Borrar
Ainhoa Vega, psicóloga. LUSA
Y tú, ¿eres feliz o lo aparentas en las redes?

Y tú, ¿eres feliz o lo aparentas en las redes?

20 de marzo, Día Mundial de la Felicidad ·

Sentirse dichoso no es lo mismo que limitarse a parecerlo. La tendencia actual a «mostrar la vida en rosa» para lograr 'likes' puede, de hecho, generar insatisfacción, según la psicóloga Ainhoa Vega

Ainhoa Iglesias

San Sebastián

Martes, 20 de marzo 2018, 12:06

Si el ser humano del futuro tuviera que analizar la sociedad actual en base a los estados de ánimo que se publican en redes sociales concluiría que ésta es, en esencia, una época feliz. Claro que, como dice el refranero popular, «no es lo mismo ser que parecer» y, en general, no somos ni tan guapos, ni tan dichosos como nos empeñamos en mostrar en Facebook. «Cuando compartes aspectos de tu vida en las redes sociales estás proyectando tu imagen hacia el exterior. Lógicamente quieres que se vea lo mejor de tí mismo, tu lado más positivo, por eso hay una tendencia a maquillar la realidad, a mostrar la vida en rosa», asegura la psicóloga donostiarra Ainhoa Vega. «Publicas lo bien que te lo has pasado en vacaciones, pero no que has discutido con tu pareja, que te llevas mal con tu madre o que te duele la cabeza», ahonda, en una entrevista concedida a DV con motivo de la celebración hoy del Día Internacional de la Felicidad.

Según un estudio publicado hace unos años en la revista 'Plos One' y dirigido por un equipo de investigadores de la Universidad de California en San Diego (EEUU), «las actualizaciones de estado que evocan emociones positivas provocan que se produzcan nuevas expresiones de júbilo entre los demás usuarios de la red». Pero, ¿es porque la felicidad se contagia o porque simplemente no queremos ser menos que el de al lado? Vega cree que lo segundo. «Cuando vemos una imagen idílica lo que hacemos automáticamente es comparar. Y como esa información es parcial tendemos a pensar que la vida de los demás es mejor que la nuestra. La reacción a eso es poner a su vez una imagen en la que se nos vea a nosotros aún mejor. Primero, porque buscamos ser aceptados, pertencer al grupo. Segundo, porque no hay que olvidar que a través de los 'likes' las redes fomentan cierta competitividad y, la felicidad, vende. No solo vende, engancha».

«La felicidad, vende. No solo vende, engancha»

«Las emociones relacionadas con la alegría son mucho más poderosas que las que tienen que ver con la tristeza»

No hay más que echar un vistazo en derredor para comprobar lo que dice. El márketing y la publicidad han encontrado un auténtico filón en los sentimientos positivos porque «las emociones relacionadas con la alegría, con el entusiasmo, son muy fuertes. Generan mayor adhesión e influyen mucho más que las que tienen que ver con la tristeza».

Lo curioso es que, a pesar de que la sociedad sabe que todo ese alborozo 2.0 que observa en las redes sociales no coincide exactamente con lo que ocurre en la realidad, no logra tomar distancia. «Se tiende a perder la perspectiva y a juzgar como real lo que publican los demás, aunque en el fondo sepamos que no se ajusta a la verdad al 100%», asegura la psicóloga.

Depresión y baja autoestima

Los usuarios ceden a la presión de mostrarle al mundo una cara de la cotidianidad que no siempre es un fiel reflejo con el objetivo de «ser aceptados y valorados por los demás». No obstante, no sale gratis emocionalmente hablando. «Al final aparentar constantemente ser feliz en redes sociales cuando el sentimiento que hay por detrás no se corresponde, genera malestar».

Colectivos especialmente vulnerables son los jóvenes y adolescentes, puesto que usan las redes sociales para sus relaciones de manera masiva e intensiva. «Recibir 'me gustas' significa que logran la aprobación del grupo, de sus iguales. Pero si se ponen expectativas demasiado altas en la vida virtual, pueden aparecer la frustración, la baja autoestima, la ansiedad y, en los casos más graves, la depresión», advierte Vega.

«Se tiende a perder la perspectiva y a juzgar como real lo que publican los demás, aunque en el fondo sepamos que no se ajusta a la verdad al 100%»

«Si se ponen expectativas demasiado altas en la vida virtual, pueden aparecer la frustración, la baja autoestima, la ansiedad y, en los casos más graves, la depresión»

La voz de alarma la dio hace poco más de dos años Essena O'Neill, reconocida 'instagramer' que decidió abandonar las redes sociales para «huir de la falsedad». También de la adicción que le estaba amargando la vida. En Euskadi de momento no ha salido ningún caso parecido a la luz pero, en Aergi, la Asociación de Alcohólicos y Adictos en Rehabilitación de Gipuzkoa, tienen claro que «llegará».

La felicidad real

En los últimos tiempos se ha vuelto popular la frase: «si de verdad eres feliz, no pierdes el tiempo intentando demostrarlo en redes sociales». Un sentir que avala el Instituto de Investigación de la Felicidad en un estudio publicado el pasado septiembre y en el que participaron más de mil usuarios de Facebook. Según los datos que manejaron, moderar el uso de redes sociales «incrementa la felicidad y reduce las preocupaciones, así como las dificultades para concentrarse».

Se puede hacer un buen uso de las redes sociales, por supuesto, pero para poder mostrar una felicidad real hay que generarla, sentirla en la vida 'offline'. «La felicidad es un sentimiento de satisfacción. No hay una definición clara porque depende de cada persona, pero sobre todo tiene que ver con sentir bienestar, estar bien con uno mismo, afrontar de la mejor manera los pequeños problemas diarios y resolverlos, con tener una buena calidad de vida. Puede ser incluso una actitud porque si te empeñas en ser feliz, serás feliz», asegura la psicóloga.

«La felicidad puede ser una actitud, si te empeñas en ser feliz, serás feliz»

Un 'truco' que recomienda a los pacientes que acuden a su consulta en la calle Particular Ategorrieta del donostiarra barrio de Gros consiste en levantarse por la mañana y, frente al espejo, repetir en voz alta las frases «hoy va a ser un día maravilloso, me va a salir todo fenomenal». Está convencida de que los mensajes en positivo ayudan a afrontar con mejor ánimo la jornada, más si van acompañados de una sonrisa. «La felicidad -concluye- puede empezar por ahí».

Vídeo. La falsa felicidad en redes sociales. Angelail

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco Y tú, ¿eres feliz o lo aparentas en las redes?