La llegada de migrantes subsaharianos a Euskadi se está convirtiendo en un goteo casi constante en las últimas semanas. Pero ni es una cuestión reciente ni parece que vaya a ser una situación que cambie de forma radical a corto plazo, porque la calidad de vida en los países de origen, la inseguridad y la falta de medios no hacen sino idealizar aún más el sueño de Europa.
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Según publica la ONU, solo en Senegal huyen de su país más de medio millón de personas al año -en 2017, fueron 559.952-, por lo que la emisión de este flujo migratorio, en buena medida clandestino, está convirtiendo de nuevo al continente africano en una prioridad de las instituciones comunitarias.
Es por ello que una delegación guipuzcoana liderada por el diputado de Cultura y Cooperación, Denis Itxaso, y el director del área, Fernando San Martín, se ha desplazado a Senegal para analizar sobre el terreno si los fondos forales destinados al proyecto medioambiental con el que colaboran se están utilizando adecuadamente, y valorar otras opciones de cooperación. Tras recorrer varios puntos de la geografía senegalesa ha decidido ampliar la colaboración de Gipuzkoa a varias iniciativas relacionadas con la salud pública y la educación, otras dos cuestiones de suma necesidad demandadas por la propia población.
«Era necesario adecuar las convocatorias anuales de ayuda al desarrollo para responder de forma prioritaria a los criterios que Europa está marcando en materia de cooperación internacional», señala el diputado, quien destaca además que la intención del ente foral es focalizar sus esfuerzos en «las causas estructurales» que originan esa migración «masiva».
La misión guipuzcoana ha visitado las dunas de Kebemer, una región en la que las cuencas hortícolas son la principal fuente de alimentación de sus habitantes, pero que se encuentran en riesgo de desaparición debido al avance de las dunas. Desde el pasado año, Gipuzkoa apoya a la ONG Solidaridad Internacional en la tarea de frenar esa desertización en la línea del Sahel, que marca la frontera del desierto con el África subsahariana, y reforestar la zona.
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En total son 13 los países africanos que participan en este proyecto de la Gran Muralla Verde, en el que Senegal lleva un tiempo trabajando con el apoyo del Estado y de organizaciones cooperantes europeas. Concretamente Gipuzkoa ha realizado un aporte de 50.000 euros con el que se van a sembrar 50.000 árboles de especies autóctonas sobre tierras fértiles que sirven para cultivos y sostienen numerosas economías locales. «Es un proyecto pequeño pero muy importante para los habitantes de la zona», apunta Merche Sánchez-Cruzado, coordinadora de la iniciativa en Kebemer, que trabaja conjuntamente con Fadec, socio local centrado en el desarrollo económico comunitario de la localidad.
La misión guipuzcoana ha explorado además otros proyectos financiados hoy por hoy por la Diputación Foral de Bizkaia, institución con la que se ha organizado el viaje oficial, como el colectivo Ha Ha Tay (que significa 'Sonrisas' en wolof), situado en la región de Gandiol.
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Entre las iniciativas puestas en marcha por el colectivo que dirige Mamadou Dia para hacer ver a los jóvenes senegaleses que un futuro en su país es posible, se encuentra el que apoyará el próximo año la Diputación guipuzcoana y que consistirá en mejorar y ampliar los servicios de un dispensario médico pensado específicamente en la salud sexual y reproductiva de la población, sobre todo, en las miles de mujeres que dan a luz en condiciones precarias. «Los poderes públicos debemos poner más el foco en nuestra contribución al desarrollo de comunidades locales», añade el representante foral.
Entre las iniciativas visitadas por la delegación vasca, Itxaso trasladó además a Guillermo Martínez, responsable de la ONG Médicos del Mundo en Senegal, su voluntad de sumarse a proyectos de salud pública en el sur del país, así como a otros de atención y protección de colectivos de Lesbianas, Gays, Transexuales, y Bisexuales, por estar especialmente perseguidos y estigmatizados, y concentrar buena parte de la comunidad afectada por el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual. «Senegal presenta condiciones idóneas para fortalecer la ayuda al continente africano, que en las últimas décadas ha ocupado un papel secundario en el destino de las subvenciones forales en materia humanitaria», concluye.
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