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Hace 26 años que los vecinos de Irun no vivían una situación similar a la de esta semana. Desde que en 1993 desaparecieron las ... aduanas que regulaban el paso de viajeros y mercancías entre Francia y España, los irundarras no habían vuelto a tener que enseñar el DNI o el pasaporte al cruzar el puente de Santiago, que hace muga con Hendaia. Tampoco el paso fronterizo de Baiona.
Pero el país galo vive unos días excepcionales. La cumbre del G-7, que va a reunir a Trump (EE UU), Merkel (Alemania), Macron (Francia), Johnson (Reino Unido), Trudeau (Canadá), Abe (Japón) y Conte (Italia) está a punto de comenzar en Biarritz y tanto la Policía francesa como la española han tomado las fronteras con la idea de blindar la localidad biarrota.
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La cita internacional comenzará el sábado y se prolongará hasta el lunes, pero su repercusión ya ha empezado a sentirse en los alrededores. Si bien los controles policiales aumentaron a comienzos de mes, ayer se intensificaron todavía más. Patrullas de la Police National, la Gendarmería, unidades especiales de la Policía francesa, la Guardia Civil, la Policía Nacional y la Ertzaintza permanecerán a lo largo de esta semana en puntos estratégicos como los pasos fronterizos de Hendaia, Baiona y Biriatou. Y los controles no solo afectarán al tráfico. Los peatones también deberán enseñar un documento de identificación en caso necesario.
«¿Quién nos iba a decir que nos iban a volver a pedir el DNI en la frontera?», se preguntan Begoña y María Jesús, mientras cruzan el puente de Santiago de vuelta de su caminata mañanera. Estas amigas que residen en Irun suelen salir a andar cada mañana. A veces van hacia Hendaia, otras hacia Baiona, pero siempre hacia Francia.
Con el G-7 tanto Begoña como María Jesús ven «entorpecida» su rutina. «No nos hace ni pizca de gracia encontrarnos con tantos controles», aseguran, mientras miran a los agentes que hay a su alrededor. Van con el DNI en la mano. «Aunque al ir no nos lo han pedido, a la vuelta sí lo han hecho. Parece que hayamos retrocedido en el tiempo. Lo que estamos viendo nos recuerda a cuando teníamos que enseñar el pasaporte en la muga». Begoña y María Jesús se lamentan de la situación al mismo tiempo que guardan su carné de identidad en el bolso. «Lo único que consiguen con tanto control es meternos miedo y crear una atmósfera de incertidumbre y tensión. Parece que en cualquier momento pudiera pasar algo», coinciden.
Se refieren a la «cantidad» de agentes que hay repartidos por los pasos fronterizos que unen ambos países. Con motivo del G-7, alrededor de 4.000 ertzainas han sido llamados a trabajar en tres turnos, lo que supone la mitad del total de la plantilla. En Francia la movilización ha sido mayor, teniendo en cuenta que la cumbre como tal se celebra en suelo galo. Así las cosas, 15.000 agentes franceses patrullarán las calles y carreteras del país vecino durante estos días.
Sea como fuere, estas amigas irundarras no son las únicas que se han visto «perjudicadas» por la cumbre. Mónica, Guille y su hija Valeria, de Donostia, han tenido que cambiar su itinerario para ir a visitar a la familia en Pau. La estación de Euskotren de Hendaia está cerrada desde el domingo y ayer tuvieron que bajar en Ficoba y cruzar el puente a pie con las maletas hasta llegar a la estación de tren hendaiarra. «Y Guille con muletas», apunta su mujer Mónica mientras señala su pie. «Es muy incómodo tener que andar así, ya nos han pedido el pasaporte para cruzar a Francia», añade.
La familia de Alexandra también ha sufrido los primeros «inconvenientes» derivados de la cumbre. Están de vacaciones en la costa francesa y ayer tuvieron que cruzar la frontera a pie para poder coger el tren en Irun e ir a pasar el día a Donostia. «Qué complicación», suspiran. Pese a que «algo» habían visto en los medios de comunicación, no esperaban «que el Topo estuviera cerrado. Dar tanta vuelta con niñas pequeñas no es muy agradable».
El puente de Santiago fue muy transitado ayer, y todo apunta a que esta tendencia continuará hasta el lunes. Quienes viajan entre Francia y España buscan alternativas para continuar su ruta con los menos cambios posibles. Entre estos casos está el de Melanie y Silva. Son franceses y estos días están en Biarritz en casa de sus abuelos. Vuelven a su región el sábado, «coincidiendo con el primer día de cumbre. No sé cómo lo vamos a hacer», reconocen.
Viven en Francia, por lo que se salvan de cruzar la frontera, zona que las autoridades aconsejan evitar desde el viernes hasta el lunes. Pero tienen que partir desde Biarritz, epicentro del G-7. Todas las reuniones entre los mandatarios tendrán lugar en esta localidad y además estos se alojarán en el lujoso Hôtel du Palais, cercano al paseo de la playa.
No saben con qué se van a encontrar, aunque «ya hay muchos comercios cerrados y mucha gente que se queda en casa por miedo a atentados o a otros altercados. Es una pena». Los biarrotas tienen una acreditación que les permite pasear por las calles de su ciudad, pero quienes no dispongan de ella no podrán entrar al centro de Biarritz de ninguna manera.
La vigilancia es ya inmensa tanto en Biarritz como en los alrededores. Además de los controles policiales, un helicóptero lleva días rondando por la zona. Que Biarritz va a estar blindada es evidente, pero cuesta encontrar a vecinos que se muestren complacidos con lo que está a punto de llegar. La mayoría coinciden en que «las fechas no son buenas. Es verano y esta ciudad vive del turismo», dicen. Entre los lamentos más comunes destaca también el del lugar: «¿No podían haberlo hecho en un sitio aislado?».
Tras un fin de semana de retenciones en diferentes puntos de la red viaria guipuzcoana, la jornada de ayer volvió a registrar atascos en la zona de la frontera entre Francia e Irun. La AP-8 comenzó a embotellarse desde el peaje de Biriatou a primera hora de la tarde, y hacia las 18.00 horas ya habían alcanzado los 8 kilómetros. Los controles por la cumbre del G-7 son cada vez más exhaustivos y, además, muchos transportistas están aprovechando estos días para trabajar ante las restricciones para su circulación en suelo francés previstas para los días 24, 25 y 26. La Dirección General de Tráfico, por su parte, volvió a recordar ayer «la importancia» de evitar la frontera de Irun durante el #G-7, ya que se esperan complicaciones en el tráfico, e insta a utilizar pasos alternativos.
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