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Oskar Ortiz de Guinea
San Sebastián
Sábado, 21 de octubre 2023, 13:40
Los peores presagios sobre el destino del cazador usurbildarra Joxe Pagola se cumplieron este sábado, seis días después de su desaparición en un coto de la localidad conquense de Buenache de la Sierra. Su cuerpo fue hallado sin vida por otro cazador, al poco de haberse retomado su rastreo que había sido suspendido dos días por las lluvias y el fuerte viento registrado en la zona.
El hallazgo del cuerpo tuvo lugar poco antes de las 10.00 de la mañana y, algo más de tres horas después, fuentes oficiales del dispositivo de búsqueda confirmaron a este periódico que se trataba de Joxe Pagola. Se encontraba en un paraje conocido como El Sabinar, dentro del término municipal de La Cierva, a «casi 10 kilómetros en línea recta» con respecto al punto del coto de El Ensanche en el que se separó de la persona que lo acompañaba el domingo al amanecer, un donostiarra de 48 años que también reside en el caserío de los Pagola en Aginaga.
La búsqueda de Joxe comenzó el mismo domingo, cuando el amigo que lo acompañaba dio la voz de alarma. La víctima medía alrededor de 1,85 metros y pesaba 130 kilos. El peso nunca le había supuesto un lastre a la hora de patear por el monte, según explicó a este periódico su hermano Juan. Sin embargo, en los últimos tiempos sufría más de las piernas y las rodillas y su movilidad se había visto mermada. Fue por esto que los familiares estimaban que Joxe «no había podido ir muy lejos» en caso de haberse desorientado aquella mañana en el coto o hubiera sufrido algún percance físico. Sin embargo, el terreno hacia La Cierva era descendente, y pudo caminar más de lo previsto hasta el lugar donde fue encontrado. La autopsia determinará las causas de su fallecimiento.
Entre los voluntarios que tomaron parte en la última jornada del rastreo, se encontraban dos sobrinos y un hermano de la víctima, además de algunos allegados. Se unieron así a los agentes de la Unidad de Seguridad Ciudadana y Seprona de la Guardia Civil -y un helicóptero-, una unidad cinológica y una Brif (brigada de incendios forestales).
Pagola y su amigo habían acudido a Buenache de la Sierra la víspera del día del Pilar con intención de pasar el puente hasta el domingo. Ese día recorrieron en coche los alrededor de 45 minutos desde la casa en la que se alojaban en Carboneras de Guadazaón hasta el coto de Buenache de la Sierra. Apenas estaba amaneciendo cuando aparcaron el vehículo a 700 metros del puesto que les correspondía, el número 6, en el mismo lugar que habían previsto la víspera, aconsejados por otro cazador de Orio, que era conocedor del coto y les guio hasta ese punto.
Joxe, que se inició como cazador «desde crío con el aita», portaba la escopeta y los dos perros, y su amigo, la mochila con los cartuchos porque no tiene ni licencia de armas ni escopeta. Al caminar más ligero que Pagola, el donostiarra se dirigió al puesto monte a través, equipado con una luz frontal. Dejó su teléfono móvil al aginagarra -que era «antimóviles»-, para que pudiera iluminarse con la linterna a través del sendero que le debía llevar al mismo puesto, al que nunca llegó. Ante su tardanza, su vecino del caserío Iruintxo Zarra salió a su encuentro a través del sendero, pero solo se topó con uno de los perros. Este hombre, tuvo que recibir este sábado atención psicológica tras hallarse el cuerpo de su amigo.
Joxe Pagola, soltero y sin hijos, estaba jubilado tras una vida en la empresa de cementos Rezola, cerca de su caserío de Aginaga.
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