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Las previsiones meteorológicas anuncian precipitaciones las próximas horas. Una noticia que es bienvenida entre los aficionados a la micología y la recolección de hongos y setas, que la esperaban como agua de mayo. El golpe de boletus despertó el gusanillo de los recolectores, que sacaron sus cestas y mochilas y emprendieron sus caminatas por los bosques que conocen o por los que escucharon que había en abundancia. La noticia entre lo 'seteros' se extendió como la pólvora y pronto las redes sociales se hicieron eco de las imágenes de hermosos ejemplares y cestas llenas.
Pero, como suele ocurrir, mientras en los bosques de algunos valles de Navarra como Ultzama se registraron grandes cantidades de hongos y setas, en Artikutza todavía esperan ese brote masivo. «De momento, en los bosques ubicados en los terrenos de la finca no ha habido un golpe de hongos, como se conoce popularmente», reconoce el guarda, Ibon Ostolaza. «El año pasado tampoco fue un buen año para los recolectores. No al menos de los que puedes recoger sin gran esfuerzo, aunque no debemos olvidar que cada día se pueden recoger como máximo dos kilos de hongos por persona. Algo que hay que respetar porque, si no, se exponen a una sanción».
Mientras los aficionados a la micología reciben las noticias de que en otras zonas de Navarra hay abundancia de diferentes especies, Ostolaza asegura que «los recolectores habituales en Artiku-tza, los que por esta época del año vienen a diario, son buenos indicadores de si hay o no hay hongo. Ya les conocemos y mantenemos un contacto diario con la mayoría. Si vienen con la cesta medio llena después de pasar toda la mañana, ya sabes que no hay. Son gente que recorre mucho monte y conoce muy bien los mejores sitios para recoger, y si viene tarde y con poco, señal de que no hay».
El guarda de la finca donostiarra reconoce que «siempre ves alguno que otro en las zonas más propensas, ahora también, pero esta temporada de momento no ha habido ese brote con el que disfrutas viendo los hongos rápidamente y sin andar demasiado». Eso no disuade a «muchos que vienen a horas intempestivas. Cada vez más, la gente acude muy temprano con el objetivo de ser los primeros. Vemos las luces de los frontales por las pistas y bosques, es una conducta que se está dando desde hace pocos años».
Ostolaza reconoce que «no nos parece muy lógico que vengan de noche a recoger hongos o setas, porque hacerlo acarrea numerosos riesgos que pueden tener consecuencias, incluso trágicas en el peor de los casos».
La falta de visibilidad puede hacer que la gente se desoriente en una zona boscosa que se extiende por las 3.700 hectáreas con las que cuenta la finca de Artikutza. «En estos momentos, los árboles, en su mayoría hayas y robles, cuentan con mucha hoja, lo que impide que entre la luz del sol. En zonas altas no influye tanto, pero en otras, como el fondo de los valles, cerca de los ríos y riachuelos, se nota más». Además, «muchas veces comienzan a recorrer un bosque sin tener muchas referencias de la zona en la que empiezan a buscar los hongos y al ir mirando siempre al suelo es fácil que la gente se desoriente, tanto en el espacio como en el tiempo». Eso provoca que se pierda la noción de si llevas diez minutos andando o veinte, si has recorrido un kilómetro o 500 metros. Según el guarda, en esos casos «les cuesta situarse y, si no están cerca de una pista forestal, es difícil localizarla». A esto hay que añadir que «cuando la gente se adentra en las zonas más cerradas tiene que tener en cuenta que no hay cobertura, y si no avisa adónde va o por qué zona va a moverse, en el caso de que le ocurriera algo sería difícil localizarle aunque se active el helicóptero. Y a pie no son terrenos fáciles para moverse, y menos portando una camilla».
El guarda donostiarra insiste en la necesidad de avisar siempre de adónde se va a ir. «Ya sabemos que a los recolectores de setas no les gusta decir por dónde van, porque no quieren compartir la ubicación de sus 'txokos'», pero de nada sirve guardar el secreto si se acaba teniendo un accidente. Por ello, recomienda «decir la zona más o menos por donde se van a mover y el tiempo que tienen previsto pasar en el monte. Es verdad que nosotros solemos estar atentos con los coches que aparcan en Eskax y controlamos si se queda algún coche a última hora de la tarde en el parking.
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Muchos suelen ser de los habituales, pero en el caso de que lleve muchas horas y conforme oscurece no aparece sus dueños, comenzamos a activar la alerta. La mayoría de las veces no ocurre nada, pero si por el contrario esa persona ha sufrido un accidente o se ha desorientado, se pone en marcha el protocolo de búsqueda, en el que participan los bomberos voluntarios de Goizueta –al encontrarse la finca en tierras de esta localidad–, Salvamento Navarro, los bomberos de Donostia...». Por lo tanto, mejor prevenir que curar.
Tras la visita por la finca donostiarra, en el parking de la casa del guarda, Iñigo, un pasaitarra aficionado a la micología, asegura que tras varias horas de caminata por la zona de Izu, «he visto muy poco hongo y he podido recoger algún ejemplar de diferentes especies. Me gusta la micología y además de recoger me informo, leo sobre el tema y me gusta acercarme al parque micológico de Ultzama para hablar con los técnicos para aprender. No todo es recoger hongos y setas, también conviene conocerlas, saber cómo cocinarlas...».
Ante la duda de si un hongo o seta es comestible o no, «siempre hay que descartar recogerla, y si lo hacemos, no se debe mezclar con el resto de las que se sabe que son buenas. Lo mejor es acudir a un experto o llevarlas a las oficinas de Aranzadi para que allí nos informen», señala Ibon Ostolaza. «La gente debe ser consciente de que la ingesta de una especie tóxica o venenosa puede provocar graves problemas de salud, incluso la muerte, y es más habitual de lo que creemos. Las confundimos, las comemos, y en no pocas ocasiones la gente acaba en el hospital», subraya el guarda. Cabe destacar que el Departamento de Micología de Aranzadi, junto a la Sociedad Micológica de Portugalete, la Universidad del País Vasco y el Ayuntamiento de Donostia tienen en marcha un nuevo proyecto de investigación sobre los hongos de Artikutza. La investigación comenzó 2021 y tienen previsto finalizarlo este año. Según indican desde Aranzadi, los objetivos concretos que se plantean con este estudio son «inventariar los hongos (macromicetos) de las formaciones vegetales más importantes de la finca de Artikutza; caracterizar las zonas de mayor interés en relación a la diversidad fúngica, tanto taxonómica como funcional; y analizar y valorar especies fúngicas de interés desde el punto de vista de la conservación. De este modo, posteriormente se podrá hacer una propuesta de seguimiento de las posibles especies presentes en las listas rojas europeas, así como diseñar un cuestionario que permita conocer las características socioambientales de los recolectores/consumidores de setas de Artikutza.
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Javier Bienzobas (Texto y Gráficos) | San Sebastián
Iñigo Puerta e Iñigo Puerta
Rocío Mendoza | Madrid y Lidia Carvajal
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