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Decenas de cigüeñas pernoctan en Donostia antes de seguir viaje a Europa para anidar

Decenas de cigüeñas pernoctan en Donostia antes de seguir viaje a Europa para anidar

Fueron avistados en un edificio del Polígono 27, en Martutuene, y en torretas y árboles en Antondegi

A. I.

Lunes, 14 de abril 2025, 13:53

Un grupo de decenas de cigüeñas pasaron la noche del viernes al sábado en Donostia. Concretamente en un edificio del Polígono 27, en Martutene, y en torretas y árboles en Antondegi. A las diez horas de su llegada abandonaron la zona y volaronhacia el Este, siguiendo con su ruta migratoria hacia Europa para anidar.

La cigüeña blanca está recogida en el catálogo de especies amenazadas del País Vasco como 'rara'. La cigüeña es un ave tremendamente popular.

La cigüeña blanca (Ciconia ciconia) es una especie de ave Ciconiiforme de gran tamaño, perteneciente a la familia Ciconiidae. Su plumaje es mayoritariamente blanco con negro en las alas, y las patas y el pico de los adultos adquieren un color rojo. Mide un promedio de 100 y 115 centímetro desde la punta del pico hasta el final de la cola, y sus alas pueden llegar a tener una envergadura entre 155 y 215 centímetros. Las dos subespecies, que son ligeramente diferentes por su tamaño, se aparean en Europa, el noreste y sur de África y el suroeste de Asia.

En agosto y septiembre las cigüeñas blancas abandonan las zonas de anidación en Europa y vuelan hacia el sur en dirección de África. Allí pasan el invierno en las sabanas desde Kenia y Uganda hacia el sur hasta la provincia del Cabo en Sudáfrica. En estas zonas se congregan en grandes bandadas que pueden exceder mil aves. Algunos divergen hacia el occidente, hasta el oeste de Sudán y Chad, e incluso hasta Nigeria. En la primavera las aves regresan al norte, pasando por Sudán y Egipto entre febrero y abril. Llegan en Europa en torno a finales de marzo y abril, después de un viaje que dura de media cuarenta y nueve días. En comparación, el viaje de otoño se completa en aproximadamente veintiséis días. La presencia de vientos de cola y la escasez de alimentos y de agua a lo largo de la ruta –aves suelen sobrevolar con mayor velocidad las regiones que carecen de recursos– aumentan la velocidad promedio de viaje.

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