Hace medio millón de años, cuando comenzamos a hacernos preguntas sobre la muerte, provocamos el pensamiento mágico y el nacimiento de dioses y mitos. Ser conscientes de la existencia de un final dio valor a la idea de futuro. El porvenir pasó a ser el ... espacio que quedaba por vivir y a medida que la ciencia, la nutrición, la sanidad ampliaron la esperanza de vida dieron mayor sentido a ese tiempo futuro.

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El filósofo Roman Krznaric, toma como ejemplo a los arquitectos que proyectaron las imponentes iglesias góticas, en el siglo XII y XIII, para ilustrar su teoría del Pensamiento Catedral. Aquellos constructores dedicaron su vida a crear una obra, a pesar de ser plenamente conscientes de que morirían sin ver finalizado el resultado de su trabajo. Confiaron en que la siguiente generación de artesanos continuaría construyéndola y convencería a la siguiente, aún sin nacer, a proseguir con el plan. Crearon así un vínculo intergeneracional basado en la confianza.

El pensamiento a largo plazo cohesionó a miles de personas alrededor de una meta conjunta y soportó su propósito en la creencia de un dios superior a quien dedicar su ofrenda. Hoy, en un mundo con 4.200 religiones en activo, la Diosa más vieja de la historia pide a gritos que nos unamos para construir nuevos santuarios. La Diosa Naturaleza no necesita más catedrales sino bosques frondosos, cielos limpios, mares vivos que proyectemos hoy para que puedan disfrutarlos los hijos de nuestros hijos.

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