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Las parejas guipuzcoanas Amaia Zubiarrain y Cynthia Rodríguez; Begoña García y Hugo Alfonso y Miryam Tejada e Iñaki Uriarte paticiparán en la décima edición de las Jornadas IATI de Grandes Viajes. DV
Dejarlo todo para recorrer el mundo

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Las Jornadas Grandes Viajes vuelven a reunir a viajeros con experiencias únicas, como la de tres parejas guipuzcoanas que dieron la vuelta al mundo en bici, cruzaron el Atlántico en velero y recorrieron América

Miércoles, 17 de mayo 2023, 07:15

Se hacen llamar 'viajeros'. Pero quizás estén más cerca del término nómadas. A partir de hoy, y hasta el domingo, experiencias únicas, como la de los donostiarras Begoña García y Hugo Alfonso, que dieron la vuelta al mundo en bicicleta en cinco años, podrán ser escuchadas en las Jornadas IATI de Grandes Viajes celebradas en el espacio Bilborock de la capital vizcaína. Una decena de viajeros, entre los que también estarán los guipuzcoanos Amaia Zubiarrain, Cynthia Rodríguez, Miryam Tejada e Iñaki Uriarte, participarán en este coloquio para acercar a los asistentes «la experiencia de personas que han hecho viajes sensacionales».

La vuelta al mundo en bicicleta en 5 años

Begoña García y Hugo Alfonso Donostia

La vuelta al mundo en bicicleta en 5 años

«Viajar en bici es como llevar un carné de buena persona». Así comienza su relato Begoña García, quien junto a su marido, Hugo Alfonso, pedaleó por Europa, Asia central, Indonesia, Australia, Canadá y Centroamérica para dar la vuelta al mundo en 5 años. La semilla que materializó la idea de optar por la bicicleta y sacar adelante semejante empresa se gestó en las llanuras de África. Años antes de llevar a cabo la vuelta al globo, esta pareja viajó a los países subsaharianos durante un año. Allí se dieron cuenta de lo mucho que echaban en falta su bicicleta «para moverse más libremente. Queríamos llegar a los lugares más recónditos y con el transporte público no podíamos hacerlo».

La ingeniera y el economista dejaron sus respectivos trabajos y emprendieron la aventura de su vida en junio de 2014. Alemania, Ucrania y Turquía fueron las primeras paradas. Pero el verdadero contraste llegó al visitar Irán: «Allí apenas hay turistas. Pasar por las fronteras de Irak o Siria impresiona mucho. Pero la sorpresa nos la llevamos con la población kurda. Les dijimos que veníamos de Euskadi y se alegraron. Nos trataron muy bien. Además, coincidió con su año nuevo y nos invitaron a celebrarlo con ellos», explica la donostiarra. El choque cultural fue casi constante durante el viaje, pero si hay algo para subrayar fue la «generosidad de la gente» en países como Indonesia o Timor Oriental. «Aquí, en Occidente, damos lo que nos sobra. Allí, te dan, prácticamente, lo que no tienen. Nos regalaron una bufanda de hilo que les costó tejer tres semanas», apunta García. Sobre la condición física para llevar a cabo una aventura así, Begoña y Hugo, de 52 y 58 años, explican que «han llegado a ver viajeros de más de 60 y 65 años en bicicleta».

Cruzar el Atlántico en velero y hacer 'barcostop' en América

Amaia Zubiarrain y Cynthia Rodríguez Anoeta

Cruzar el Atlántico en velero y hacer 'barcostop' en América

«No sé si hay muchos veleros que hayan cruzado el Atlántico con una tripulación integrada solo por mujeres, pero nosotras lo hemos hecho», señalan Amaia Zubiarrain y Cynthia Rodríguez, una pareja de fotógrafas de Anoeta que dejaron sus trabajos en Barcelona para encontrar uno de los descubrimientos de su vida: la navegación. En enero de 2020 comenzó su viaje y no volvieron a casa hasta julio de 2022. El punto de inflexión de su aventura fue la pandemia. La intención era visitar América, pero se quedaron atrapadas en la isla Navarino, un remoto enclave en Tierra del Fuego. Allí tuvieron que pasar dos meses hasta que surgió una oportunidad: «Un capitán de barco, que estaba harto de la isla, nos propuso que le acompañáramos. Quería navegar por el sur de la isla para ver los glaciares. No salíamos del país, por lo que no incumplíamos ninguna norma. No lo dudamos, fue impresionante ver esa vida salvajes».

El resto de su viaje no se comprende sin un barco de por medio. Cuando los países comenzaron a abrir sus puertas, Amaia y Cynthia fueron en busca de un clima más cálido. México y República Dominicana llegaron primero y Florida (Estados Unidos) después, donde estuvieron trabajando para un canal de Youtube de navegación. «Los chicos con los que estuvimos trabajando nos ofrecieron otro trabajo en Panamá, arreglando un barco. Después nos surgió otro trabajo en el Caribe y tampoco lo dudamos». Cuando llegó la hora de volver a casa tenían claro que lo harían también en un barco. «Es cierto que da un poco de vértigo cruzar el Atlántico. Siempre nos preguntan por el miedo a las tormentas. Pero eso no es lo peor. Lo más difícil es aprender a estar con uno mismo y ser paciente con los que te acompañan».

Siete países, siete vivencias

Miryam Tejada e Iñaki Uriarte Eibar

Siete países, siete vivencias

Myriam Tejada dice que siempre ha estado «vinculada a los viajes. Creo que una experiencia así hay que hacerla una vez en la vida». Ella y su pareja recorrieron América Latina y Centroamérica durante siete meses. Vivieron las revueltas de Bolivia y Chile: «sacaban los tanques a la calle, barricadas en la carretera...».

Pero, sin duda, lo más emocionante fue el «reencuentro» con su bisabuelo. «Mi bisabuelo fue ejecutado en 1938 por las tropas franquistas. Durante un tiempo vivió en Cuba, donde publicó en 1928 su primera novela, que se llama 'El hermano'. Mi abuela siempre me dijo que la copia original del libro estaba en la Biblioteca Nacional de Cuba. Encontramos la novela y fue muy emocionante», rememora.

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