El conductor que causó el accidente mortal de Lezo había consumido cannabis

El brutal accidente se produjo el domingo 3 de diciembre, sobre las 3.45 horas de la madrugada, cuando el coche en el que viajaba el conductor francés junto a dos amigos, un BMW 116, invadió el carril contrario por el que circulaban cuatro amigos guipuzcoanos en un Ford Orion, que recibieron un tremendo impacto frontal. Dos jóvenes murieron en el acto.

Ander, el conductor del vehículo, lezoarra de 22 años apasionado de los vehículos clásicos, que había adquirido su Ford para poder exponerlo en ferias o concentraciones. E Iñaki, un donostiarra de 20 años, de Altza, al que le gustaba el fútbol. En el coche también viajaba Saray, que resultó gravemente herida y fue ingresada en la UCI, y Oier, que tuvo que ser operado por las lesiones que sufrió. Los cuatro eran amigos de la infancia.

Tras el accidente el conductor del BMW fue sometido a un control de alcoholemia que dio positivo y arrojó una tasa de alcohol de 0,90 g/l en sangre. Por otro lado se solicitó una prueba toxicológica en orina, cuyos resultados han dado positivo en cannabis. Tras pasar a disposición judicial el joven ingresó en prisión preventiva en la cárcel de Martutene, donde tras ser valorado por parte de los servicios técnicos y médicos de la prisión donostiarra se le incluyó en el protocolo de prevención de suicidios, una medida habitual cuando se ingresa en prisión por delitos graves. Sin embargo, el 15 de diciembre el Juzgado de Instrucción número 1 de San Sebastián, que es el que instruye el caso, acordó la puesta en libertad provisional del conductor, después de que este abonase la fianza de 20.000 euros que se le había impuesto. No obstante se mantuvieron algunas medidas cautelares, como la obligación de presentarse quincenalmente en un juzgado de Gipuzkoa. Además, se le ha retirado el carnet de conducir.

La acusación particular que representa a una de las víctimas solicitó ampliar la fianza a 250.000 euros, y además ha pedido al juzgado que se realice la reconstrucción del accidente mediante un perito privado.

El grupo de amigos franceses volvía aquel domingo de madrugada después de haber pasado más de un día de fiesta en San Sebastián. Tal y como explicó uno de ellos en su declaración judicial, el viernes decidieron salir de Francia y viajar a Gipuzkoa para comprar tabaco, como hacen muchos ciudadanos galos por la diferencia de precio. Sin embargo llegaron tarde y los estancos ya estaban cerrados, por lo que decidieron quedarse en Donostia, donde estuvieron de fiesta todo el sábado, sin dormir, hasta que ya el domingo de madrugada decidieron regresar a casa.

Este joven reconoció que en ese tiempo bebieron alcohol, pero que cuando cogieron el coche estaban en buenas condiciones. Cuando circulaban por la GI-636, junto a la curva de la papelera de Errenteria, el conductor se salió de su carril y chocó con el coche de los guipuzcoanos, causando dos muertos.

Este suceso conmocionó a todos los vecinos de la zona de Donostia, Pasaia y Errenteria, donde hacían vida los dos fallecidos. Las muestras de dolor y cariño de sus familiares y amigos se sucedieron en los días después del accidente, tanto en la misma carretera como en los funerales y concentraciones que se hicieron en su recuerdo. «Son dos pérdidas terribles, estamos en shock. Eran unos chavales maravillosos», aseguraron.