Historias de Gipuzkoa
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¿Dónde ponemos el aeropuerto para San Sebastián?El 23 de agosto de 1955 se inauguró el aeropuerto de San Sebastián en Fuenterrabía, con presencia de seis ministros franquistas. Pero aquella ubicación al borde de la bahía de Txingudi no sería la única barajada antes ni después para el aeródromo guipuzcoano.
Si Lasarte ... ya había contado con un pequeño campo de aviación, en 1935 el capitán de aviación Francisco Escribano propuso al Ayuntamiento de San Sebastián crear un aeropuerto en el mismo hipódromo de Lasarte, algo que el ingeniero municipal de Obras Públicas descartó: «El Hipódromo de Lasarte no puede ser convertido en Aeropuerto, sin que pierda sus condiciones peculiares para las carreras de caballos».
En los años 40 se movieron por los despachos dos anteproyectos distintos, que buscaban crear el aeropuerto en Irun o bien ubicar la terminal de aviones en Astigarraga, que entonces aún era un barrio de San Sebastián.
En marzo de 1944 las páginas de El Diario Vasco se convirtieron en una tribuna sobre ambas opciones. El 3-III-1944, Iturrioz informó: «Existe más de un proyecto para la construcción del aeropuerto. La Corporación municipal donostiarra estudió el suyo en agosto de 1934 aproximadamente. Desde entonces se ha discutido la conveniencia de situarlo en el primitivo emplazamiento que se le destinó, es decir, en Astigarraga, o realizarlo en los alrededores de Irún, a donde parecían inclinarlo los intereses de Irún y Fuenterrabía».
Destacaba Iturrioz las ventajas del proyecto de Astigarraga: «Hemos de resaltar su situación inmejorable en cuanto a la proximidad con la ciudad, ya que el campo quedaría a sólo cuatro kilómetros de distancia del núcleo urbano de la capital, enlazando a ésta por carretera, ferrocarril y tranvías». La necesidad de añadir el coste de la canalización del Urumea parecía ser la única pega de aquel proyecto que tendría una longitud de un kilómetro y «limitaría al Este con la carretera y el tranvía de Hernani, al Oeste con el camino de Oquendotegui, al Norte con Martutene y al Sur con Ergobia».
A los cuatro días, un colaborador de este periódico en el Bidasoa que firmaba con la inicial N. indicaba en otro artículo que la revalidad entre los posibles aeródromos de Irun y Astigarraga venía de antiguo: «Con el proyecto de aeropuerto donostiarra viene tropezando el de Irún desde que aquel se puso sobre el tapete en 1934; el nuestro data, como se sabe, de 1920, y aquel ha sido la zozobra de éste, haciéndoles muchísimo daño».
Cierto es que ya en 1919 o 1920 la Sociedad Aeródromo de Irun, formada por Ricardo Figueredo Gal, y otras personalidades irunesas se habían dirigido al Ministro de Fomento para solicitar la construcción de un aeropuerto en su localidad, sin éxito.
Destacaba 'N.' el 7 de marzo de 1944 la conveniencia de tener «un aeropuerto fronterizo» y de dejar de enfrentar ambos proyectos. Como es sabido, se impondría la opción de Irun, sin bien su ubicación se desplazaría finalmente unos metros en el proyecto definitivo redactado por Luis Azcárraga y Ramón Iribarren, con lo que pasaría al término municipal de Hondarribia.
Con el aeropuerto de Hondarribia ya en marcha, aún tendríamos que añadir otra posible ubicación más. En 1975, las limitaciones de sus pistas e instalaciones eran patentes y se tantearon cambios. Según informó Puri San Martín en DV el 9 de abril de 1975, «conocidas las deficiencias del aeropuerto de Fuenterrabía, la Cámara de Comercio, la Diputación de Guipúzcoa y el Ayuntamiento de San Sebastián encargaron un estudio técnico para el mejoramiento de este aeropuerto. La conclusión fue que no era interesante la puesta a punto de este aeropuerto. Y mientras se razonaban las dificultades de Fuenterrabía, los técnicos de la OTI descubrieron cuál podía ser el mejor aeropuerto del País Vasco: uno que se construyera en Usúrbil».
Aquella consultora estableció nueve posibles puntos de Gipuzkoa en que instalar un nuevo aeródromo. Eran, con la grafía de la época, «terrenos de Guetaria, Mendizorrotz, Andatxa, Usúrbil, Recalde Berri, Ametzagaña, Ondarrabía, Zumaya y el propio aeropuerto de Fuenterrabía o Jaizkibel».
La opción de Usurbil fue la mejor valorada. Se llegó a hacer un estudio preliminar para que pudiera haber vuelos internacionales allí. Se veía posible realizar la primera fase para 1980, con una pista de 2.100 metros de longitud y un presupuesto de 960 millones de pesetas. En una segunda fase se preveía su ampliación hasta 2.500 metros, «para que en ella puedan operar aviones tipo DC10 y similares en óptimas condiciones». Sin embargo, la idea de cambiar de aeropuerto en Gipuzkoa se perdió entre el final de la dictadura y el arranque de la democracia.
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