Juicio crimen Aintzane Pujana
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Juicio crimen Aintzane Pujana
«Discutieron entre ellas, me echó del agroturismo y cuando volví, Aintzane ya no estaba»El acusado fue el primero en declarar. En una intervención de casi hora y media, sin estar bajo el juramento de decir la verdad y respondiendo tan solo a las preguntas de su abogada, E. mostró el relato de una persona «enamorada» de su pareja ... que era al mismo tiempo «víctima» de sus «circos y 'tarantantanes'», entendido como broncas.
Según su relato, conoció a K. «en época covid. Bajé a desayunar con mis amigos a un bar de Errenteria y la conocí allí. Nos hicimos amigos y luego me enamoré de ella. Me dijo que era prostituta. Yo era ajeno a ese mundo, lo conocí por ella».
Expresó que, «como ella, yo también tuve mis problemas en el pasado. Recibí una ayuda de la Diputación por un trastorno de conducta de adolescencia asociado al consumo de tóxicos. Era consumidor habitual desde los 10-12 años. Fui a tratamiento psiquiátrico y estoy curado desde 2016». Ese antecedente clínico no se ha acreditado ni mencionado en ningún momento del juicio.
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Inició la convivencia con su pareja «en verano de 2020 en Soraluze. Le daban 'tarantantanes', normalmente cuando se quedaba sin dinero. Me amenazaba con llamar a la Ertzaintza diciendo que le estaba pegando si no le daba dinero. Hacía lo que quería y era como un niño. Yo tengo uno -de una relación previa a los hechos- y si no le das lo que quiere llora y se queja; pues ella te extorsiona y te hace de todo».
Hizo referencia a la llamada de la acusada a la Ertzaintza en noviembre de 2020 en un agroturismo de Errenteria, cuando por teléfono, en palabras del agente que ha testificado en el juicio, «contó que alguien la estaba pegando y cuando nos personamos dijo que no pasaba nada». El acusado indicó que «la policía de Errenteria me conoce perfectamente porque he tenido un mal pasado, lo admito, pero la Ertzaintza le advirtió a K. de que dejara de hacer llamadas con falsas agresiones». A pesar de la situación, no pensó en dejarla. «Estaba enamorado, sentía compasión y pensaba que las cosas cambiarían».
Sobre la llegada de Aintzane Pujana, el acusado transmitió que fue un asunto de la acusada. «Un día me dijo que fuéramos a Lasarte a buscar a una amiga. Al parecer no estaba bien con el novio y se iba a quedar un tiempo con nosotros. No me hizo mucha gracia, pero no me quedaba otra. Se conocían de la prostitución».
Llegada la noche del 1 de enero de 2021, «estaba en mi habitación y me dijeron que había que acercar a Aintzane a Azpeitia», por el encuentro sexual. «Yo dije que no, pero como era el pringado, el chico de los recados, me convencieron y fuimos. Cuando llegamos a Azpeitia el coche no llegó nunca a la dirección que se ha dicho durante el juicio ni se paró en ningún momento». Indicó, simplemente, que «a Aintzane no le apetecía» llevar a cabo el encuentro «y volvimos».
Según la Ertzaintza el trayecto de vuelta fue 32 minutos más largo que el de ida. Lo explicó porque «Aintzane vomitó y paramos en la carretera principal, el coche estaba pringado y no había persona humana que aguantara eso», razón por la que según él fueron a Tolosa a limpiar el coche. «Quizás tardamos cinco minutos más, pero no 50 como dice la Ertzaintza», que lo ha acreditado a través de cámaras de tráfico y la ubicación de los teléfonos móviles.
Al llegar al agroturismo «discutieron entre ellas. Intenté mediar pero K. me dijo que no me metiera, que era una cosa de mujeres y me echó. Volví a la hora y media-dos horas y estaba ordenando la casa, no era raro porque era el día a día de ella que hiciera esas cosas a esas horas. Aintzane ya no estaba», declaró.
De la salida en coche que hicieron esa noche y en la que fueron interceptados por la Ertzaintza en la N-634 entre Getaria y Zarautz, explicó que «ella estaba nerviosa porque su exnovio había salido de la cárcel y temía que se lo encontrara, y fuimos a dar una vuelta y echar un cigarro». No explicó qué hacía el perro de Aintzane Pujana todavía en el maletero.
Finalmente, expresó que la acusada «me ha amenazado por cartas» durante la estancia en la cárcel y que «durante el juicio me ha estado liándola en los calabozos».
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