La vergüenza es una emoción compleja. La culpa, los remordimientos, el

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arrepentimiento son angustias íntimas que sufrimos en silencio cuando nos sentimos mal respecto de nuestros actos o de nosotros mismos. En cambio, la vergüenza surge ante la exposición pública, cuando somos conscientes de que ... una falta, incapacidad o fechoría puede provocar que nos juzguen los demás.

A veces la vergüenza actúa a la inversa. En los casos de abuso, de agresión sexual son las mujeres violentadas las que muchas veces pasan vergüenza. Muchas mujeres prefieren callar en una sociedad en que las denuncias de abuso se cuestionan en los parlamentos y en las redes, se subestiman en los juzgados y alientan las dudas sobre la víctima en las tertulias. El miedo a la exposición provoca el silencio de las víctimas y la confianza del agresor en que su falta no recibirá castigo afianza el sentimiento de impunidad.

En España sólo se denuncia el 8% de las agresiones sexuales que se cometen. El 92% quedan impunes, y nunca se conocerán, porque las víctimas han tenido miedo, vergüenza o falta de confianza en el sistema para denunciarlas.

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Este mes, 200 medios de comunicación han seguido el juicio a Dominique Pelicot, el hombre que drogaba a su mujer y la entregaba a otros hombres para que la violaran. Más allá de la sentencia, la exposición pública de este juicio animará a muchas mujeres a señalar a los que realmente deben sentir vergüenza. Gracias, Gisèle.

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