Muchas veces, mirando cosas sencillas, me quedo maravillado de lo enormemente entrelazado que está el mundo. Por ejemplo, ahora mismo, viendo un sencillo lápiz de grafito y madera, de los de toda la vida, me he puesto a pensar en la cantidad de personas que ... han tenido que intervenir para su fabricación y, de repente, me vienen una avalancha de profesionales. Mineros para obtener el grafito y la arcilla, transportistas para enviar esos productos a la fábrica. Pero los camiones los ha fabricado alguien, se han necesitado mineros, trabajadores de altos hornos, petroleros, trabajadores de refinería de petróleo. Leñadores para obtener la madera, químicos… y todos ellos comen, por lo que hay que pensar en agricultores; y se visten, por lo que hay contar con telares, fábricas de vestidos... Me siento abrumado. No sigo. Un simple lápiz implica el trabajo de decenas de miles de personas.
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El lápiz de grafito fue inventado por Conrad von Gesner en 1565, pero era muy primitivo, simplemente un fino rectángulo de grafito protegido por dos maderas. El lápiz moderno es obra de Nicolas-Jacques Conté, en 1795. La diferencia principal es que hay una mina cilíndrica que se obtiene mezclando grafito y arcilla. Se muelen, se meten en el horno y sale la mina, que luego se rodea de madera. La cantidad de arcilla nos dice si el lápiz es blando o duro.
Nicolas-Jacques Conté nació en Francia tal día como hoy, 4 de agosto, en 1755.
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