Un cliente realiza un pago en la farmacia Areitio de Donostia, donde seguirán siendo obligatorias las mascarillas.
Coronavirus | Adiós a las mascarillas

«El que quiera usar el protector podrá hacerlo»

Farmacias, residencias o taxistas asumen la idoneidad de seguir utilizando el protector, mientras gimnasios o cines esperan volver a recuperar clientes

a. ansa / a. moyano / c. r. vidondo

Miércoles, 20 de abril 2022, 06:35

Euskadi da hoy un paso más hacia la ansiada normalidad con la retirada de la mascarilla en la mayoría de recintos cerrados con una combinación de celebración en aquellos lugares donde el cubrebocas pasará a mejor vida y un mensaje de tranquilidad y prudencia en ... aquellos otros donde seguirá siendo obligatorio su uso, como en farmacias, centros sociosanitarios y residencias de mayores, y transporte público.

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  1. Gorka Areitio | Farmacia Areitio

    «Estamos más tranquilos nosotros y los clientes»

En las farmacias de Gipuzkoa celebran que estos lugares sean una de las excepciones donde se seguirá manteniendo la mascarilla. «Mejor», asegura Gorka Areitio, de la botica Areitio de Donostia, porque «así están más tranquilos los clientes y nosotros mismos, que estamos muchas horas aquí». El cubrebocas, por tanto, continuará siendo una medida de protección contra la infección en un lugar donde «viene gente a pedir test de antígenos porque cree que está contagiada o directamente que ya sabe que se ha infectado porque sus padres o hermanos han dado positivo». En cualquier caso, el comportamiento de los clientes hasta ahora ha sido respetuoso portando la mascarilla cada vez que accedían al interior de la farmacia, y confía que así siga siendo aunque «desde que ya no se tiene que llevar en la calle siempre está el despistado al que se le olvida ponérsela». Lo que es un hecho, asegura Areitio, es que «se ha notado» un descenso en la venta de protectores desde que se anunció que iba a decaer su utilización en la mayoría de lugares. «Hay proveedores que han dejado de fabricarlas en ciertos colores».

  1. Juan José Calvo | Residencia Zorroaga

    «Las mascarillas ha venido para quedarse»

«Esperado» y «razonable». Así han acogido trabajadores de residencias de mayores el anuncio de la medida de tener que seguir portando el protector en los centros sociosanitarios. «Estamos todos los días en contacto con la población más vulnerable y se ha demostrado que es un elemento de prevención», explica Juan José Calvo, médico geriatra de Fundación Zorroaga, en Donostia. «Se entiende», añade, «que es un elemento preventivo, como pueden ser unos guantes o el propio uniforme de trabajo». En ese sentido, Calvo asegura que con el paso del tiempo puede que la normativa sea más laxa y «solo sea necesario llevarla puesta durante determinadas épocas del año». Hasta entonces, sin embargo, considera que el cubrebocas «ha venido para quedarse» en los centros sociosanitarios porque «la transmisión de enfermedades víricas es mucho menor, no solo del coronavirus, también en el caso de la gripe».

  1. Goyo Alias | Taxista

    «No queríamos quitarla por estar en un espacio reducido»

El taxista Goyo Alias acoge con normalidad la obligatoriedad de continuar usando la mascarilla en todo el transporte público. No es que solo estuviese «asumido» por parte del sector, sino que «no queríamos que se quitara. Trabajamos en un espacio reducido y es conveniente seguir usándola. Cualquier protección es bienvenida». Debido a ello, considera que esta medida no supondrá mucho cambio en el día a día de los clientes a partir de hoy, que «deberán seguir llevándola aunque sea en el bolsillo para ponérsela si quieren entrar en el coche». En todo caso, Alias espera que este sea un «periodo transitorio» para decir, dentro de un tiempo, el adiós definitivo al protector.

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  1. David Ramos | Gimnasio Onbide

    «Esperamos recuperar gente que se había marchado»

«Ya era hora un poco de normalidad», celebra David Ramos, propietario del gimnasio femenino Onbide de Donostia, donde a partir de hoy tantos usuarios como los propios trabajadores no tendrán que hacer uso de la mascarilla. «Era una faena llevarla puesta mientras hacías ejercicio, además de que no es bueno para la salud», expone mientras espera «recuperar gente que se había marchado y que no volvía por tener que utilizarla». Mientras tanto, Ramos admite que en el gimnasio se recomendará, «por lo menos durante estas primeras semanas», seguir portándola en zonas comunes como vestuarios, pasillos o recepción «porque hay gente mayor o embarazadas que vienen al gimnasio y por empatía. Aunque sin obligar a nadie a nada».

  1. Jaime Otamendi | Donostia Kultura

    «No percibíamos especial presión por retirarlas»

El responsable de la entidad donostiarra acoge con expectación el levantamiento de la mascarilla obligatoria en espectáculos cerrados. Y con sensaciones un tanto contradictorias. Por un lado, «no percibíamos una especial presión por quitarlas. Creo que el público y todo en general ya nos habíamos acostumbrado a llevarlas». Por otro, «es un dato incontestable que, desde el inicio de la pandemia, había descendido muchísimo el público de edad avanzada y así se había constatado en los conciertos de música clásica y en las representaciones teatrales. ¿Que el fin de las mascarillas retraiga a este tipo de espectadores aún más? Es algo que habrá que ver». Otamendi, que acaba de regresar de Londres en donde ha asistido a un concierto en el Albert Royal Hall, asegura que en la capital británica el público ya ha prescindido con naturalidad del tapabocas. En el caso de Donostia, «para nosotros siempre ha sido mucho más importante el levantamiento de las restricciones de aforos que la mascarilla». En cualquier caso, concluye, «el que quiera seguir llevándola podrá hacerlo».

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  1. Edurne Ormazabal | Tabakalera

    «Los espacios del centro en general son amplios»

La responsable del Centro Internacional de Cultura Contemporánea acoge positivamente la medida, desde la prudencia de quien reconoce «carecer de conocimientos científicos. Pero supongo que está bien porque si alguien con criterio lo ha decidido así, por algo será». Ormazabal cree que el usuario de Tabakalera había asumido con naturalidad el uso de mascarilla en todo sus espacios, «tanto expositivos, como en la sala de conciertos o en la de cine», así como en las zonas de ocio y, en este sentido, señala que el edifico cuenta con «espacios amplios» que minimizan los riesgos. No teme que la medida reste afluencia de público y recuerda que «quien por pertenecer a un colectivo de riesgo o se siente más sensibilizado al respecto puede seguir llevando la mascarilla».

  1. Iñaki Elorza | Cines Sade

    «Estamos ya en una nueva fase, era el momento»

«Es positiva al 100%, era la única restricción que nos quedaba desde hace dos años». Iñaki Elorza valora positivamente el fin de las mascarillas en las salas, aunque reconoce que «desde que se permite comer, ya había mucha gente que no la usaba. No va a ser tan diferente». Desde SADE aseguran que es probable que «un porcentaje de personas se sienta incómoda cuando la sala esté llena, pero también hay otro porcentaje que dejó de ir al cine por la molestia de llevar la mascarilla puesta». Elorza recuerda que su uso es voluntario y que «quien quiera podrá seguir llevándola». «Nada hará que volvamos a lo que teníamos pero estamos ya en una nueva fase, es momento de normalizar. La Semana Santa, los conciertos y la Korrika han sido ejemplos de ello», asegura.

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  1. Xabier Lasaga | Aquarium

    «Estamos a expensas de leer la letra pequeña del decreto»

Desde el Aquarium el mensaje que quieren transmitir es de cautela. «Estamos a expensas de leer la letra pequeña del decreto, preferimos ser cautos y no hacer declaraciones». En concreto, desde el museo lo que más preocupa es conocer antes qué recomendaciones dicta el texto y si existe algún tipo de advertencia en relación a los grupos grandes o a los que pertenezcan personas de edades más avanzadas. Lasaga confía en que, con esta medida, «la gente se va a animar más».

  1. Álex López | Sala Dabadaba

    «Adelante quien la quiera usar. Los brotes no serán por esto»

López considera que «no hay mucho que decir». Se trata de una restricción que poco a poco se había ido difuminando, «porque en general ya casi nadie la usaba en ningún sitio, ¿no? Exceptuando en los autobuses, que la mitad de la gente la lleva mal puesta...». El ambiente en Dabadaba «desde febrero» ya se parece bastante a lo que había antes de la pandemia y tanto «los conciertos como los clubs están funcionando muy bien». Eso sí, asegura que «quien la quiera usar, adelante. Si surgen brotes no será por esto».

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  1. Mikel Román | Sala Doka

    «Era difícil mantener las mascarillas puestas»

Las sala del Antiguo considera que ya está volviendo la normalidad. «De los últimos cuatro conciertos que hemos hecho en abril, tres los hemos llenado y hemos tenido cola para entrar». Mikel Román siente como un alivio el fin de las mascarillas en interiores pues, «aunque en los conciertos sí se usaban más, por las noches con la consumición en la mano ya era muy difícil verlas puestas. Nos va a dar más tranquilidad y libertad a la hora de trabajar». Usa como ejemplo el de la restauración, donde la mascarilla «se usa para entrar y pedir, pero una vez sentados en la mesa, nadie la usa. La ley seguía en pie, pero no se usaban. En las salas no tiene por qué ser diferente«.

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