![La cuesta de enero: 5 o 10 céntimos más por el pan y un café](https://s3.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/2024/01/13/90752030-U1904837907233dG--1200x840@Diario%20Vasco.jpg)
![La cuesta de enero: 5 o 10 céntimos más por el pan y un café](https://s3.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/2024/01/13/90752030-U1904837907233dG--1200x840@Diario%20Vasco.jpg)
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Céntimo aquí, céntimo allá, las vueltas del pan, el café o la caña cada vez son más reducidas. El principio del año suele ser el punto de inicio de nuevas subidas y los consumidores notan ya el alza de precios a la hora de comprar el pan, tomarse un pintxo o sentarse a comer el menú del día. La escalada de las materias primas y un sinfín de gastos –las nóminas de los empleados, el alquiler, las facturas de electricidad...– han provocado que los costos para los negocios también se disparen. Y mientras algunos intentan asumirlos de su propio bolsillo, la mayoría de panaderías y establecimientos hosteleros guipuzcoanos se han visto obligados a tener que subir el precio de cafés, cervezas, refrescos y pintxos, «porque los márgenes cada vez son más ajustados y no da», coinciden los hosteleros consultados por este periódico, que aplican desde comienzos de enero incrementos desde 10 céntimos en estos productos y hasta un euro en el caso de los menús del día. Según afirman, estas subidas resultan «inevitables» para mantener equilibrada la balanza entre gastos e ingresos. Por otro lado, entre la clientela se «entiende» esta subida, según comparten, pero también hay quien ha puesto los ojos en blanco cuando el desembolso por un café con leche ha alcanzado los 2,80 euros.
Tortilla de patata El coste medio del pintxo favorito va desde los 2,10 a los 2,50 euros. También sube 10 cts.
Café con leche 10 céntimos más: casi todos los bares han aplicado esta subida. Precio medio: 1,60 euros.
Cerveza Los zuritos cuestan entre 1,50 y 1,60 euros la unidad y las cañas, entre 2,50 y 2,60.
Vino El vino del año se mantiene de momento en 1,50 euros a la espera de los incrementos.
En el restaurante Esparru de Donostia han establecido subidas «muy controladas» ya que la clientela «es muy de diario». De hecho «nos vienen preguntando '¿aún no habéis subido los precios? Si por ahí ya están cobrando los cafés a 1,60 euros'», comenta José Juan Lujambio, el dueño de este negocio, que agradece que los clientes «entiendan» estos incrementos. Así, desde esta semana, un café ahora cuesta 10 céntimos más en este local, que pasa de 1,50 a 1,60 euros; al igual que los pintxos y la cerveza, que suponen un gasto de 2,30 euros y 2,60 euros respectivamente. Los bocatas suben algo más, 20 céntimos, y «el menú del día, a 15 euros, se queda de momento como está», afirma este hostelero, que señala cómo «los márgenes se han ido reduciendo cada vez más, entre la luz, gas, empleados... Ahora porque viene el Día de San Sebastián, pero ya se empieza a notar un poco de bajón», observa detrás de la barra.
En el bar Lasarte han optado por una decisión más drástica: dejar de servir platos combinados y tostas y reducir a cinco la oferta de bocatas, así como eliminar algunos productos de la carta «porque al final no compensa y supone tener todo ese género con el peligro de que no se consuma. Desde el puente del Pilar el consumo ha bajado mucho», afirma Alex, dueño de este local hostelero de Lasarte-Oria. En su caso, el incremento más notable ha sido el menú del día, que cuesta un euro más y se queda ahora en 14. «Ha subido la carne, la verdura, los huevos... y el aceite de oliva se ha duplicado, por lo que se nota a la hora de elaborar productos».
En la barra, de momento el vino se mantiene, al igual que los cafés (1,50 euros un cortado y 1,60 el con leche) pero la cerveza cuesta ya un «5% más» y «cobramos a 1,60 el zurito y 2,60 la caña». De hecho, «hemos tenido que quitarla y acompañar los menús con agua, gaseosa o vino de la casa», explica. Además del ajuste de tarifas de los proveedores, el dueño de este negocio señala directamente al coste laboral como otra fuente importante de gastos, como «los sueldos, que han subido un 12% desde hace cuatro años o el pago a la Seguridad Social, pero ahí andamos, a la lucha».
En el restaurante Uranga, en Azpeitia, intentan contener los precios para evitar que el bolsillo de la clientela tiemble demasiado. De momento, sigue intacto el precio de la cerveza, a 2,60 euros, o el vino del año, a 1, 50 euros. «Todavía no lo he tocado y en el resto he intentado no subir demasiado», comenta Iñaki Zubizarreta, al frente de este negocio desde hace siete años. No se salvan los pintxos, a 10 céntimos más, ni las raciones que requieren de tirar de freidora, «como croquetas o calamares», 50 céntimos más caras desde el pasado día 5.
Como es lógico, en este local tampoco son ajenos al precio del aceite, que no da tregua. «Subió una barbaridad ya el año pasado» y la cantidad de litros de los que tienen que echar mano para cocinar sus platos va haciendo mella en los gastos mensuales, a los que se suma «el incremento de las nóminas, los gastos de luz o la Seguridad Social; y si no subes, al final te los comes y trabajas casi gratis», defiende.
La industria láctea también ha encarecido sus precios y el café con leche no se libra de la subida. «El solo lo he dejado al mismo precio pero el con leche cuesta 5 céntimos más y está ahora a 1,70 euros», detalla Zubizarreta. En el bar Gamon 14 de Errenteria se anticiparon a la llamada de los proveedores y a finales del año pasado solicitaron las nuevas tarifas «para, en base a eso, tomar decisiones», aunque «hay determinadas cosas que va a haber que subir. Por ejemplo el pescado está desorbitado y las patatas o el pollo han subido muchísimo. De todas maneras intentamos contener los precios lo máximo posible porque esto es un pueblo, no es una capital como Donostia que tiene mucho turismo, así que de momento no los hemos tocado», afirma su responsable, Joxean.
Rebañar con pan o hacerse un bocata ya cuesta 5 céntimos más, una subida que han establecido muchas de las panaderías del territorio. En Marquet, en Donostia, se han visto obligados a aplicarla «sobre todo por los costes laborales», a los que se suman las facturas energéticas o el precio de las materias primas como la harina, «aunque está mucho más contenida que otros años», comentan. Desde Meyvi Café y Pasteles, negocio que elabora repostería casera, también han sufrido los costes de producción y elaborar un bizcocho se ha encarecido «por la subida del aceite de oliva».
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