«En la escuela confundía letras y no lo entendía»
Día de la Dislexia ·
Nora Benegas recuerda la «frustración» en el colegio a pesar de su esfuerzo. Tenía trastorno del aprendizaje y no lo sabía. Hoy estudia un Grado en EnfermeríaSecciones
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Día de la Dislexia ·
Nora Benegas recuerda la «frustración» en el colegio a pesar de su esfuerzo. Tenía trastorno del aprendizaje y no lo sabía. Hoy estudia un Grado en EnfermeríaNora Benegas, de 20 años, es una de esas personas que hacen de tripas corazón para alcanzar las metas y objetivos que se propone. El ... camino de esta joven donostiarra es pedregoso en lo que a los estudios se refiere, pues tiene que sortear baches y barreras que le dificultan seguir avanzando a ritmo constante, a la par que sus compañeros. «El principio de curso me cuesta acomplarme a los demás», reconoce. «Es como un motor diesel, le cuesta arrancar, pero cuando coge carrerilla no hay quien la pare», explica su madre, Elena Salaberria. Su hija está estudiando segundo curso de Enfermería en Madrid y lo hace después de años de «mucho esfuerzo y trabajo» y con el peso de la dislexia en su mochila.
«De pequeña sufría mucho machaque interno y mucha frustración. ¿Por qué yo no y los demás sí? No lo entendía», recuerda la joven donostiarra. Su ama, por su parte, recuerda ver indicios cuando leía a la noche con su hija: «Tenía dificultades al leer la 'p', 'b', 'q' y la 'd'. Le costaba terminar los libros, no se acordaba de lo leído. Le costaba entender los textos, explicarse y escribir. Anímicamente empezó a sentirse mal. No tenía autoestima, no avanzaba en la lectoescritura». Aquellos años fueron confusos para Nora, así como para sus aitas que no sabían qué le ocurría a su hija, cuál era el origen de estas dificultades. «Estábamos desorientados», explica Elena. «Nora lo vivía con un poquito de culpa. Ella veía que trabajaba muchísimo y no llegaba a los resultados de sus compañeros», añade su madre. Cuando la donostiarra cumplió ocho años llegó, por fin, la respuesta a tantas incógnitas. Una profesora advirtió a la familia que «veía en Nora indicios de dislexia». Comenzaron las pruebas y el diagnóstico no dejó lugar a dudas. «Entonces fue un alivio. Recuerdo que me dije 'ahora sé qué es lo que me pasa. Tengo que ver las cosas de otra manera'», señala Nora al echar la vista atrás, a aquellos años en los que nadaba en un mar de dudas y se ahogaba en la frustración.
Desde la Asociación de Dislexia de Gipuzkoa (Dislegi), señalan que «se estima que el 10% de la población padece este trastorno de aprendizaje y de estos solo el 33% recibe la atención profesional necesaria». En Euskadi la población diagnosticada con este trastorno permanente del aprendizaje se valora entre un 3% y un 10%, apunta Elena, que forma parte de Dislegi. Así, hoy, con motivo del Día Internacional de la Dislexia, la asociación guipuzcoana ha organizado la campaña 'Pon el foco en la dislexia' por la que esta tarde tendrá lugar una charla en la Sala Jose Luis Casos de Errenteria a las 17.30 horas bajo el título 'Día Internacional de la dislexia: Retos en Gipuzkoa'.
El mayor reto está en el diagnóstico, pues «no todas las personas con dislexia están diagnosticadas», explica Elena. Además, advierte que no todos reciben la atención profesional necesaria. «Necesitan un refuerzo que les ayude a organizarse, asentar conocimientos y entender los enunciados de los problemas», ejemplifica. Por su parte, su hija tuvo el apoyo de un logopeda al que acudía dos veces por semana durante su etapa escolar. Aunque, luego, en el bachillerato «te buscas la vida», comenta Nora. «La única ayuda que te dan son 15 minutos más en los exámenes. Te sientes un incordio», lamenta. Su ama denuncia que «el bachiller es el caballo de batalla. No hay medios para personas disléxicas ni atenciones especiales Tienen que motivarse ellos».
A día de hoy, Nora estudia segundo año de Enfermería en la universidad, en Madrid. Entre primer y segundo curso se tomó un año de pausa después de tener «dudas vocacionales». Ahora lo tiene claro y ha reanudado sus estudios. «Lo más importante para mí es organizarme. Tengo un cronigrama muy detallado. Si me descuido sé que no lo podré sacar. Tengo que ponerme a estudiar antes que los demás para tener seguridad en mí misma. Yo soy muy trabajadora y siempre lo saco», reconoce.
El Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) investiga desde 2019 en el proyecto Dyshtal «el impacto del tálamo y sus conexiones con la corteza cerebral en la lectura y en los trastornos asociados a este proceso como la dislexia». Advierten que diagnosticar este trastorno e intervenir de forma temprana puede favorecer a reducir sus dificultades de lectura.
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