Imágenes difusas, prueba de ADN sospechosa y un testigo que le exculpa

El propio reo manifestó en una entrevista a este periódico que «estoy condenado por un vídeo borroso».

A diferencia de esta prueba, no han tenido éxito las presentadas por la defensa. Entre ellas, la coartada de que la noche de los hechos Pablo estaba son su novia en otro lugar. O la declaración de un testigo que aseguró que el presunto asesino le confesó en la cárcel que era el verdadero autor de las muertes.

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Según este testimonio, otra persona de origen latino, William Ortiz, habría confesado al testigo que él fue el autor de los asesinatos y le dio algunos detalles de la escena del crimen.

Otra de las «irregularidades» denunciadas por el entorno de Ibar fue la presentación, 20 años después de los hechos, de una traza de ADN de Pablo en la camiseta que utilizó el asesino cuando hasta entonces no había aparecido. Una situación que llevó al padre del preso a empezar a sospechar en 2019 que «se han podido manipular algunas pruebas», máxime cuando, según denunció, «la bolsa enviada a los laboratorios que contenía la camiseta en la que aparecieron las trazas genéticas de Pablo llegó abierta», según le habría revelado la experta que efectuó la analítica.