Recibimiento a Miguel Primo de Rivera por las autoridades donostiarras y guipuzcoanas. Verano de 1928. Fondo Car-Kutxa Fototeka
Historias de Gipuzkoa

La corte de verano donostiarra de Primo de Rivera

¿Un plácido veraneo en la capital guipuzcoana? 1928, año V de la dictadura

Martes, 3 de octubre 2023, 07:04

Seguramente es una pregunta razonable plantear qué fue del San Sebastián 'Belle Époque' una vez que el golpe de estado del 13 de septiembre de 1923 impuso algo que desde ese día empezó a ser calificado de dictadura. ¿Se esfuma ahí, a partir del octubre ... de hace ahora cien años, esa ciudad Perla del Cantábrico, ese gran casino, ese emporio del lujo y de la vida lujosa para los muy ricos?

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Podría ser. Miguel Primo de Rivera había manifestado desde ese día 1 de la Dictadura que venía a reprimir la inmoralidad de la vida pública. Según su propaganda era un reformista más de los muchos que abundan en esos 'Locos Años 20', como los que en Estados Unidos imponen la 'Ley Seca'. ¿Qué ocurrió pues en San Sebastián a medida que van pasando los años del régimen teóricamente purificador?

La prensa local, una vez más, resulta un observatorio privilegiado para saber de ello.

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La derecha donostiarra más recalcitrante, representada por 'La Constancia', daba su primera plana del 1 de septiembre de 1928 al que describe como «Jefe del Gobierno», «presidente del Consejo, señor Primo de Rivera» y marqués de Estella que, evidentemente, venía a veranear, por quinta vez, a la que ahora es corte de verano de una dictadura.

Esta primera plana indica una absoluta normalidad tanto en San Sebastián como en otras poblaciones guipuzcoanas (Fuenterrabía, Pasajes…) donde los sucesos de 1923 podrían haber causado alguna erosión en cinco años.

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En San Sebastián todas las autoridades civiles y militares donostiarras y guipuzcoanas, recibirán al general en el pequeño jardín del Ministerio de Jornada (desde donde se dirige la nación cada verano, como antes del golpe). Más tarde los periodistas allí reunidos podrán escuchar los cambios de agenda del dictador que, ya subido a su automóvil, se dirigió a ellos -con su proverbial desparpajo- indicándoles que como el ministro de Exteriores británico, Austin Chamberlain, estaba delicado de salud, no le sería necesario desplazarse a Santander para despedirlo, pues no iba a recibir a nadie en su yate. Ni siquiera a su propio cónsul.

Primo de Rivera en el banquete del restaurante pasaitarra Cámara, verano de 1928. Fondo Marín-Kutxa Fototeka

Algo que no impedirá a Primo agasajar al resto del cuerpo diplomático destacado en la corte de verano donostiarra con una comida en el restaurante Cámara de Pasajes y, por otra parte, recibir el homenaje público que la sección guipuzcoana del partido único, Unión Patriótica, pensaba rendirle en la capital.

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Parece pues evidente, al menos para la opinión pública de la derecha guipuzcoana, que el régimen de septiembre de 1923, era bien recibido aún tras cinco años de «cirugía de hierro».

Es más: ese periódico derechista donostiarra comentaba en la página 2 de ese 1 de septiembre de 1928 uno de los grandes logros del régimen, o achacables a él. Como el éxito del autogiro de De la Cierva en el cual se mostraba interesado incluso el gobierno británico…

Nubes en el horizonte

La serpiente republicana en la corte de verano primorriverista

La cara opuesta de 'La Constancia', el diario republicano 'La Voz de Guipúzcoa', que seguía funcionando pese a la dictadura, no concedía al 'presidente' Primo de Rivera su portada de 1 de septiembre de 1928, reservándola a la visita de otro jefe del régimen, Yanguas, que había venido desde Madrid en automóvil, con paradas en Valladolid y Burgos (para ver la catedral) y se interesaba, eso sí, por la inminente llegada de Primo de Rivera a San Sebastián...

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Sólo en la tercera se hablaba del dictador, en términos muy similares a los de 'La Constancia', aunque añadiendo algo sobre la larga sobremesa de la comida en Cámara que el «jefe del Gobierno» alarga hasta las cinco de la tarde…

Miguel Primo de Rivera en Pasajes. Verano de 1928. Fondo Marín-Kutxa Fototeka

En el número de 2 de septiembre de 1928, donde se sigue dando cuenta de las andanzas primorriveristas, el diario republicano, aparte de recordar que el presidente del Gobierno es un general, se mostraba, en principio, igual de comedido que el día 1. E incluso untuoso al relatar la presencia de Primo en las carreras de caballos de Lasarte para después volver al trabajo en su despacho antes de cenar, invitado por los duques de Almenara Alta, en el caserío Epeleko-Etxeberri.

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Sin embargo ese número también mostraba que el veterano diario republicano no se mordía la lengua, pese a estar visado por la censura (al igual que los demás periódicos, incluida 'La Constancia'), como anunciaba en primera plana, y le iba a amargar, algo, ese rutilante veraneo al general. Así reproducía ahí un durísimo editorial de la revista francesa 'Monde' donde se exponía que el Fascismo italiano, aparte de haber vuelto en su política fiscal a imponer cargas dignas de la Edad Media -como la talla- era un auténtico fracaso económico y no tardaría en colapsar, pues sus bonos del estado se rechazaban por doquier e incluso en el Congreso de Estados Unidos se había constatado que eran papel sin valor de mercado… Un tiro por aproximación a la Dictadura primorriverista (ya en dificultades) que nunca negó su similitud con el régimen mussoliniano.

Desplante quizás acrecentado porque en esa misma página, justo al lado del visado de la censura, se citaba un libro sobre el liberalismo indicando la diferencia entre los hombres libres (dotados de derechos) y los esclavos, carentes de ellos…

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Todo esto, en conjunto, desde luego no aplacará la furia del dictador que la descargará implacable sobre ese periódico de la que ahora es su corte de verano.

Miguel Primo de Rivera visita los cuarteles de Loyola. Fondo Car-Kutxa Fototeka

Así la sola publicación de ese editorial de 'Monde' sobre el Fascismo costará al diario republicano donostiarra la suspensión, que no se levantará hasta el día 14 de septiembre y eso sólo por dos razones: la protesta, muy suplicada, de numerosos periódicos españoles -que van desde el monárquico 'ABC' hasta el republicano 'El Sol'- y la propia magnanimidad de Miguel Primo de Rivera que, sin dar su brazo a torcer sobre el ejercicio de la censura que 'La Voz de Guipúzcoa' tenía, en su opinión, bien merecida, accederá a que el recalcitrante diario donostiarra vuelva a salir a la calle pues las peticiones le llegan un 13 de septiembre, aniversario del golpe. Y eso pese a que se había atrevido a publicar, como recuerda Primo de Rivera en su respuesta a los otros periódicos, contenidos que resultaban contrarios a «los preceptos más categóricos de la doctrina del régimen» injuriando a gobiernos y pueblos amigos, que en este caso, obviamente, eran la Italia de Mussolini...

Curiosamente al régimen pareció no importarle que la Prensa donostiarra más afín, como 'La Constancia', entre elogio y elogio a la Dictadura, recordase en su página 3 del 1 de septiembre de 1928 que en España había aumentado el índice de suicidios debidos a una pobreza que, al parecer, se resistía a desvanecerse pese a la supuesta cirugía de hierro primorriverista…

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Esas eran, pues, las consecuencias de la obra del golpe de 13 de septiembre de 1923 en San Sebastián, reconvertida en corte de verano, sine die, del general Primo de Rivera. Nada de extraño pues tendrá que, en apenas dos años, la mayor y más exitosa conspiración republicana contra la Dictadura se firmase en la capital guipuzcoana…

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