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El árbol de la ciencia

Grasa, cerebro y sociedad

La obesidad modifica la estructura y la función de diversas áreas cerebrales

Domingo, 13 de agosto 2023, 07:25

Los ácidos grasos son vitales para el desarrollo cerebral. El cerebro es un órgano graso. La mielina, que envuelve a las proyecciones nerviosas o axones, es pura grasa. Participa activamente en la transmisión del impulso nervioso, lo que explica que enfermedades hereditarias que afectan al ... metabolismo graso o lipídico cursen con importantes déficits neurológicos. ¿Cómo influye en la función neurológica la grasa que acumulamos en el organismo? El tejido adiposo segrega factores bioactivos con acción beneficiosa o dañina sobre el sistema nervioso: La adiponectina y la leptina ejercen efectos antiinflamatorios y favorecen la neurogénesis y la chemerina, la apelina y la visfatina reducen la muerte neuronal. En la obesidad se alteran estos procesos y se promueven fenómenos de inflamación y degeneración cerebral. Las resonancias magnéticas funcionales de personas obesas constatan una disminución del grosor cortical, menor conectividad entre regiones cerebrales y presencia de lesiones vasculares. Otros cambios se relacionan con el hipotálamo (estructura crítica en el control del apetito), la percepción de sabores y con el sistema de recompensa (los alimentos grasos e hipercalóricos producen placer). Discernir si estos hallazgos son causa o consecuencia de la obesidad es complejo. Se han hallado áreas cerebrales que condicionan el grado de apetencia por la grasa y su estructura o función puede variar de una persona a otra. La obesidad parece impactar de modo distinto en el cerebro de hombres y mujeres. En varones se activan áreas implicadas en la imagen corporal, mientras que en mujeres lo hacen regiones relacionadas con la recompensa. Esto podría servir para personalizar el enfoque terapéutico.

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