Alimentación, sueño y ejercicio constituyen los pilares de la salud. El ejercicio físico es una magnífica estrategia para vivir más y mejor, previniendo y mejorando la evolución y el pronóstico de ciertas dolencias como el cáncer, las cardiopatías, el ictus y las enfermedades mentales. Las ... enfermedades neurodegenerativas no son una excepción. Un reciente análisis de 649.605 personas con una edad media de 61 años seguidas durante 9 años ha mostrado que el riesgo de contraer alzhéimer se reduce de manera proporcional a la forma física. Las personas en forma tenían un 30% menos de riesgo que las que tenían un peor estado físico. La mejor noticia es que la situación es dinámica y a medida que se mejora la capacidad física, se reduce el riesgo. La limitación del estudio es que casi todos eran varones blancos veteranos de guerra por lo que los resultados no pueden generalizarse.

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No obstante, la enfermedad que recibe al ejercicio con los brazos abiertos es el párkinson, que mañana conmemora su Día Mundial. La enfermedad de Parkinson (EP) afecta sobre todo al movimiento y el ejercicio puede desempeñar un papel sintomático y protector. A través del primero, mejora los síntomas y gracias al segundo podría suavizar la progresión de la enfermedad. El pasado año alabamos el pingpong y el boxeo por sus efectos beneficiosos en el tiempo de reacción y de ejecución del movimiento. Hoy nos hacemos eco de un estudio japonés que ha controlado durante 6 años a 200 personas recién diagnosticadas de párkinson. Han encontrado que la realización de 1-2 horas de ejercicio moderado o vigoroso dos días a la semana ralentiza la progresión de la enfermedad y previene el desarrollo de deterioro cognitivo. Los autores recomiendan el ejercicio como un fármaco más.

La meta de andar 10.000 pasos puede ser irreal para muchos y llevar al desaliento

Cualquier ejercicio vale. Varíe, combine varios y, sobre todo, disfrute con ellos sin agotarse

La EP solo afecta a seres humanos (puede afectar a animales si se les administra alguna toxina, pero no de forma espontánea). Un trabajo de los neurólogos Espay y García Ruiz que busca las raíces del párkinson en el contexto de la evolución humana, sugiere que la exclusividad obedece a la masiva influencia de la vía nigroestriada dopaminérgica en el control de la motricidad humana. Esta vía es la que degenera en el párkinson. Además, los autores constatan que la prevalencia de la EP ha ido aumentando a través de los siglos. Si se compara con nuestros ancestros cazadores recolectores, este hecho podría atribuirse al envejecimiento de la población y al seguimiento de un estilo de vida poco saludable, en especial muy sedentario. No obstante, esta interesante hipótesis que subraya el valor de la actividad física, no descarta la influencia de factores genéticos o de cambios medioambientales en el origen de la enfermedad.

Mantenerse físicamente activo no es tan complicado. No hacen falta los 10.000 pasos; basta con moverse con frecuencia. Además, la meta de andar 10.000 pasos puede ser irreal para muchos y llevar al desaliento. Este número mágico, universalmente adoptado, viene de los Juegos Olímpicos de 1964 y se le añade la coletilla de que cuenta con el aval de la OMS. En realidad, la OMS insta a la población a abandonar el sedentarismo y a hacer ejercicio, sin fijar una cantidad determinada. Un estudio reciente midió los pasos dados a la semana por 16.700 mujeres mayores de 71 años. Después de evaluar su salud durante más de 4 años, se constató un descenso del 40% en la mortalidad entre las que caminaron 4.400 pasos diarios respecto a las que anduvieron 2.700. La mortalidad era aún menor si se daban 7.500 pasos. Un dato relevante: ni la intensidad de la caminata ni andar más de 7.500 pasos influyeron en el resultado. Es decir, lo realmente importante es evitar el sedentarismo incluyendo el ejercicio moderado y regular en los hábitos de vida (2.700 pasos al día más la movilidad propia de la realización de las actividades cotidianas). Alguien se preguntará qué ejercicio es el más adecuado. Cualquiera, pero varíe, combine varios y, sobre todo, disfrute con su realización sin agotarse. Ande, corra, baile, haga gimnasia, nade, etc. Todo menos estar quieto.

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