A sus 64 años, Juan Cid ha completado 30 en la directiva de Gautena (Asociación de Familiares de personas con Trastornos del Espectro del Autismo), ... los últimos 16 como presidente, testigo que cede a Patxi Agirre. El miércoles recibió de manos del lehendakari Iñigo Urkullu el premio Sareen Sarea, como colofón a su labor en el movimiento asociativo.
– ¿Cómo asume un reconocimiento en casa quien en 2016 recibió en Bruselas el premio Ciudadano Europeo para Gautena?
– Con mucha ilusión, y más porque es un reconocimiento hecho por las 4.000 ONG vascas que trabajan en el tercer sector. Pero no lo tomo como un premio individual, sino como un reconocimiento a todas esas personas que trabajan de una manera vocacional con personas que tienen una discapacidad intelectual y una gran necesidad de apoyo. Porque esta gente es la que realmente hace la importante labor del día a día para que las personas estén atendidas.
– Es un broche a su trayectoria...
– No me considero una persona mayor, aunque no soy ningún chaval. Creo que hay que coger las cosas con ilusión y también saber dejarlas a personas más jóvenes con ideas nuevas, o a familias en el caso de Gautena. Con 30 años en la directiva, hemos tratado de facilitar una transición ordenada.
– ¿Se va a ir del todo?
– Mi hijo sigue en la organización, así que como padre seguiré interesado en que vaya bien. Saben que estaré a disposición de todo lo que me pidan, porque mi salida no ha sido nada traumática. Ya no tendré una responsabilidad pero asesoraré en lo que me consulten, teniendo claro que a la gente nueva hay que dejarle respirar.
Premio Sareen Sarea
«No lo tomo como un reconocimiento personal, sino hacia esas personas que trabajan con otras con discapacidad intelectual»
En Gipuzkoa
«En el 70% de los casos que Osakidetza pasa a Gautena se confirma el autismo; ahora hay más casos ya que se diagnistica mejor»
– El nuevo presidente, Patxi Agirre, será nombrado en la asamblea de junio, ¿en qué condiciones le deja Gautena?
– Había que ordenar algunas cuestiones estatutarias para integrar a poblaciones nuevas en el ámbito del TEA, algo en lo que hemos trabajado en el último año y medio o dos años, y ya se ha logrado.
– ¿A qué poblaciones se refiere?
– Gautena se fundó en 1978 para dar cobertura y servicio a una nueva población del mundo del autismo de personas con muchas necesidades, que no se pueden comunicar, que necesitan atención 24 horas... Desde entonces se ha evolucionado mucho a nivel diagnóstico, y ahora hay casos que antes no se diagnosticaban por ser más leves y se han incorporado de manera natural. En función de estos diagnósticos más amplios, fuimos desarrollando unos servicios de atención que son distintos a las necesidades fundacionales y no estaban recogidos en los estatutos. Esto significaba que estas familias tenían voz en una asamblea pero no voto. Y se ha corregido para englobar todo dentro del autismo. Porque en Gautena siempre ha habido vocación de que todo trastorno del espectro autista (TEA) en Gipuzkoa esté integrado en una misma organización, algo que en otros territorios se divide en más entidades.
– ¿Y al margen de estas cuestiones de índole interno?
– Lo más importante es que cada día podamos seguir sacando una sonrisa de las personas a las que atendemos, que estén felices ellas y sus familias. Gautena surgió de la unión de unas familias para ayudar a sus hijos, y funciona gracias a los tres pilares del modelo guipuzcoano en los servicios sociales: las familias, los profesionales y el apoyo de instituciones.
– Según publicó Gautena, el número de consultas recibidas ha aumentado un 72% en tres años. ¿A qué se debe? ¿Se dan más casos o se diagnostica mejor?
– Veníamos notando un incremento casi exponencial de los casos sospechosos de autismo que nos derivaba Osakidetza para que Gautena hiciera un diagnóstico. No sabemos por qué hay más personas con TEA, pero sí es verdad que hay un mayor conocimiento para realizar diagnóstico. En el 70% de las personas que Osakidetza nos deriva se confirma con TEA, ya sean casos leves como severos.
– Antes ha mencionado el carácter vocacional de los profesionales. En su caso, su vocación fue su propio hijo.
– Sin duda. Tengo tres hijos, y el segundo nació en 1989 y en 1992 le diagnosticaron autismo. Así entré en Gautena y me ofrecieron entrar en la junta. A partir de ahí me fueron llegando el resto de responsabilidades a nivel autonómico y estatal en el ámbito de la discapacidad intelectual. Son cargos que he desempeñado encantado, pero el cargo más importante ha sido ser padre de Guillermo.
– ¿Qué diagnóstico hace del tercer sector en Euskadi?
– Tenemos una cobertura bastante buena, aun sabiendo que, independientemente de la cobertura que tengas, las necesidades siempre van a ser mayores que los recursos. Desde el Gobierno Vasco y diputaciones, hay una aportación importante, pero siempre demandamos más. En Gautena tenemos una lista de cosas pendientes y no llegamos, pero seguiremos insistiendo. Cada vez somos más los que vamos a pedir, pero la red social funciona. Como dije al recoger el premio, un país que se implica en sus colectivos más vulnerables es un país respetado y con futuro. En este sentido, es importante que las nuevas generaciones conozcan y compartan las necesidades de las personas más vulnerables, porque son las que tomarán las decisiones del futuro.
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