Una mujer trabaja en un laboratorio. GORKA ESTRADA
El árbol de la ciencia

La ciencia tiene nombre de mujer

La brecha de género en el ámbito científico y tecnológico se va reduciendo

Domingo, 11 de febrero 2024, 01:00

Hoy es un día para celebrar el trascendental papel de la mujer en el ámbito científico y para reivindicar la necesidad de aumentar su representación. Therese Jamaa, vicepresidenta de Huawei España, afirmó que esta brecha «no solo perjudica gravemente a las mujeres, sino a la ... sociedad en general». Es una realidad difícil de comprender porque «la tecnología es un factor que marca el futuro de los países». Por ejemplo, la digitalización ocupa un lugar preeminente en las agendas políticas y estrategias de crecimiento y modernización. Sin embargo, existe una carencia de profesionales (de ambos sexos, pero más de mujeres) con la capacidad digital requerida para cubrir la demanda. Es una debilidad de nuestro mercado que nos sitúa en una posición poco competitiva. ¿A qué obedece esta realidad? El mundo de la ciencia y la innovación es apasionante y, sin embargo, no se despiertan vocaciones, especialmente femeninas. Para Jamaa «los motivos de la escasa presencia de mujeres en los ámbitos tecnológicos y científicos son de distinta índole: cultural, social, económico». Su raíz original podría estar en el sistema educativo donde hay una menor presencia femenina en asignaturas de ciencia y tecnología (STEM). Según datos del Ministerio de Educación, solo un 25% de los estudiantes que deciden cursar estos grados son mujeres.

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El porcentaje cae en carreras como la de Informática y en el entorno de la Formación Profesional (FP). Como Jamaa sentenciaba «nos enfrentamos al enorme reto de atraer a las mujeres a las carreras STEM desde la infancia». De no hacerlo, tardaremos varias generaciones en equipararnos a países del entorno.

Hay una excepción a esta visión pesimista: el mundo bio que en una generación ha pasado a ser eminentemente femenino. Como muestra unos datos: El 80% de estudiantes de carreras relacionadas con las biociencias son mujeres. También lo son el 73% de las 110 personas que componen nuestra compañía, VIVEbiotech. Y el 63% de sus puestos directivos lo ocupan mujeres. El perfil es el de mujer joven con formación universitaria o grado de Formación Profesional (FP) en materia bio. Es la tónica general en centros de investigación, hospitales y empresas del sector. Comprender esta excepción puede ayudar a reducir la brecha de género en profesiones tecnológicas. La razón no parece estar en la dificultad de la carrera, en el salario o en la exigencia laboral y personal. El elemento clave podría ser el propósito. Aliviar el sufrimiento humano, bien sea directamente en un centro asistencial o indirectamente en una empresa que manufacture productos que contribuyan al diagnóstico y la curación de enfermedades, es un objetivo muy motivador. Además, este mundo se adapta a la revolución digital y tecnológica, combinando lo mejor de ambas en las nuevas terapias avanzadas que tienen un marcado componente de reto tecnológico. El entorno es igualmente importante. En nuestro caso, la proximidad de universidades, hospitales y centros tecnológicos actúa como catalizador de ideas con el fin de industrializar la buena ciencia biomédica que se hace y generar PIB y bienestar a través de una colaboración público privada precoz, leal y eficaz. Sentirse partícipe de un propósito tan hermoso y estimulante se traduce en pasión y relaciones humanas excelentes, dos intangibles que resultan esenciales en el desarrollo personal y profesional.

Queda trabajo por hacer, comenzando por erradicar mensajes profundamente arraigados en la mente colectiva, como que las mujeres son malas en matemáticas y ciencias o que son cuidadoras por naturaleza. La realidad desmiente estos tópicos (El único tópico cierto según todas las estadísticas es que sus calificaciones académicas son mejores que las de los chicos).

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La espléndida FP y la Universidad abren sus puertas a cualquier persona que quiera cumplir su sueño de participar activamente en la modernización del país y el progreso humano a través de la ciencia y la tecnología. El mundo bio es un ejemplo a seguir para mejorar la brecha y el techo de cristal de la mujer científica.

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