El crimen de Aintzane Pujana llega a juicio

Una pareja de 24 y 23 años cuando ocurrieron los hechos, en enero de 2021, se expone a la primera prisión permanente revisable que solicita la Fiscalía de Gipuzkoa

Lunes, 23 de septiembre 2024

El primer gran juicio del recién iniciado curso judicial ha arrancado esta semana con la conformación del tribunal del jurado –nueve titulares y dos suplentes– que juzgará a los dos jóvenes acusados de retener, prostituir y asesinar a la donostiarra de 32 años Aintzane Pujana. ... Ambos procesados, un chico y una chica de Errenteria que tenían 24 y 23 años cuando tuvieron lugar los hechos, entre el 1 y el 2 de enero de 2021, se enfrentan a la primera condena de prisión permanente revisable que solicita la Fiscalía de Gipuzkoa, en este caso por el delito de asesinato. Por la acusación de detención ilegal les reclama cinco años de prisión; y por el de prostitución, tres años y seis meses. La vista oral, propiamente dicha, tendrá lugar entre los lunes 30 de septiembre y 21 de octubre.

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Se trata de uno de los crímenes más sensibles y terribles de los últimos años. Por las circunstancias que lo rodearon y la propia víctima, una mujer sin una sólida red de apoyo que habría sido obligada a ejercer la prostitución antes de sufrir una muerte violenta. La concurrencia de ambos hechos, de los que se acusa a dos veinteañeros, es lo que ha llevado a la Fiscalía a pedir la prisión permanente revisable. «El asesinato conlleva un delito contra la libertad sexual», que es uno de los delitos «de excepcional gravedad» que contempla el Código Penal para poder aplicar la máxima medida de privación de libertad existente en el Estado, según explicaron fuentes de la Fiscalía a este periódico para argumentar su reclamación en marzo de 2023.

Aintzane falleció la madrugada del 1 al 2 de enero de 2021, tras una discusión mantenida con la pareja acusada de haberla matado. Según el escrito de acusación formulado por el Ministerio Público, los tres vivían de alquiler en un agroturismo de Aizarnazabal, al que la víctima se había mudado unas semanas antes junto a los procesados. La donostiarra estaba «siendo explotada en calidad de proxeneta por el acusado», y la noche de Año Nuevo, sobre las 23.00 horas, fue requerida para un servicio sexual en un domicilio de Azpeitia. Aintzane «se negó a cumplir» con este requerimiento, y fue el detonante de su final.

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«Para vencer su resistencia», el encausado le «arrebató» su perro y metió al animal en el interior de su coche, un Volkswagen Passat, dándole a entender a la chica «que podía causarle algún daño» a su mascota si no accedía a la cita sexual. En un principio Aintzane cedió, y los tres adultos se desplazaron al domicilio del supuesto cliente. Al llegar, la donostiarra «volvió a negarse». Como represalia, el varón «le quitó» sus dos móviles, y condujo «hasta una pista forestal». En un momento de la noche, detuvo la marcha, «sacó a Aintzane por la fuerza del vehículo» y pidió a la otra acusada que la golpeara en la cara, «cosa que hizo». La víctima sufrió la rotura de los huesos propios de la nariz, inflamación en ambos ojos y varias heridas en los brazos, «fruto de los intentos de defenderse».

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La chica acusada declaró que había actuado bajo la coacción del varón, que se negó a testificar nada en la comisaría y en el juzgado

A continuación, siempre de acuerdo con la acusación pública, los tres regresaron al domicilio en Aizarnazabal, donde maniataron a Aintzane con unas bridas, le cubrieron la cabeza con una toalla y el acusado trató de estrangularla con una brida y sus propios pulgares. La pareja, sin embargo, fue «incapaz de comprobar si habían conseguido su objetivo de matar a Aintzane», por lo que el chico pidió a su compañera sentimental que trajera un cuchillo, de casi trece centímetros de hoja, con el que «asestaron varias puñaladas en el cuerpo» de la víctima, «sin que Aintzane pudiera defenderse». Una de las puñaladas afectó a la arteria aorta abdominal de la mujer, que sufrió «un shock hipovolémico» y la consiguiente parada cardiorrespiratoria que acabó con su vida.

Identificados horas después

Según la reconstrucción de los hechos efectuada durante la investigación, los presuntos homicidas cargaron en el coche el cuerpo de la víctima, y lo arrojaron en una zona de matorrales del barrio de Etxabe, junto al río Urola, a unos 500 metros del agroturismo. Acto seguido, «trataron de deshacerse de la ropa de la víctima». Probablemente arrojándola al mar. Era plena pandemia, y el toque de queda establecido por el Gobierno Vasco impedía estar en la calle sin justificación más allá de las 22.00 horas. Por ello, una patrulla seguridad ciudadana de la ertzain-etxea de Zarautz los identificó en un pequeño aparcamiento de la N-634 entre Zumaia y Getaria junto a la línea de costa. La pareja viajaba con un perro que luego resultó ser la mascota de Aintzane.

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Horas después, los dos jóvenes fueron captados por las cámaras de seguridad de un supermercado de Tolosa cuando pagaban en la caja. Habían comprado productos de limpieza como lejía, amoniaco y toallitas húmedas, que presuntamente emplearon para «limpiar la escena» del crimen y el interior del coche donde habían trasladado a la víctima, a fin de eliminar pruebas que los incriminaran.

Para entonces, el día 1 de enero, la pareja de Aintzane había denunciado su desaparición en una comisaría de la Ertzaintza, por lo que la foto y los datos de la mujer fueron incluidas en el fichero de personas desaparecidas. El último paradero del que se tenía constancia de ella era Aizarnazabal.

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El 4 de enero, dos días y varias horas después de los hechos, dos operarios que retiraban basura junto al río Urola hallaron el cadáver de una mujer que tenía las manos atadas con bridas. La comitiva forense constató que presentaba al menos seis heridas de arma blanca. Horas después se pudo comprobar que el cuerpo era el de la mujer desaparecida.

Las pesquisas de la Ertzaintza apuntaron ya hacia los compañeros de vivienda de Aintzane. Cuando los agentes del Servicio de Investigación Criminal Territorial de la Policía vasca fueron a interrogarles, ambos mostraron una actitud colaborativa durante el registro del agroturismo y su vehículo, aunque ella precisó que la donostiarra se había marchado de casa el día 1 y no habían vuelto a tener noticias suyas. Tal como señalaron fuentes policiales a este periódico, la unidad de Inspecciones Oculares de la Ertzaintza hubo de esmerarse para hallar restos biológicos de Aintzane tanto en la casa como en el coche.

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Curiosamente, en el mismo agroturismo de Aizarnazabal, la madrugada del 1 de enero se había celebrado una fiesta ilegal para cerrar la Nochevieja, lo que motivó la intervención de la Policía vasca, que identificó en el establecimiento a 20 jóvenes de Urola Kosta. Todos ellos fueron interrogados después con motivo del crimen, pero todas las evidencias se circunscribían ya a la pareja.

La noche del crimen, una patrulla de la Ertzaintza identificó a los encausados junto al mar por saltarse el toque de queda de la covid

La Ertzaintza no quería dejar cabos sueltos y, tras registrar el domicilio de los sospechosos, inspeccionó el pequeño aparcamiento de la N-634 donde ambos habían sido sorprendidos la madrugada del día 2, un acto rutinario que fue clave en la investigación. Bingo. En los alrededores hallaron la tarjeta Mugi de la víctima y unas bridas sin usar idénticas a las que se habían utilizado para maniatarla. Los investigadores sospechan que el cuchillo empleado en el crimen fue lanzado al mar.

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El 12 de enero, varias patrullas interceptaron a la pareja cuando caminaban a casa, y fueron detenidos. Ambos tenían antecedentes por diversos delitos realizados conjuntamente. En noviembre de 2020, la Ertzaintza intervino en otro agroturismo de Donostialdea donde los dos habrían estado explotando sexualmente a otra mujer, esta de 35 años, a la que pegaban si se negaba a sus exigencias. El viernes 15, pasaron a disposición judicial. Ella declaró que todo lo que hizo fue coaccionada por él, que se negó a testificar. La jueza del Juzgado de Instrucción número 1 de Azpeitia decretó su ingreso en prisión sin fianza, por homicidio, retención ilegal y explotación sexual de Aintzane Pujana. Saldrán de la cárcel para comparecer en la vista oral.

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