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La falta de médicos que sufre Euskadi ha tenido un impacto directo este verano en el servicio vasco de Emergencias y se ha dejado notar especialmente en Gipuzkoa, donde 62 turnos se han quedado sin atender por un facultativo. 15 de ellos han sido ... en los turnos nocturnos del centro de coordinación de Emergencias del territorio, que se han reforzado con un segundo enfermero, mientras que la mayor parte de los turnos sin médico han afectado a los equipos de soporte vital avanzado: 47 turnos de ambulancia medicalizada han cubierto el servicio sin facultativo entre los meses de junio, julio y agosto en Gipuzkoa, según los datos aportados por el departamento vasco de Salud. El equipo de soporte vital de Arrasate prácticamente ha monopolizado esa carencia con 39 turnos sin cubrir por un médico, por los 6 del equipo que presta servicio en Bidasoa y los 2 de Donostia. La falta de facultativos ha sido más acusada que en Bizkaia y Araba.
Estos datos han sido facilitados por el consejero vasco de Salud, Alberto Martínez, en una respuesta parlamentaria por escrito publicada ayer en la que responde a una petición de información de Rebeka Ubera (EH Bildu) sobre el «déficit de profesionales médicos en los centros coordinadores de Emergencias y en soporte vital avanzado». La respuesta del consejero incluye una tabla con todos los turnos que se han quedado sin cubrir por un facultativo en los tres territorios históricos en cada día de junio, julio y agosto.
En el caso de los centros de coordinación, en Bizkaia se detalla que «en todo momento el centro coordinador de Bizkaia ha contado con personal facultativo», aunque en la mayoría de los días ha faltado al menos uno de los médicos del servicio. En el caso de Gipuzkoa, donde se contabilizan 41 turnos con ausencia de médicos –26 de día y 15 de noche–, el consejero aclara que «los turnos de día no cubiertos son de segundo facultativo y se han reforzado con un segundo enfermero». En los 15 turnos de noche en los que «ha faltado facultativo se ha reforzado con un segundo enfermero con apoyo de los facultativos de los otros dos centros de coordinación». Por su parte, en el centro de coordinación de Araba se han quedado sin cubrir con algún médico 37 turnos.
Es en el apartado de los equipos de soporte vital avanzado –ambulancias medicalizadas– donde Gipuzkoa sale especialmente mal parada en la comparación con los otros dos territorios históricos. Si en Bizkaia en junio, julio y agosto apenas 9 turnos se quedaron sin cubrir por un médico –todos ellos en agosto– y en Araba fueron 7, en Gipuzkoa ascendieron nada menos que a 47. Este desfase se debe sobre todo a los problemas que ha tenido el equipo de Arrasate para cubrir sus turnos, que han tenido que funcionar sin médico en 39 ocasiones este verano, por las 6 del de Bidasoa y las 2 del de Donostia.
En el caso de Arrasate, el problema de los turnos no se ha producido solo de noche, como ha sido lo más habitual en todo Euskadi, sino que han sido mayoría los turnos de día que se han quedado sin cubrir con un facultativo (21 de día frente a 18 de noche). En Bidasoa las 6 ausencias de médico se han producido solo de noche y en Donostia una fue de día y otra de noche, ambas en agosto. En Arrasate, además, hubo cinco jornadas completas entre junio y julio en las que el equipo de soporte vital estuvo sin médico durante 24 horas.
Los datos ofrecidos por el consejero de Salud vienen a confirmar que el servicio de 112 y las ambulancias de Emergencias atraviesan una situación crítica por la falta de médicos, tal y como denunciaron profesionales de este servicio a finales de agosto en este periódico, cuando alertaron de que este verano iban a quedar «más de 100 turnos de Emergencias sin cubrir con médico en Euskadi». Las cifras del propio departamento confirman que la advertencia, que venía respaldada por varios sindicatos, tenía una base sólida.
El servicio de Emergencias tiene un funcionamiento complejo, ya que funciona como una OSI para los tres territorios, y la forman por un lado los centros coordinadores que atienden las llamadas al 112 y, por otro, las ambulancias medicalizadas. En todos los turnos en teoría debe haber un médico y una enfermera en cada puesto (tanto en la centralita como en los vehículos sanitarios), pero los datos de Salud demuestran que no ha sido así este verano, cuando las vacaciones del personal complican especialmente el servicio.
El sindicato ESK ha reclamado al nuevo consejero de Salud –que ya se ha reunido con los profesionales de emergencias para tratar de mejorar el servicio– que «se ponga manos a la obra para que las plantillas de Emergencias podamos prestar la asistencia que se merece este país».
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