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Las guipuzcoanas que congelan sus óvulos se han multiplicado por cinco en ocho años

Las mujeres que recurren a esta técnica son solteras, tienen de media 35 años y un nivel cultural medio-alto

Sábado, 22 de marzo 2025

Es una realidad: crece cada año el número de pacientes que se someten a un tratamiento de preservación de ovocitos, una técnica cada vez más ... extendida entre aquellas mujeres que, voluntariamente, quieren eludir su reloj biológico y retrasar la maternidad. «Desde 2017 a 2024 tanto los ciclos de preservación como el número de pacientes que han preservado óvulos se ha multiplicado por cinco», sostiene Ainhoa Gómez, responsable de atención al paciente del Instituto Vasco de Fertilidad (IVF), que cifra en unas 300 mujeres las que han dado el paso de congelar sus óvulos en este centro donostiarra durante los últimos ocho años.

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Tal y como explica Gómez, cada vez hay más tipos de mujeres que se acercan a las clínicas para conocer al detalle el proceso de la vitrificación de ovocitos, la terminología médica correcta para denominar lo que comúnmente se conoce como congelación de óvulos. Aunque la mayoría de las que acaban dando el paso para someterse a esta técnica, dice, tienen una media de 35 años y son mujeres solteras con un nivel cultural medio-alto que, debido a diferentes razones y circunstancias de la vida –por causas médicas, porque han roto con sus parejas, por cuestiones económicas o laborales, o simplemente porque van a retrasar su maternidad– han decidido preservar su fertilidad para tener un 'plan B' de cara al futuro.

Y «por ahora» solo un 8% de las pacientes de IVF han empleado los ovocitos que criopreservaron en el centro. «Esto es normal –dice Gómez– por varios motivos: preservan porque van a retrasar su maternidad, lo que supone que prevén utilizar esos óvulos dentro de unos años; y otras porque han buscado el embarazo natural y lo han conseguido sin haber tenido la necesidad de utilizarlos». «En un 85% de los tratamientos que hemos realizado se han obtenido blastocistos (embrión en día 5 de desarrollo) para transferencia, habiendo hoy por hoy un 65% de las pacientes embarazadas o con niño nacido», continúa explicando.

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Gómez también señala que el 9% de quienes han realizado el tratamiento lo han hecho por razones médicas: porque tienen una reserva ovárica baja, porque padecen endometriosis, porque tienen que someterse a quimioterapia... Y, el resto, por razones sociales. Es decir, porque no van a ser madres a corto plazo. En todo caso, tal y como señala, la preservación de óvulos en pacientes oncológicas que se tengan que someter a un tratamiento agresivo que pueda poner en peligro su fertilidad, como la quimioterapia, es gratuita. Aunque apenas hay mujeres con este perfil en las clínicas privadas, ya que Osakidetza ofrece este servicio.

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Y, ¿es apto para todos los bolsillos? El coste medio de este tratamiento son unos 2.400 euros. Y a esto habría que sumarle también la medicación, que se compra en la farmacia y que suelen ser unos 1.000 euros. Además, hace falta mantener los óvulos congelados –este tratamiento puede realizarse durante un tiempo indefinido en tanques de nitrógeno líquido a -196º– y el precio suele rondar los 300 euros.

Acompañadas de sus padres

Gómez señala igualmente que cada vez son más las jóvenes de unos 30 años que vienen acompañadas de sus padres, «que son los que se han informado y les animan a realizar el tratamiento». De hecho, subraya que en muchos casos son los propios progenitores quienes se hacen cargo del coste del tratamiento. Aunque todavía hay un reducto de mujeres que superan los 40 años que también buscan someterse a esta técnica para congelar sus óvulos. «Nos duele mucho decirles a la mayoría de ellas que es tarde y que la preservación de óvulos les ofrece muy poquitas garantías», cuenta Gómez. De hecho, la Sociedad Española de Fertilidad aconseja optar por este sistema antes de los 35 para garantizar la calidad de los óvulos. De ahí que Gómez resalte la necesidad de contar con tiempo suficiente con toda la información posible. «Para nosotros es importante hablar de prevención en fertilidad», cuenta.

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Por ello, hace un llamamiento para que las mujeres se hagan un estudio anual sobre su reserva ovárica para que, si se detecta algún problema, puedan tener la opción de elegir qué hacer. De hecho, desde la clínica intentan informar sobre ello dando charlas en diversos centros educativos de Donostia. «Lo más importante es que la gente sea consciente de que el reloj biológico de las mujeres corre igual que antes, aunque ahora con 40 años estemos estupendas y la esperanza de vida haya aumentado», señala Gómez, aunque también destaca que «cuanto antes» se busque el embarazo, «mejor».

Intervenciones más sencillas

Algo en lo que coincide Estefanía Rodríguez, jefa de la Unidad de Reproducción Asistida de Quirónsalud Donostia. «Lo más importante es estar informadas. Con un estudio de la reserva ovárica, podemos determinar la mejor opción para cada mujer», asegura la doctora, que también afirma que la preservación de óvulos «crece entre las mujeres que desean elegir cuándo tener hijos». «Gracias a avances como la vitrificación de óvulos, ahora pueden decidir con mayor autonomía el momento más adecuado para ser madres, independientemente de su situación personal o profesional», señala la doctora, que recuerda que España es el país europeo con más embarazos en edad materna avanzada, es decir, a partir de los 35 años.

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«Es importante hablar de prevención de la fertilidad, por eso recomendamos a las mujeres hacerse pruebas de reserva ovárica»

Ainhoa Gómez

Atención al paciente de IVF

«Cuanto más tarde se intente, menor es la calidad de los óvulos y mayores son los riesgos de alteraciones genéticas»

Estefanía Rodríguez

Quirónsalud Donostia

En ese sentido, Rodríguez subraya la importancia de planificar el futuro reproductivo: «Cuanto más tarde se intente el embarazo, menor es la calidad de los óvulos y mayores son los riesgos de alteraciones genéticas», advierte. Es por ello, dice, que la decisión de preservar los óvulos esté cada vez más extendida entre mujeres que desean retrasar la maternidad. «Muchas deciden preservar sus óvulos porque consideran que aún no ha llegado el momento de ser madres o porque sus circunstancias actuales no son las idóneas, pero saben que van a querer ser madres en un futuro», destaca Rodríguez, que asegura que «el mejor momento para hacerlo es antes de los 35 años, ya que la cantidad y calidad de los óvulos es mayor».

Asimismo, destaca los avances científicos que rodean a la reproducción asistida en los últimos años. «Hace 41 años nació la primera 'niña probeta' en España, y desde entonces las técnicas han evolucionado de manera considerable», destacan desde Quirón. Así, Rodríguez explica que «antes la extracción de óvulos requería una intervención quirúrgica importante y, sin embargo, hoy en día el procedimiento es mucho más sencillo y se realiza en apenas unos minutos».

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