Ignacio Tanco, ingeniero urnietarra que participa en la misión 'Juice'.
Misión europea 'Juice'

Ignacio Tanco: «El lanzamiento del cohete fue una auténtica montaña rusa»

El ingeniero urrnietarra Ignacio Tanco relata cómo fueron los primeros momentos del largo viaje de la nave 'Juice' hacia Júpiter

Javier Guillenea

San Sebastián

Domingo, 16 de abril 2023, 02:00

El cohete despegó mientras los responsables del viaje que la nave acababa de emprender hacia Júpiter contenían el aliento. Desde la sala principal de operaciones ... de la Agencia Espacial Europea de Darmstadt, en Alemania, el equipo liderado por el ingeniero de Urnieta Ignacio Tanco aguardaba su momento de intervenir comiéndose las uñas.

Publicidad

«Este lanzamiento ha sido una auténtica montaña rusa, es un momento de mucha tensión. Las cosas parece que van muy bien y luego encuentras algo y te dices que están yendo muy mal, y después vuelven a estar bien. Es así, para arriba y para abajo durante horas y al final, cuando ves que todo ha salido bien, dices 'menos mal, qué alivio'. Estamos muy contentos y al final los resultados están siendo muy positivos», dice Tanco.

El lanzamiento tuvo lugar el pasado viernes a las 14.14 horas en la Guayana francesa. La sonda 'Juice' inició un viaje de ocho años que la llevará a Júpiter, donde explorará las lunas Ganímedes, Calisto y Europa para descubrir si bajo su superficie helada contienen océanos con capacidad para albergar vida. Los encargados de que esta nave llegue a su destino son los miembros del equipo de Tanco, que se hicieron con el control de la sonda cuando se separó del cohete y su transmisor entró en acción.

«Ya estábamos empezando a mirarnos todos de reojo, cuando apareció la señal del satélite»

Fueron unos minutos de infarto. «Desde que el cohete encendió los motores hasta que nuestro satélite se separó de él pasaron 27 minutos. Desde que la sonda se separó hasta que encendió el transmisor fueron otros cinco minutos y desde que empezó a transmitir la señal hasta que fue visible en la estación que tenemos en la costa occidental de Australia pasaron otros cinco minutos», explica Tanco. «En esos cinco minutos estábamos todos comiéndonos las uñas y diciendo que vaya bien, que vaya bien, hay que tener paciencia, espera un poquito, que ya viene. Estábamos ya empezando a mirarnos unos a otros de reojo y cuando apareció la señal, fue un alivio enorme».

Publicidad

El ingeniero urnietarra habla por teléfono desde el centro de operaciones de Darmstadt. «Solo tengo diez minutos», advierte. En cuanto se acabe la conversación deberá ocupar su puesto para guiar el viaje de 'Juice'. Todavía no ha terminado «la fase crítica» en la que hay que llevar a cabo «las actividades más delicadas», pero ya queda poco. «Dentro de unas tres horas todo estará más tranquilo», asegura.

En el momento en el que contesta a las preguntas (ayer a las 15.30 horas) la nave está a unos 300.000 kilómetros de nuestro planeta. Es la distancia que recorre cada 24 horas. Hoy se hallará a 600.000 kilómetros a esa misma hora. «Cada vez que mandamos un comando tarda un segundo en llegar a la nave y un segundo en volver, pero cada día la distancia se alarga en un segundo luz, así que dentro de poco vamos a empezar a tener paciencia con los comandos porque van a tardar en regresar. Esto no es nada porque cuando lleguemos a Júpiter el retraso de transmisión será de unos 45 minutos en una dirección».

Publicidad

Entre la Tierra y la Luna

Para que llegue este momento será necesario un viaje de ocho años repleto de momentos peligrosos. «El viaje que tenemos por delante es bastante ambicioso. Primero tenemos que volver a la Tierra para hacer una maniobra de asistencia gravitacional. La haremos en agosto del año que viene y va a ser compleja porque usamos por primera vez la Tierra y la Luna. Después, tenemos otra asistencia gravitacional en Venus, que también va a ser difícil porque este satélite no está diseñado para volar cerca del Sol, y tendremos unos márgenes térmicos muy cortos. Luego, vendrán otras dos maniobras en torno a la Tierra. Hasta 2027, que es cuando lograremos alcanzar la suficiente velocidad para lanzarnos a Júpiter, la misión va a seguir siendo bastante delicada, así que tendremos que andar con pies de plomo», dice Tanco.

«Lo peor ya ha pasado», afirma. «A partir de ahora nos espera un trabajo concienzudo. Si logramos mantener todo el control seguro que llegamos». Solo les quedan unos cuantos millones de kilómetros por delante.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad