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Nunca un amanecer en Pasaia fue tan feliz como el vivido ayer en las calles de Antxo y Trintxerpe, donde una lluvia de millones de euros inundaba de alegría ambos distritos. La suerte sonreía por una vez a esa población de la comarca de ... Oarsoaldea especialmente tocada por la crisis económica y los altos índices de desempleo.
Uno de los 'responsables' de ese estallido de ilusión era José Sánchez Herrero, el vendedor de la ONCE que había vendido en el centro urbano antxotarra el cupón premiado con 9 millones de euros del Cuponazo del viernes, la cuantía más elevada que jamás había repartido antes, y otros 79 décimos que se traducían en un pellizco nada despreciable de 25.000 euros cada uno. En total, cerca de 11 millones de euros. Fue uno de los afortunados quien le llamó para darle la noticia nada más haberse celebrado el sorteo.
«Y ya no he podido dormir. Ha sido imposible. Estoy más contento que si me hubiera tocado a mí», confesaba José, un donostiarra del barrio de Larratxo que lleva cerca de una década trabajando para la ONCE en Pasai Antxo. Cada mañana se sienta en una silla a las puertas de una entidad bancaria de la calle Hamarretxeta, 15 para ofrecer sus cupones a vecinos «que más que clientes, son ya amigos». Luego recorre el pueblo a pie. «Voy a varios comercios y adonde los abuelitos, que son los que me dan la vida aquí», aseguraba.
José rebautizó hace años el Cuponazo de la ONCE como «el cupón del pueblo». «Como soy el único vendedor que hay en la zona, pensé en llamarlo de esa forma -explicaba-. Animo a la gente a que lo juegue, que lo hagan todos a una, aunque sea más difícil... Y por fin ha tocado». Su iniciativa caló y en la actualidad cuenta con multitud de compradores fieles, que ayer no paraban de llamarle por teléfono para darle las gracias. «Muchos van a poder quitarse préstamos que les ahogaban. También hay familias que lo han pasado mal y el premio va a ayudarles. Lo bueno es que todos somos conocidos», señalaba.
De quien no había ni rastro era del ganador de los 9 millones de euros. «No sé quién puede ser, pero estoy casi seguro de que quien se ha llevado el 'cupón del pueblo' es una persona mayor a la que le hacía mucha falta», manifestaba, mientras recibía el abrazo de multitud de antxotarras que se acercaban para felicitarle.
«A mí no me ha tocado, pero me alegro por ellos», comentaba un vecino. «No te preocupes. Tú ya eres rico. Ahora sólo ibas a llevarte dinero», le consolaba José. Atraído por el bullicio que iba en aumento en la calle Hamarretxeta, otro pasaitarra corría a ver qué estaba pasando y descubría por sorpresa que los dos cupones que tenía guardados en la cartera se traducían en 50.000 euros. «No me lo puedo creer. El jueves nos falló un número para llevarnos el primer premio y ahora me entero que ayer -por el viernes- sí que gané. ¡Menuda alegría!», exclamaba.
José intercambiaba gestos cargados de complicidad con otros viandantes. «Tenemos nuestros códigos para decirnos sí ha tocado sin necesidad de hablar, como, por ejemplo, moverme a un lado la gorra que llevo», decía. Y la gorra del afortunado vendedor no paraba ayer de girarse sin cesar.
La suerte salpicaba también al otro lado de la bahía de Pasaia, en el populoso distrito de Trintxerpe, donde el sorteo de Euromillones de este pasado viernes dejaba un premio de un millón de euros. El boleto fue validado en la Administración de Lotería número 2 de la calle Azkuene, 22. Su responsable, Oihane Canal, aseguraba desconocer quién había podido resultar ganador del premio especial 'El Millón' de Euromillones.
«La verdad es que no sé si el afortunado sabrá ya que lo es. Yo misma me he enterado esta misma mañana. Aquí no ha aparecido ni creo que llegue nunca a saber de quién se trata, pero no me importa. Estoy feliz. Me hace mucha ilusión repartir premios. Ojala pueda seguir dando muchos más», declaraba la joven.
En los diez años que lleva trabajando al otro lado del mostrador de su negocio ha hecho ricas a varias personas. «Hace cinco años dimos un premio de La Primitiva dotado con dos millones de euros y posteriormente, otro premio importante más», recordaba.
Comerciantes de la misma calle y numerosos clientes felicitaban a la lotera. «Todo el mundo está viniendo a preguntar. Quieren saber si es cierto que ha tocado aquí el millón de euros y de paso, enterarse de si ha aparecido el acertante. Hoy no paro de recibir felicitaciones», comentaba Oihane, tocando su tripa, convencida de que el bebé que espera para dentro de dos meses le ha traído suerte.
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