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Lara Ochoa, Oskar Ortiz de Guinea y j. f. bienzobas
San Sebastián
Sábado, 7 de mayo 2022
«Mendikute, Mendikute». Estas fueron las últimas palabras que pronunció Arrate Elkoro antes de morir. Minutos antes había recibido cuatro cuchilladas tras abrir su estanco en Elgeta. Herida de muerte, tuvo tiempo de gritar el nombre de su agresor, un vecino de la localidad que acababa de salir de prisión. El terrible crimen tuvo lugar hace 20 años en la pequeña localidad del Alto Deba.
Jueves 09.05.2002 | 09.15 horas (Elgeta): Como cada mañana, Arrate Elkoro Telleria, de 60 años, sale de su vivienda, en el caserío Uriburu, y se dirige paseando con su perro, un yorkshire, hasta su estanco, ubicado en el 18 de la calle San Roke, en unos soportales.
Escena del crimen, pocos minutos después: Aitor Mendikute había estado en el ayuntamiento para entrevistarse con la asistente social. Al no encontrarla, se dirigió al estanco a por tabaco. Varios testigos dicen que llegó a hablar con Arrate mientras ella levantaba la persiana. Nadie sabe por qué de repente él, de 1,90 de altura, ataca a la estanquera con una navaja en el interior del comercio.
Herida de muerte, grita el nombre de su agresor: Arrate Elkoro, herida de muerte, grita y pide ayuda. Toca el timbre de su amiga Miren, pero no está en casa. Cruza la calle hasta el hotel Elgeta, a diez metros. Allí repite el nombre del agresor: «Mendikute, Mendikute... ay ama!». Camina con dificultad hasta el mostrador, donde apoya sus manos antes de desplomarse delante del propietario del establecimiento. Tras ser atendida en el lugar por el médico de la localidad, es trasladada al hospital de Mendaro donde fallece.
La huida de Mendikute: Tras el crimen, Mendikute se dirige a pie por caminos forestales -que el propio agresor reconoció después «conocer muy bien»- hasta Eibar. Allí coge un tren hasta Donostia, donde permanece escondido cuatro días en una zona boscosa detrás de los cuarteles de Loiola.
Viernes 13.05.2002 | 12.00 horas (Donostia): El asesino acude a la sucursal de Caja Laboral en Egia. Pide casi mil euros en el mostrador y es reconocido por los empleados, que dan el aviso discretamente. La Ertzaintza había distribuido fotografías de Mendikute en todas las sucursales ya que cobraba el paro a partir del día 10 de cada mes. Los investigadores sospechaban de que necesitaría efectivo porque apenas llevaba dinero encima cuando cometió el crimen.
La detención: Tras retirar el dinero en ventanilla, Mendikute acude a la tienda de artículos deportivos Mendiola, ubicada también en Egia. Quería comprar unas botas de monte, pero para entonces el dispositivo para su detención ya se había puesto en marcha. De hecho, no tuvo tiempo de finalizar sus compras. Dos agentes de paisano de la Ertzaintza entraron al comercio y procedieron a su arresto.
La detención: En comisaría, Aitor Mendikute confesó su participación en el asesinato. Dos años después del crimen, la Audiencia de Gipuzkoa le condenó a 23 años de prisión (20 por asesinato y tres por robo). Este otoño saldrá en libertad.
AUX STEP FOR JS
Así siguió hace 20 El Diario Vasco este caso:
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Ángel López | San Sebastián e Izania Ollo | San Sebastián
Fermín Apezteguia y Josemi Benítez
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