francesa, uno de los eventos que más público congrega cada año es el espectáculo de farolillos que iluminan el cielo nocturno. Debido a la marabunta, convenía acercarse con tiempo para hacerse con uno de los farolillos y encontrar un lugar privilegiado para contemplar este espectáculo de luces, que se ha convertido en la gran atracción de las Navidades en Baiona. Una vez dio comienzo la suelta, el cielo comenzó a llenarse de pequeños fogonazos amarillos y la ciudad quedó iluminada bajo la atenta mirada de cientos de personas. Nadie quiso dejar pasar la oportunidad y los espectadores inmortalizaron el momento con sus móviles.

La semana pasada las condiciones meteorológicas, en especial, la presencia de fuerte viento, llevó a las autoridades a suspender el lanzamiento –para entonces se habían vendido cerca de 12.000 ejemplares–si bien cientos de personas hicieron caso omiso a la prohibición y lanzaron los farolillos al cielo, algo que el propio alcalde de Baiona, Jean René Etchegaray, tachó de «inaceptable» y condenó este tipo de comportamientos.

Por desgracia para muchos, el acto quedará prohibido desde 2024 con la entrada en vigor de un decreto de la prefectura de los Pirineos Atlánticos. Baiona había logrado exenciones para poder celebrar este turístico evento que tiene lugar a mediados de diciembre, pero ya no hay vuelta atrás.

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