Borrar
El cañón 'Rosita', expuesto en Urgull, formaba parte de la artillería del 'Engelen'. Lusa
Un real pecio en aguas de Pasaia
Historias de Gipuzkoa

Un real pecio en aguas de Pasaia

Una investigación revela que el barco que trajo a España a Carlos V antes de acceder al trono se hundió hace cinco siglos en el puerto guipuzcoano

Borja Olaizola

San Sebastián

Lunes, 9 de octubre 2023, 06:47

Todo empezó con 'Rosita', el más popular de los cañones que se exhiben en la Batería de las Damas del donostiarra monte Urgull. La soberbia pieza de artillería extraída en 1937 del fondo del puerto de Pasaia llamó en 2006 la atención del historiador Javier López Martín mientras recopilaba información para realizar su tesis doctoral en Londres. La inscripción en un dialecto alemán que se puede leer en su caña –«Me llamo Rosita traigo muerte y parálisis en el año 1509 me ha fundido Hans Vastenone esto es verdad»– no hizo sino acrecentar su interés.

Concluido su trabajo académico, realizó varias pesquisas hasta que dio con inventario de artillería del siglo XIX que le permitió empezar a tirar del hilo. Después de realizar consultas en archivos de media Europa, el historiador descubrió que 'Rosita' era uno de los cañones de la embarcación que trasladó por primera vez a Carlos de Habsburgo a España antes de ser designado rey. Un poderoso buque de guerra llamado 'Engelen' que pertenecía al rey Christian II de Dinamarca y que terminó hundido en el puerto de Pasaia después de un incendio que muy probablemente fue provocado.

Reproducción del 'María', barco gemelo del 'Engelen'.

Tras la muerte de Fernando el Católico en 1516, su nieto Carlos de Habsburgo estaba llamado a convertirse en el heredero de los reinos de Castilla y Aragón. El infante, primogénito del matrimonio entre Felipe el Hermoso y Juana I de Castilla, apartada de la corona por sus supuestos problemas mentales, era entonces apenas un adolescente que se había criado en el extranjero y que no dominaba el español. El cardenal Cisneros, que era su principal valedor, le urgió a que viniese cuanto antes a Valladolid para tomar posesión del reino y de paso desactivar a los partidarios del infante Fernando, su hermano, que había sido educado en España y contaba con sólidos respaldos internos para ocupar el trono. Carlos se preparó así para un viaje singular que, según escribió el historiador Claudio Sánchez Albornoz, fue uno de los tres que cambiaron la historia de España y el mundo junto al de Tarik en el año 711–invasión musulmana de la península– y el de Colón en 1492 –llegada a las costas de América–.

Un buque de guerra

El trabajo de López Martín, que publicó posteriormente el libro 'El primer viaje de Carlos de Habsburgo a España y el hundimiento del Engelen', ha sacado a la luz que Carlos pidió prestado al rey Christian II de Dinamarca uno de los buques insignia de su flota para trasladarse a España. El monarca danés, que acababa de casarse con la hermana de Carlos, la infanta Isabel de Austria, accedió y puso a su disposición el 'Engelen', un buque de guerra de dimensiones considerables para la época que tenía además un gemelo, el 'María'. Ambas naves, con tres puentes y cuatro palos, desplazaban unas 1.500 toneladas y tenían 35 metros de eslora y 13 de manga.

Engalanado como un buque-trono, el 'Engelen' partió el 7 de septiembre de 1517 de Flandes con rumbo a Laredo al frente de una flota de 42 naves en la que viajaban el príncipe Carlos y su séquito. Una fuerte tormenta en el Golfo de Bizkaia dispersó la flota, que terminó recalando frente a la pequeña localidad asturiana de Tazones.

La localidad asturiana de Tazones conmemora todos los veranos la llegada del monarca.

Fue allí donde el infante pisó por primera vez suelo peninsular. Carlos inició un periplo por tierras cantábricas a la espera del momento más oportuno para presentarse en la corte de Valladolid mientras la flota buscaba refugio en las aguas más protegidas de Santander. El todavía príncipe tenía claro que el 'Engelen' no era un barco cualquiera, así que ordenó que se le asignasen 37.000 maravedíes a un capitán pasaitarra, Esteban de Trincher, para que se hiciese cargo de la carraca y la llevase a Pasaia con el fin de reparar los daños que había sufrido en la singladura. La nave arribó el 24 de octubre de 1517 al puerto guipuzcoano para ser sometida a una completa revisión que contemplaba entre otros trabajos la sustitución de la arboladura y el calafateado del casco.

¿Incendio intencionado?

Carlos, mientras, consiguió su propósito y fue proclamado rey en Valladolid después de jurar ante las Cortes. El recién coronado monarca, no obstante, seguía sin fiarse de su hermano Fernando, que conservaba numerosos partidarios debido al recelo que había generado el desembarco de un extranjero en la corte castellana. Aconsejado por su séquito, ordenó que Fernando fuese trasladado a Flandes a bordo del 'Engelen' y transmitió instrucciones al respecto al puerto guipuzcoano. A partir de ahí se inicia una sucesión de acontecimientos que invita a pensar que el incendio y posterior hundimiento de la nave no fue fruto de la casualidad. Así, mientras el 3 de mayo de 1518 el infante Fernando hacía etapa en Santander en su desplazamiento a Pasaia, un día después el 'Engelen' se incendiaba y se iba a pique en el mismo puerto. La pérdida fue atribuida a un accidente durante los trabajos de calafateado aunque no cuesta mucho imaginar por detrás la mano oscura de los partidarios del infante Fernando en un intento de frenar su salida del reino.

Carlos V no tardó en reaccionar a la noticia del hundimiento del barco de su cuñado y ordenó desde Zaragoza, a donde se había trasladado para jurar ante las Cortes de Aragón, que se liberasen fondos para recuperar la artillería y cuantos utensilios hubiese en la nave. Se inicia así una operación que permite rescatar 119 piezas de artillería, entre ellas 41 cañones, en la que incluso llegan a participar dos buzos, algo sin precedentes en el siglo XVI. El historiador ha hallado en su peregrinaje por los archivos constancia de unas cuentas que detallan que la remuneración de esos buzos duplicaba a la de los del resto de los participantes en el rescate.

Documento del pleito que enfrentó a la Corona con Hondarribia.

El joven rey, sin embargo, no se conformó con recuperar los enseres y dio instrucciones precisas para sacar a flote la nave. Alegando que el pecio iba a dificultar el tráfico de naves por el puerto, ordenó a San Sebastián, Hondarribia, Errenteria y Oiartzun que adelantasen fondos para iniciar una operación de extracción del pecio. Se llegó a formar incluso una comisión de expertos para evaluar el coste de reflotar la nave. El presupuesto resultó ser de tal magnitud que los municipios se negaron a cumplir la orden real alegando que debía ser la corona o el propietario del barco los que cubriesen los gastos. Se abrió así un pleito muy complejo en el que también salieron a la luz disputas entre los propios municipios.

Junto al Muguruza

El 'Engelen', en cualquier caso, no llegó a ser reflotado. Lo que sí salió a la luz cuatro siglos más tarde fue uno de sus cañones, el 'Rosita' que se exhibe ahora en Urgull. La bombarda fue extraída en 1937 de las aguas de Pasaia en una operación para reflotar un vapor que había sido hundido con el fin de bloquear el puerto antes de la llegada de las tropas franquistas. La investigación de López Martín ha permitido identificar no solo el buque al que pertenecía el cañón sino también sacar a la luz aspectos desconocidos de aquel primer viaje a España del que luego sería emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Que el 'Engelen' sigue aún en el fondo del puerto no es el menor de esos detalles en la medida en que entraña un desafío de primera magnitud para cualquier aficionado a la historia.

López Martín cree que sería posible localizar restos del navío a pesar de los muchos dragados que desde hace cinco siglos se han realizado en los fondos del puerto. Al fin y al cabo, razona, apenas han pasado 86 años desde el hallazgo del 'Rosita'. El historiador apunta incluso el área donde cree que podría encontrarse la nave, que se situaría en la zona de los pantalones deportivos a la altura de la taberna Muguruza. La localización del 'Engelen' sería desde luego uno de los hallazgos arqueológicos más relevantes del territorio y abriría la puerta a un estudio más detallado del papel que desempeñaron los guipuzcoanos en aquella singladura singular.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco Un real pecio en aguas de Pasaia