El conductor del atropello mortal en Lezo es un joven que vive en Gipuzkoa

El trágico suceso se produjo el lunes 5 de agosto sobre las 10.00 horas de la mañana, en el kilómetro 7 de esta vía de doble sentido que se ha convertido en un punto negro en Gipuzkoa, donde han fallecido ya seis personas en los ocho últimos meses. Un camión tipo furgoneta circulaba en sentido Errenteria cuando, a la altura del apeadero de Gaintxurizketa y del Hotel Errekalde situado junto a la carretera, atropellaba a una mujer de 73 años. La víctima quedó tendida en el suelo y el conductor continuó la marcha sin prestarle asistencia.

Los servicios de emergencia que se personaron en el lugar trataron de asistir a la víctima, que finalmente murió sin que pudieran hacer nada por salvar su vida. Al punto donde se produjo el accidente también se trasladaron agentes de la Unidad de Tráfico de la Ertzaintza, que custodiaron el cadáver hasta su levantamiento, y que regularon el tráfico por otras vías, ya que la GI-636 estuvo cerrada algunas horas.

Al mismo tiempo, la Ertzaintza abrió una investigación con el primer objetivo de dar con el conductor causante del siniestro. Horas después del accidente tenían identificado tanto el vehículo como a su conductor, pero aún no lo habían detenido.

No fue necesario. Según ha podido saber este periódico por fuentes judiciales, el conductor supo por los medios de comunicación que había provocado la muerte de una mujer y que estaban tratando de localizarle, por lo que él mismo se presentó de forma voluntaria en una comisaría de la Ertzaintza.

Según señalan las citadas fuentes, se trata de un joven de nacionalidad extranjera pero que reside en Gipuzkoa desde hace años, y que por tanto tiene arraigo en el territorio. Aunque se presentó en comisaría, no prestó declaración sobre lo ocurrido, por lo que la Ertzaintza le dejó en libertad en calidad de investigado por dos delitos: homicidio por imprudencia grave y abandono del lugar del accidente.

Por lo tanto el siguiente paso es que el conductor declare ante la autoridad judicial para dar su versión de los hechos, algo que por el momento no ha sucedido. Fuentes jurídicas explican que el procedimiento de este accidente mortal se está llevando por la vía normal y no por la urgente, por lo que no ha sido citado por el juzgado de guardia, sino que declarará ante el juzgado que lleva el caso, el de Instrucción número 1 de San Sebastián. En agosto los juzgados funcionan a medio gas, sin juicios y tramitando principalmente temas urgentes, por lo que podrían pasar días o semanas hasta que declare. El hecho de que el hombre se presentara en comisaría de forma voluntaria cuando tuvo conocimiento de lo que había ocurrido y demostrara su arraigo en Gipuzkoa son signos, señalan, de que no existe riesgo de fuga. Asimismo, no se han impuesto medidas cautelares, como pueden ser la retirada del pasaporte, la obligación de presentarse periódicamente en los juzgados o, la más drástica, el ingreso en prisión provisional.

El delito de homicidio por imprudencia grave se castiga en el Código Penal con penas que van de 1 a 4 años de prisión, mientras que el delito de abandono del lugar del accidente depende de la causa del accidente. Si este se produce por una imprudencia del conductor, el castigo va de los seis meses a los 4 años de cárcel, una pena acumulativa a la que se pudiera imponer por el delito de homicidio. En cambio si el accidente se produjera por un hecho fortuito, abandonar el lugar se castiga con penas de tres a seis meses de prisión.