Sofía celebra su cumpleaños con su familia a través de una videollamada.

Las velas, en casa y la familia, en la distancia

Cumpleaños encerrados por el coronavirus ·

Videollamadas con familiares, vecinos que cantan por el balcón y regalos que llegan por internet. Así celebran muchas familias los cumpleaños de los más pequeños durante el confinamiento

Beatriz Campuzano

San Sebastián

Domingo, 5 de abril 2020, 15:24

Suena el iPad y Sofía Jahan lo coge. Se le ilumina la cara al ver que casi toda su familia aparece en una videollamada multitudinaria en la que no falta nadie. Sus tíos, sus abuelos, sus primos e incluso su padre, que por motivos laborales se encuentra en el extranjero, le han dado una sorpresa por su noveno cumpleaños. Apenas se entienden algunas palabras sueltas de la conversación grupal. Todos hablan a la vez y Sofía, sentada en el salón junto a sus hermanas Charlotte y Alejandra, de 6 y 3 años respectivamente, se echa a reír. «No entendemos nada, esto es un lío», comenta la mediana en tono jocoso. Entonces alguien explica que solo se puede hablar uno por uno. Lo intentan aplicar pero sin mucho éxito. Se suceden las preguntas: «¿Qué tal estás?» «¿Te habrá hecho la 'abu' algo especial para comer no?» «Hoy te libras de que te tiremos de las orejas, pero cuando te veamos en persona no». Sofía responde y se impacienta. Se mueve nerviosa y mira de una lado hacia el otro. Es su cumpleaños y siempre hay alguna sorpresa. ¿Por que este año no la habría?

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Siguen hablando, contándose cómo llevan el confinamiento cuando de pronto se apagan las luces. «Oye, que no vemos», protesta alguien desde el otro lado del iPad. «Bueno, ¿hay tarta o no hay tarta?», pregunta un familiar y, como quien no quiere la cosa, todos se ponen a cantar al unísono el cumpleaños feliz. Sofía sopla las velas y reparte la tarta que habían cocinado la tarde anterior. «La hicimos ayer entre todas -refiriéndose a sus hermanas, su madre y su abuela-. Son seis bizcochos, se supone que cada uno era de un color pero al meterlos al horno se han quedado todos verdes así que esta mañana los hemos tenido que tapar con chocolate», explica a sus familiares y prosigue: «Ya haremos otro cuando esto termine y podamos estar juntos».

La mayoría de los niños celebrarán su cumpleaños con sus amigos tras el confinamiento

¿Y los regalos? ¿No hay?, le pregunta su tía a sabiendas de que Charlotte y Alejandra le iban a dar una sorpresa. «Te hemos hecho un dibujo», dice Charlotte mientras se lo entrega. Y hay más, la sorpresa no acaba ahí. Su madre ha conseguido dar un toque divertido al salón con unos globos. «No es el 'txikipark', pero ya habrá tiempo para celebrarlo con los amigos. Por lo menos hemos intentado que disfrute con nosotros aquí y sienta que es un día especial», cuenta su madre. Prepararlo con las tiendas cerradas no ha sido sencillo. En los últimos días han tenido que tirar de internet para comprar los regalos. «Pensaba comprárselos la semana pasada pero de repente impusieron el confinamiento y nos quedamos sin poder ir a las tiendas. Menos mal que hoy en día tenemos internet y le hemos podido comprar los tres regalos que quería, aunque no han llegado todos a tiempo». Sofía abre los paquetes bajo la atenta mirada virtual de sus familiares. «No hemos recibido los prismáticos a tiempo», se excusa su madre. No pasa nada porque tiene el libro que había pedido y unos juegos que le ha enviado su padre.

En casa de la familia Santos en Errenteria la situación que vivieron el día 24 de este mes fue similar. Era una fecha señalada en rojo en el calendario. Era el sexto cumpleaños de Ioritz y Erik, los dos pequeños de la casa. Hubo regalos, chocolate y vídeos con felicitaciones. Hubo todo lo puede haber en un confinamiento y más, y los niños terminaron contentos su día: «Estuvo muy guay», le reconocieron a su María, su madre.

A los padres de Ioritz y Erik les dió justo tiempo a comprar en Garbera unos Legos. Y menos mal porque otros no han corrido la misma suerte. «Aprovechó mi marido y cogió unos Legos cuando fue a hacer la compra hace unos días y los hemos tenido guardados en casa», explica María al otro lado del teléfono. Ayer por fin se los pudieron dar. «Estaban muy contentos, pero la verdad es que se conforman con cualquier cosa», cuenta. En casa de los Santos no faltó de nada e incluso algún que otro vecino se sumó a la celebración, aunque en la distancia.

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«Han estado muy contentos en su cumpleaños. Una vecina les hizo globos y otra les regaló unos huevos Kinder»

maría, madre de ioritz y erik

Como muchos niños que cumplen en estos días recibieron varios vídeos y audios de sus compañeros de clase deseándoles un buen día. A Ioritz y Erik les hizo mucha ilusión, aunque se «escondían. Son vergonzos», reconoce su madre. A quienes sí que quisieron dedicar unos minutos fue a sus aitonas y a sus primos, con quienes han quedado cuando termine el estado de alarma para ir a «comer una hamburguesa».

Erik e Ioritz jugando con los Legos que les han regalado por su sexto cumpeaños.

Nunca los vecinos habían sido tan importantes como lo son estos días. «Una vecina nos hizo unas figuras como hacen los payasos en las ferias y nos las pasó por el balcón con una cuerda», rememora. Pero hubo más detalles. Otra les regaló un cuaderno para pintar y unos huevos Kinder y hasta hubo quien quiso hacer de dj por unos minutos y puso la canción de Miliki para cantar juntos el cumpleaños feliz. Aplausos y sonrisas. Todos se volcaron con los niños y les amenizaron el día.

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Donde también toda la familia se volcó para que Maddi tuviera un cumpleaños inolvidable fue en casa de los Elkano en Astigarraga. Este 27 de marzo la mayor de las dos hermanos ha cumplido 7 años. «Para ella es especial porque lleva todo el año esperando su día pero ya sabe que no podrá celebrarlo, aunque caiga en viernes, con sus amigos del cole», cuenta Ainara, su madre. Maddi, que los días previos estaba algo «triste», sabe que el coronavirus anda a sus anchas por todos las ciudades del mundo y que nadie puede hacer vida normal. Aún así no perdió la esperanza e intentó negociar cons sus padres. «Nos ha estado preguntando a ver si podían venir algunos amigos a casa, aunque fueran solo dos, pero ya le hemos explicado que no es posible», relata Ainara.

Al confinamiento habitual hay que añadir, para esta familia, el aislamiento. «Tenemos que estar catorce días sin salir de casa porque mi compañera de trabajo ha dado positivo y por precaución no poder movernos. Imagínate lo que es organizar un cumpleaños así sin poder ir a la compra, pero tenemos gusanitos, patatas, lacasitos y todo lo necesario para la merendola», comenta.

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«Los días previos estuvo algo triste porque quería estar con los amigos»

ainara, madre de maddi

Maddi celebrando su zorionak.

Una fiesta pensada desde hace tiempo

En estos días de reclusión en casa la mayoría de los padres han adelantado las compras y han tirado de ingenio para preparar un cumpleaños especial a sus hijos. Hoy es el cumpleaños de Diego Eguia y sus padres tenían todo listo desde hace unas semanas.

Irene, su madre, había ideado este «cumpleaños encerrado» de su hijo Diego para que fuera lo más llevadero posible y lo recuerde con ilusión. «Soy previsora y encargué cosas por Amazon, menos es el regalo estrella que está en la tienda. Es una bicicleta pero ya iremos a buscarla cuando todo pase», aclara. «Estaremos los cuatro en casa, pero aún así decoraremos todo con globos grandes y con el número siete, que son los años que cumple Diego. También tenemos máscaras de esas de disfraces para hacer como una especie de fiesta temática», señala.

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«Decoramos todo con globos grandes y con el número siete»

Irene, madre de diego

Los amigos tampoco han faltado a la cita. No han estado in situ en casa pero sí virtualmente. Hace unos días a sus padres se les ocurrió pedir a familiares y compañeros de clase que se grabaran un vídeo para después poder ponérselo a Diego en grande, en la televisión. El 'planning' del día ha sido parecido al del resto de familias que viven estos días encerrados e intentado tirar de ingenio para hacer algo especial por el cumpleaños de sus hijos. Bizcocho y dulces. Después, las velas. Y seguro que Diego, igual que el resto de niños que no han podido celebrar su cumpleaños como les gustaría, las vuelven a soplar dentro de un tiempo cuando la situación cambie.

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