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Donostia acogió ayer una cumbre sobre la regulación de los clubes de cannabis de Euskadi. Representantes de 40 asociaciones acudieron a la cita organizada por la Iniciativa Eraikiz, que destacó el «éxito» del encuentro. Las conclusiones del foro se incluirán en el debate abierto sobre el marco regulador de obligaciones y derechos de los clubes.
La cita ha sido considerada fundamental para poner en común sus inquietudes y perspectivas sobre el futuro decreto vasco que marcará los derechos y obligaciones de los casi 200 locales cannábicos que el Gobierno Vasco tiene contabilizados de forma oficial. La jornada, que se iba a celebrar en marzo del año pasado y tuvo que ser suspendida por el efecto de la pandemia, se enmarca dentro de la Iniciativa Eraikiz, una herramienta social creada por diferentes colectivos de usuarios de cannabis del País Vasco que tiene por objeto «aportar al proceso de regulación que concluirá en la consecución del reglamento. Una norma que se tendrá que aprobar por decreto del Consejo de Gobierno Vasco», indican desde la Federación de Asociaciones de Usuarios de Cannabis de Euskadi (Eusfac).
El evento de este viernes en Donostia es esencial para el desarrollo del artículo 83 de la Ley vasca de Atención Integral de Adicciones y Drogodependencias que permitirá que esta regulación de los clubes de cannabis llegue a buen puerto. Las conclusiones que se extraigan de esta jornada se resumirán en un dictamen final que los organizadores de la cumbre prevén presentar «con el amparo de la UPV/EHU y el IVAC (Instituto Vasco de Criminología), que están directamente implicados en esta iniciativa, en primavera del año 2022». Los resultados de la cumbre los presentará Eraikiz, –«seguramente a través de Eusfac»–, a la dirección de Salud del Gobierno Vasco, «como aportación del colectivo a la consolidación del proceso de diálogo para la consecución del reglamento». A partir de ese momento, «ese informe será una pieza más en el proceso que están llevando a cabo en Lakua para la redacción de la norma», afirman desde Eusfac.
Si los trámites de la reglamentación continúan el guion establecido por la Federación de Asociaciones de Usuarios de Cannabis de Euskadi, «los juristas del Gobierno Vasco deberán revisar el documento para después presentar su borrador al Consejo Asesor de Drogodependencias del que formamos parte. Una vez analicemos este informe, deberemos darle el visto bueno para volver a mandarlo otra vez a los abogados para que ellos pulan los últimos retoques. El Consejo Asesor le daría el visto bueno definitivo, se ratificaría y se aprobaría en decreto del Consejo de Gobierno».
Si todo este proceso se desarrolla sin grandes contratiempos, creen desde Eusfac que el decreto vasco podría estar aprobado en el año 2023.
Son conscientes en Eusfac que «el estudio competencial del futuro decreto» va a estar encima de la mesa. Es decir, «hay que ver cuáles son las parcelas que se pueden regular, y hablamos en este sentido de la cuestión de los cultivos, el código penal o la ley de seguridad ciudadana, porque debemos tener claro que el Gobierno Vasco tampoco puede transgredir su propio marco competencial». No obstante, en Eusfac confían en que el Ejecutivo de Lakua «va a seguir la línea del artículo 83, medida, sosegada y calculada, para que no haya problemas con la Abogacía del Estado a las primeras de cambio».
El evento de hoy se va a regir por una «mecánica sociológica» denominada FODA (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades). Es una herramienta que se utiliza para conocer la situación real en la que se encuentra una organización, empresa o proyecto y planear en base a las conclusiones a las que se llegue una estrategia de futuro.
Las asociaciones vascas confían en que la regulación, aunque sea solo en Euskadi, de su actividad les evite las numerosas causas judiciales, y condenas, que en los últimos años han acumulado. De momento, se tendrán que conformar con la iniciativa vasca, porque la regulación a nivel estatal que impulsó Mas País ha vuelto a la casilla de salida. El Congreso cerró el paso hace tan solo unos días a iniciar si quiera la tramitación de una proposición de ley para regular el consumo y venta de cannabis, tanto con fin recreativo como terapéutico.
Hace unos meses, los clubes guipuzcoanos ya reclamaban que se acelerara el reglamento en Euskadi para evitar la inseguridad jurídica en la que se encuentran, sobre todo desde 2015, ya que la falta de regulación oficial de su actividad les lleva una y otra vez ante los tribunales. El Supremo, en varias sentencias, les recuerda -comentaba un portavoz de Eusfac- que es una actividad ilícita porque no entra dentro de la doctrina del consumo compartido. Y solo tiene el amparo del artículo 83 de la ley de Adicciones vasca que solo reconoce su existencia pero no acota su actividad concreta. De hecho, remite a un reglamento para su control, que es el que llevan años reclamando los clubes para evitar su constante judicialización. En varias ocasiones los responsables de Eusfac y de asociaciones han reclamado una normativa detallada para su sector, sobre la actividad que desempeñan. Así sería «muy difícil» que un tribunal les condenase, han defendido.
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