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Nunca antes Gipuzkoa había registrado unas temperaturas tan altas. La asfixiante jornada vivida este sábado marca nuevas efemérides, con récords de calor en varios puntos del territorio. El día acabó con galerna y lluvia de ceniza por los incendios ocurridos en Navarra.
Hondarribia se abrasó este sábado a 43,5º, según el registro de Aemet en el Aeropuerto de San Sebastián, donde se disparó el mercurio y a las 16.10 horas alcanzó casi los 44 º. Se trata del récord de calor histórico en toda Gipuzkoa. Esta marca la tenía Legazpia, donde el termómetro alcanzó los 43 grados un 30 de junio de 1968.
También en la capital guipuzcoana apretó el calor, y mucho. En el observatorio de Igeldo se batió la temperatura jamás registrada en dicha estación al alcanzar los 39,7º, siete décimas más que el registro anterior, el pasado 23 de julio de 2019. En Irun no ha habido efemérides pero ha estado cerca. Los 41º que se registraron este sábado en el municipio le dejan tan solo a media décima de superar la marca anterior: los 41,5º en el año 1950.
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Después del 'sofocón', Gipuzkoa se refresca por fin tras una ola de calor que ha asfixiado durante días el territorio, con termómetros por encima de los 40 ºC; aunque la llegada de la galerna a media tarde hizo que el mercurio se desplomara 20 grados de golpe, aguando la jornada playera a cientos de bañistas, que tuvieron que abandonar los arenales a toda prisa con sus toallas y sombrillas.
El territorio dice así adiós a la jornada más calurosa de la ola más temprana en el territorio en los últimos 50 años y aunque seguirá luciendo el sol los próximos días, las temperaturas serán más llevaderas que las vividas este sábado. Y es que desde primera hora, tanto los municipios del interior como de la costa eran un horno. A las ocho de la mañana ya se superaban los 27º en Igeldo y en localidades como Irun o Azpeitia se llegaron a alcanzar antes de las diez de la mañana los 37,9 y 37,3 grados, respectivamente. según datos de la Agencia Vasca de Meteorología, Euskalmet.
Según transcurrió la jornada el calor fue derritiendo termómetros y helados a su paso. Aemet marcaba a las 15.00 horas 42º en su estación del aeropuerto de Hondarribia, pero lo peor estaba por llegar. Una hora más tarde, la temperatura ascendió más de un grado, hasta los 43,5º, la máxima registrada este sábado en toda España, superando incluso los valores de Jaén (41,4 º) o la Comunidad de Madrid (41,1º).
En el interior de Gipuzkoa, las temperaturas se mantuvieron muy similares, con máximas de 41,3ºC en Arrasate y 42,2º en el barrio irunés de Behobia hacia las dos de la tarde. A las 14.40 horas, Bergara soportaba 40º.
Los guipuzcoanos trataron de sobrellevar la jornada de calor en piscinas, playas y ríos tras una noche de temperaturas caribeñas que impidieron a muchos conciliar el sueño. El tema de conversación por excelencia este sábado, el calor, 'qué calor'. Sometidos a los rigores más propio de otros lares, cientos de paseantes buscaron combatir las altas temperaturas a remojo en fuentes o en sombra. En los arenales, la orilla era un ir y venir de bañistas y pocos valientes aguantaban a pleno sol en la arena seca.
Aunque Euskalmet activó la alerta naranja hasta las seis de la tarde por «temperaturas altas extremas», la situación cambió de golpe con la entrada de la galerna, como estaba anunciado, desplomando las temperaturas a la mitad. Pocos minutos después de las tres de la tarde se comenzaron a registrar en Mutriku fuertes rachas de viento y empezó a bajar la temperatura hasta los 15º en algunos puntos de Bizkaia. Los accesos a Gaztelugatxe se tuvieron que cerrar. Una hora más tarde, el giro en la dirección del viento desde Mutriku comenzó a barrer la costa y llegó a Donosti, donde se registró al inicio una racha de viento de 90 kilómetros por hora en la isla Santa Clara, según Euskalmet.
En la playa donostiarra de La Concha, por ejemplo, los socorristas tuvieron que alertar a primera hora de la tarde a los bañistas para que abandonaran los gabarrones ante la entrada de la galerna. También se notó el frescor en la calle, pasando de los 39,7º registrados en Igeldo a los 21 grados en apenas dos horas. Sin embargo, mientras que en los municipios del litoral se acusó el cambio brusco de temperaturas, en localidades del interior como Beasain seguían a 40º a las 17.30 horas. Las temperaturas mínimas se dieron en Segura, que registró los 19,7º y en Oñati, que rozó los 19,6º.
En cuanto a la calidad del aire, tanto se califica como «regular», según los datos facilitados por el Departamento de Medio Ambiente. La temperatura del agua también registró valores altos y poco propios de este mes de junio. Según Aemet, alcanzó los 22,5º en la entrada del Aquarium y el pasado martes, día 14, llegó hasta los 23º. «Normalmente estas temperaturas se dan más adelante», apuntan desde la delegación de la Agencia estatal de Meteorología en el País Vasco.
Con respecto a los termómetros, hay que remontarse un lustro en el tiempo para encontrar tantos días de calor extremo seguidos en el territorio. En el año 2017 los guipuzcoanos arrancaron uno de los veranos más calurosos que se recuerdan a golpe de abanico y aire acondicionado.
El 19 de junio Elgoibar alcanzó los 40ºC, el día 20 el mercurio bajó a los 38 y el 21 volvió a ascender a los 39. También en 2003 Lorenzo apretó con ganas: el 20 de junio de ese año, el mercurio llegó a los 37 grados en Bergara, al día siguiente alcanzó los 40, y el día 22 registró 39ºC. La de este 2022 es, sin embargo, la ola de calor más temprana en la historia reciente de Gipuzkoa. Al menos, del último medio siglo, según datos de Aemet.
Durante la jornada de este sábado no hubo que lamentar incidentes graves entre la población derivados de la ola de calor, si bien se vieron afectadas varias personas con síntomas de mareos en la playa de La Concha. El sobresalto más reseñable de estos días se produjo, sin embargo, el viernes. Fue entonces cuando unos cincuenta menores tuvieron que ser socorridos en la estación de servicio de Pagozelai en la A-15, a la altura de Amasa-Villabona, después de que el autobús en el que regresaban de su viaje a Barcelona sufriera una avería. El cuarto día consecutivo de canícula obligó además a prever otros riesgos asociados al calor extraordinario de estos días. Así se activó la alerta naranja este sábado por riesgo de incendio forestal en el interior del territorio. Ayer, varias dotaciones de emergencias se desplazaron a las inmediaciones del parque de Aralar para tratar de sofocar un incendio forestal en el monte Arastortz.
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José Mari López e Ion M. Taus | San Sebastián
Miguel González y Javier Bienzobas (Gráficos) | San Sebastián
Javier Bienzobas (Texto y Gráficos) | San Sebastián
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