Placeres mínimos (I)

¿Por qué las patatas dobladas son más ricas que las normales? Algunos insensatos defenderán que, si se han freído a la vez, todas sabrán igual sean planas, estén rotas o coronadas con una burbuja. Pero no. Las patatas dobladas obtienen una textura más crujiente que, al morderlas, proporcionan un sonido y un tacto tridimensional. Y no, no es lo mismo comer una patata doblada que comer dos patatas juntas intentando simular el efecto de plegado.

He pasado cinco décadas de mi vida sin saber que las patatas fritas plegadas tienen nombre propio. En Estados Unidos las llaman Wish Chips y en los últimos tiempos se ha popularizado la tradición pedir un deseo cada vez que muerdes una de ellas.

Hay un tiempo en la vida en que satisfaces tus impulsos sin pensar en las consecuencias. Hoy soy consciente de que me hago mayor cuando sostengo una bolsa de patatas fritas entre mis manos, la observo con lascivia y, después de unos segundos, la dejo en su sitio intacta. En este retorno a la infancia que es agosto mi deseo recurrente, cuando encuentre una patata doblada, será abrir otra bolsa.