«A Ekain se le ha quedado la vida corta, pero se ha ido disfrutando»

Ekain Andrés, el joven atxabaltarra fallecido en un accidente de moto en Vietnam el pasado viernes, era «un disfrutón». Su madre, Elena Iglesias, y su hermana, Ibone Andrés, le describen como «la alegría personificada». Y así es como quieren que se le recuerde. «Se le ha quedado la vida corta, pero se ha ido disfrutando. Ha pasado por esta vida con matrícula de honor», aseguran en declaraciones a este periódico. «Y si hay algo que nos da tranquilidad a nosotras ahora que Ekain ha muerto es saber que no deja ningún tema pendiente. Solo deja alegría».

Hacía meses que Ekain, de 25 años, había salido de su casa de Aretxabaleta para recorrer el sudeste asiático. Era una persona «muy sociable, el alma de la fiesta», y entre otras cosas le encantaba estar con gente y conocer diferentes lugares. El viaje, explica su madre, surgió porque su hermana Ibone «estudia medicina china. Ella tiene previsto ir a Bali a hacer prácticas» y Ekain quería acompañarla.

Pero él cursaba la carrera de Publicidad a distancia y por motivos de estudios no coincidía en fechas con Ibone. Por eso «decidió adelantarse y hacer el viaje solo». La aventura comenzó en Grecia en el mes de enero y siguió por el sudeste asiático. Singapur, Tailandia, Indonesia... Hasta llegar a Vietnam, donde murió tras sufrir un accidente de moto mientras recorría el país.

Sus amigos más cercanos, así como su hermana y su prima, estuvieron «muy pendientes» del viaje, que Ekain retransmitía «a través de publicaciones de historias en un grupo que creó en la red social Instagram», explica Ibone. «Conoció a muchísima gente durante este tiempo. A pesar de ir solo, siempre ha estado acompañado. Tenía mucha facilidad de hacer amigos». Por ejemplo, en Tailandia conoció a una chica de Sevilla, que también estaba viajando como él y entablaron una muy buena amistad. En Bali se sacó un curso de buceo y también se hizo «muy amigo» del instructor, un chico de Granada afincado en esta isla de Indonesia.

Cuando ocurrió el fatídico accidente, a Ekain «le quedaba solo una semana para volver. Al menos, ha disfrutado del viaje hasta el final», se consuela su familia, que explica que en esta aventura «también buscaba desarrollar más su faceta espiritual. Él era más terrenal y en casa, nosotras, más espirituales. Estamos seguras de que en este viaje también consiguió esto que se proponía. Esperábamos con ganas su vuelta para que nos contara todo, porque él era muy listo», dice su ama, Elena, mientras intenta contener el llanto. «Era una enciclopedia andante. Todos le consultaban dudas. Y le encantaba la física cuántica. También ver documentales», expone su madre.

Si hay algo que caracterizaba a Ekain «era su sonrisa y su cara de felicidad constante. Toda esa alegría que desprendía», relata su hermana. «Era un amigo muy fiel, capaz de estar ahí cuando otros le necesitaban. Tenía una cuadrilla del baloncesto, otra de los estudios, del pueblo, de la Real Sociedad, y los amigos de toda la vida».

Era un joven muy querido en Aretxabaleta y los vecinos de esta localidad de Debagoiena están consternados desde que recibieron la noticia de su fallecimiento. Desde el Ayuntamiento también se han puesto a disposición de la familia para ayudar «en estos momentos tan difíciles», en palabras del alcalde atxabaltarra, Unai Elkoro. Precisamente desde el consistorio les han cedido la campa de Otala Zelai para poder realizarle una despedida civil en los próximos días, cuando su cuerpo sea ya repatriado a Aretxabaleta.

Aún no hay una fecha exacta para el funeral, pero su familia espera que sea «cuanto antes», nada más se resuelva la repatriación. Tanto sus familiares como sus amigos están «muy pendientes» de la repatriación para poder darle un último adiós como se merece.

La despedida se le hará de la mano de la empresa audiovisual AZ Gaubelak, «que aunque no se dedican a funerales» son amigos del fallecido y van decirle adiós de la forma más sentida, rodeado de todos sus seres queridos.