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Los hogares afrontan la época de mayor consumo con los ahorros en mínimos

Los hogares afrontan la época de mayor consumo con los ahorros en mínimos

El ahorro de los hogares vascos sigue a la baja, reina la marca blanca, se piden menús cerrados y hay cola en tiendas de arreglos. Eso sí, la alegría para viajar no se resiente... de momento

Patricia Rodríguez y Maider Calvo

Domingo, 19 de noviembre 2023, 06:13

Después de dos años con la lengua fuera, la inflación sigue apretando a los hogares vascos, aunque de manera desigual. Si bien ya no con las cifras récord que arrancaron con la guerra de Ucrania, el alza de precios -el IPC vasco se mantuvo en el 3,5% pero la cesta se encareció un 9% el pasado octubre- ha cambiado la forma de comprar y consumir de (casi) todos los bolsillo.

El reguero de cambios depende de la capacidad económica de cada hogar, pero tras un primer impacto en el que parecía que la subida de precios iba a ser transitoria, la realidad se ha instalado: las familias miran los precios, reducen compras online para controlar gastos, reina la marca blanca y a la hora de salir, los menús se piden cerrados, el postre desaparece y se bebe agua del grifo. Eso sí, se sigue gastando en viajes

Evolución de los índices

El último informe de coyuntura económica del Gobierno Vasco constata un empeoramiento en la confianza de los hogares vascos en este tercer trimestre de 2023, hasta situarse en el momento «más pesimista» del año con una bajada de seis puntos y pasar del -7 al -13. En este contexto, el consumo privado en Euskadi muestra «signos de agotamiento» y la capacidad de ahorro sigue a la baja, según los datos oficiales vascos más recientes, que reflejan también la resistencia de la economía y del empleo en este contexto de incertidumbre, dos fortalezas que están haciendo de contrapeso en la balanza. Eso sí, el ocio sigue primando y la «alegría» a la hora de viajar parece no resentirse... de momento.

¿Cómo hemos cambiado? DV retrata ese impacto y trata de medir cómo llega el consumidor vasco a las puertas de la época de mayor gasto, con el Black Friday ya en marcha y la Navidad a la vuelta de la esquina.

El 'boom' de la marca blanca y las promociones

Alimentación

El 'boom' de la marca blanca y las promociones

Llenar el carro de la compra sigue siendo un dolor de cabeza para muchas familias guipuzcoanas, con subidas que no hacen más que exprimir la cartera mes a mes. El aceite, uno de los básicos en nuestras cocinas, es el rey de la lista, cuyo precio se ha disparado hasta un 46,9% en el último año. La necesidad de ahorrar está empujando a los consumidores a buscar «productos más económicos y ofertas y promociones», según vienen observando de un tiempo a esta parte los supermercados del territorio consultados por este periódico.

En el caso de Eroski, la participación de marca propia en la cesta de la compra ha subido 1,5% entre sus clientes, «que también se fijan y optan más por las ofertas». En otros casos como Hacendado, Auchan o Milbona, lograron en 2022 una presencia del 46% en las compras realizadas en supermercados e hipermercados, según el informe sobre tendencias de consumo de NielsenIQ.

Por otro lado, se ha reducido el tamaño de la cesta de la compra. «Para controlar el gasto, los consumidores acuden más veces a la tienda, pero compran menos cosas en cada ocasión e intentan adquirir artículos más baratos; así, el valor medio de lo que gasta cada cliente en cada acto de compra ha subido relativamente poco, en torno a un 3% en un año, frente al fuerte incremento de la inflación.

El canal online se mantiene estable, aunque hay un incipiente trasvase de compra hacia la tienda física por el propósito de controlar el gasto», aseguran desde Eroski.

Con la campaña navideña en el horizonte, que es la que concentra más gasto en alimentación, se dispara la guerra de las promociones y ofertas. Según el informe del comparador de precios online Idealo sobre 'Ahorro y Consumo 2023', el 71% de los clientes presta más atención a las ofertas y productos rebajados; el 54% compara los precios en diferentes tiendas; el 47% compra más productos de marca blanca y el 46% utiliza cupones de descuento.

La cadena de supermercados Primaprix reina en esta categoría, una especie de 'outlet' de primeras marcas de gran consumo que cuenta ya con un centenar de tiendas, dos en Donostia. La cadena se abastece de productos descatalogados, excedentes de fabricación de las marcas o artículos con problemas de etiquetado y ofrece descuentos y promociones de hasta el 80% en alimentación, productos de perfumería y cosmética o de higiene personal.

Vender ropa para arañar ingresos

Ropa de segunda mano

Vender ropa para arañar ingresos

El alza de precios, junto con una mayor conciencia medioambiental, están impulsando el mercado de ropa de segunda mano, una tendencia en auge a la que las grandes firmas como Inditex se están subiendo al carro -ZARA anunció que sacará una plataforma de venta de ropa de segunda mano para finales de este año-. La proliferación de plataformas y aplicaciones como Vinted, Wallapop o It Closet han provocado un cambio en los hábitos de consumo y vender y comprar ropa de segunda mano empieza a convertirse en una opción más.

Otra alternativa es acudir a tiendas físicas, como Micolet, que empezó como tienda online y ha desembarcado a pie de calle en Donostia, el pasado marzo, donde se pueden adquirir miles de productos «desde 0,25 euros, como un pañuelo en rebajas, hasta los 1.770 euros por un bolso de Hermès». La reventa de ropa permite ahorrar y sacar «un dinero extra», (los precios fijados van en función de la temporada, el uso, la marca, el precio original y las características concretas de la prenda); además de «ser sostenibles con el planeta y encontrar prendas exclusivas», según afirman desde la marca. Precisamente estos tres aspectos son las razones que impulsan a su clientela (cuentan con 3,5 millones de usuarios online) a comprar ropa de segunda mano.

Desaparecen las barreras

La pandemia supuso un punto de inflexión para esta firma, cuando notaron el empuje de las ventas. «Triplicamos el volumen de negocio y sigue en aumento. Quiere decir que la gente está optando por la 2º mano, tanto para comprar, porque es económico y sostenible, como para vender: conseguimos más espacio en casa y unos ingresos extra», señalan desde Micolet, al tiempo que afirman que «las barreras en torno a la segunda mano están desapareciendo».

Una clienta mira varias prendas de segunda mano en la tienda Micolet, en el centro de Donostia. Estrada

Desde Koopera, la red social de cooperativas y empresas de inserción vinculadas a Cáritas, destacan que «efectivamente los hábitos de consumo han cambiado y cada vez más personas tienen interiorizada la segunda mano como una alternativa de compra -al año procesan alrededor de 18.000 toneladas de ropa donada-. También el perfil es otro. «Hace unos años era el de una mujer de entre 45-65 años y en los últimos análisis realizados en nuestras tiendas -4 en Gipuzkoa- hemos visto como 1 de cada 3 clientes de las Koopera Store ya tienen menos de 30 años. Es sin duda un indicador claro de que las nuevas generaciones cada vez están más concienciadas con el uso de prendas que han tenido ya una vida». Y el ahorro es claro: «puedes salir de una Koopera Store vestido por no más de 30 euros», indican.

Menús cerrados y adiós al postre

Menús cerrados y adiós al postre

Los hábitos también han cambiado a la hora de sentarse a la mesa: más agua del grifo en vez de embotellada; menús cerrados en vez de la carta; compartir platos o evitar el postre. También el hábito de pedir para llevar las sobras del plato es una costumbre que ha llegado para quedarse, según afirman en los diferentes restaurantes consultados.

Las bebidas suelen engordar la cuenta por lo que, aunque el agua del grifo no siempre se ofrece, cada vez se pide más en los restaurantes, como alternativa al agua embotellada, que puede suponer un buen pellizco en el ticket final. «Se nota, desde que es obligatoria, que los clientes la piden más», dice Mertxe, encargada del restaurante Txinparta. «Además, el pedir para llevar, por ejemplo de las sobras de un pescado, se hace mucho».

Pero no son los únicos cambios detectados cuando uno come fuera de casa. Los menús cerrados han acabado por ganar terreno al menú de la carta hasta tal punto que el propietario del restaurante Aita Mari, Pablo Lara, ha tenido que quitar esta segunda opción, directamente. «Ahora solo trabajo con menú de medio día y de noche porque el 100% eran cerrados y no me compensaba. Antes, con la carta, se pedían un plato sin postre o todo para compartir, una ensalada y una carne para dos con agua del grifo», comenta Lara que observa también que las mesas son mucho más reducidas y los grupos de familias «de 12-15 personas ya no se ven».

El hecho de optar por un plato en vez de un primero y un segundo también es algo que vienen observando en la La Espiga, al igual que la costumbre que se está asentando de «llevarse la botella de vino si no la han terminado».

Colas para los arreglos

Ropa y calzado

Colas para los arreglos

La cultura del usar y tirar parece haber pasado a mejor vida, al menos cuando uno entra en este tipo de comercios de arreglos y reparaciones, donde los artículos que entran viejos y desgastados salen con una segunda vida. La conversación, captada al vuelo, la escuchamos en la tienda Berago de Donostia. 'Traigo estos zapatos, están destrozados pero me da pena tirarlos. ¿Se pueden arreglar?' Las manos de Bernardo Antonio González, llevan 20 años reparando calzados, bolsos, mochilas… y desde su comercio en el barrio de Amara nota «mucho cambio respecto a hace unos años. Este último ha sido muy bueno, estamos con mucho trabajo», comenta este hombre. «Lo que más hacemos es calzado. La gente prefiere arreglarlo antes que tirarlo y notamos que viene más gente joven». Está acostumbrado a reparar todo tipo de materiales y observa cómo el calzado de ahora «es de peor calidad, hoy en día muchas marcas lo fabrican con fecha de caducidad».

Bernardo Antonio González repara el asa de un bolso en su comercio del barrio de Amara. Usoz

Arreglar y reparar es la filosofía que cada vez abanderan más familias frente al 'usar y tirar', según constatan en la tienda Don Arreglo, en el centro comercial Arcco Amara, donde realizan «mucho más trabajo de arreglo que antes, una tendencia que ha ido creciendo de forma progresiva». Con 20 años de experiencia en la capital guipuzcoana, la mayor parte del trabajo la dedican a arreglar rotos y desgastes de pantalones. «El típico agujero que sale en la entrepierna, mucho bolsillo roto y cremalleras de pantalones», enumera su responsable, Marta Prado. «Estamos a tope. A veces las clientas nos dicen 'me cuesta más el arreglo que la prenda', pero les da pena tirarlo y además les supone un gasto más», afirma.

Precios medios de arreglos

en el mercado

Tapa de tacón

12€ el par

Cambiar la suela entera

40€

Estrechar un pantalón

Desde 14€

Cremallera de pantalón

Desde 13€

Coger el bajo

Desde 6€

Roto en entrepierna

Desde 8€

Roto bolsillo pantalón

Desde 8€

Roto manga

Desde 8€

Precios medios de arreglos

en el mercado

Tapa de tacón

12€ el par

Cambiar la suela entera

40€

Estrechar un pantalón

Desde 14€

Cremallera de pantalón

Desde 13€

Coger el bajo

Desde 6€

Roto en entrepierna

Desde 8€

Roto bolsillo pantalón

Desde 8€

Roto manga

Desde 8€

Precios medios de arreglos en el mercado

Tapa de tacón

12€ el par

Cambiar la suela entera

40€

Estrechar un pantalón

Desde 14€

Desde 13€

Cremallera de pantalón

Desde 6€

Coger el bajo

Desde 8€

Roto en entrepierna

Roto bolsillo pantalón

Desde 8€

Roto manga

Desde 8€

Precios medios de arreglos en el mercado

Tapa de tacón

12€ el par

Cambiar la suela entera

40€

Estrechar un pantalón

Desde 14€

Desde 13€

Cremallera de pantalón

Desde 6€

Coger el bajo

Desde 8€

Roto en entrepierna

Roto bolsillo pantalón

Desde 8€

Roto manga

Desde 8€

Viajar a Disney, mejor en temporada baja

Viajar a Disney, mejor en temporada baja

Coger un avión y alojarse en un hotel, ya sea a 500 kilómetros o al otro lado del charco, también es «bastante más caro» que antes de la pandemia. «Un viaje a Nueva York te puede salir un 30% más caro ahora y hasta un hostel ya no baja de los 300 euros;viajar a las capitales europeas cuesta un 15% más, al igual que un viaje a Canarias, entre un 10 y un 15%», afirman desde la agencia B travel de Errenteria. Sin embargo, «hay muchas ganas de viajar, a pesar de la inflación. Creo que la gente no se corta» a la hora de hacer las maletas y «hemos subido las ventas este año una barbaridad».

Desde la agencia Halcón Viajes de Irun no observan grandes cambios a la hora de viajar, no obstante, sí han detectado se mira más el bolsillo para determinados destinos. «Por ejemplo Disney tiene 7 temporadas diferentes y la gente está viendo que si se va fuera de temporada alta, como el puente de Navidad, es mucho más barato».Cabe recordar que casi dos de cada diez de los vascos (18,7%) no puede permitirse irse de vacaciones una semana al año, según la Encuesta de Condiciones de Vida del (INE).

Cabe recordar que casi dos de cada diez de los vascos (18,7%) no puede permitirse irse de vacaciones una semana al año, según la Encuesta de Condiciones de Vida del (INE).

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