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m. j. atienza/a. del castillo
Sábado, 20 de febrero 2021
La zona del Bidasoa se mantiene en alerta por el incendio sin control desatado ayer por la mañana entre Bera y Lesaka y que anoche mantenía desplegados a los equipos de emergencia en el lugar para tratar de poner coto al fuego. El avance de las llamas, avivadas por las fuertes rachas de viento, obligó a desalojar a mediodía 38 caseríos de los barrios de Bidasoa y Behobia en Irun, los más próximos a la frontera con Navarra. Desde la carretera N-121-A, que permaneció cortado durante varias horas, se podía atisbar los diferentes frentes por los que avanzaba el fuego, que arrasó 100 hectáreas de monte en terreno de Gipuzkoa y seguía anoche devorando más extensión también en el lado navarro. Las tareas de control de las llamas resultaron muy complicadas debido al vendaval, con rachas de más de 100 kilómetros por hora. El Gobierno de Navarra requirió por la tarde la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que llegó a la zona desde Zaragoza sobre las 18.30 horas. En cambio, los medios aéreos que despegaron desde Torrejón de Ardoz tuvieron que darse media vuelta a solo 13 kilómetros de su destino por el riesgo de las turbulencias a causa del fuerte viento.
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En Gipuzkoa, las alertas saltaron sobre las tres de la tarde, cuando el fuego empezó a avanzar hacia la frontera con el Bidasoa. La Ertzaintza decidió desalojar «por precaución» a 38 caseríos de los barrios de Bidasoa y Behobia, donde se vivieron momentos de tensión por el temor a que se propagaran las llamas hacia las viviendas. Por la tarde, y de forma también preventiva, se desalojaron las ventas de Ibardin y bordas de la zona. No fue preciso evacuar ninguna vivienda en Bera, si bien anoche se vigilaba la dirección del incendio.
Hasta el puesto de control de emergencias se acercaron representantes de la Diputación de Gipuzkoa, entre ellos el diputado general, Markel Olano, y la portavoz, Eider Mendoza. El alcalde de Irun, José Antonio Santano, también siguió el desarrollo del operativo. «Se está haciendo todo lo posible para controlar el fuego pero el viento es nuestro peor enemigo», reflejó el primer edil.
La presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, y el vicepresidente, Javier Remírez, participaron en la reunión del Comité Asesor de Emergencias. A su vez, a través de su cuenta de Twitter, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, expresaba «todo mi cariño a las familias evacuadas y fuerza para los servicios de emergencia, cuya labor se dificulta por el viento». El responsable del Ejecutivo permanecía «atento» ante el incendio «más grave de 2021». Anoche, preocupaban especialmente dos focos en la zona de Biriatou que se reavivaron.
La mayoría de vecinos evacuados decidió pasar la noche en casas de familiares, pero media docena fue realojado en el hotel Aitana, según informaron desde el Ayuntamiento de Irun. También fue habilitado el establecimiento ETH, y también se avisó a Ficoba por si fuera necesario contar con un pabellón en caso de más evacuaciones, indicaron desde Bomberos de Gipuzkoa.
Una de las personas evacuadas es Manuel Obeso, cuyo caserío dista unos 100 metros del restaurante Patrixi. Tras ser evacuado de su vivienda, se trasladó a Hendaia para quedarse en casa de su hijo. «Estaré aquí hasta que me llamen y me digan que puedo volver. espero que sea mañana -por hoy-. La Ertzaintza ha llegado y nos ha dicho que teníamos que desalojar en quince minutos, así que he salido casi con lo puesto. No hemos temido por nuestra integridad física, pero estamos muy preocupados por la casa. No sabemos qué puede pasar con el caserío, está rodeado de árboles y el viento sigue soplando fuerte. Espero que puedan controlar el fuego, volver a casa y verla entera».
El fuego se propagó con gran rapidez y cruzó el río Bidasoa y la N-121-A y avanzó con un segundo frente por el término de Lesaka hacia el límite con Gipuzkoa, que superó a primera hora de la tarde.
Efectivos de bomberos de Navarra y Gipuzkoa continuaba anoche intentando extinguir el incendio. Además de los efectivos de los parques de Oronoz y Cordovilla, junto con los bomberos voluntarios de Bera y Lesaka, también interviente los parques de Bidasoa (Irun), Kosta (Zarautz) y Korosti (Legazpi). Se movilizó el tráiler de puesto de mando compuesto por 10 vehículos y más de 20 personas, según detalló la portavoz foral, Eider Mendoza.
En carretera, agentes de la Policía foral, de la Guardia Civil y de la Ertzaintza ordenaban el tráfico en la N-121-A, a la que accedió un gran número de camiones a pesar de estar cortada al tráfico pesado en Sunbilla y Arre desde las 12 horas para facilitar el tránsito de los vehículos de los servicios de emergencias. En tota, aproximadamente 1.000 camiones habían accedido por vías secundarias por lo que se procedió a desalojarlos.
También se produjeron incendios de menores dimensiones en Bertiz y Narbarte, ya extinguidos; y Erratzu y Amaiur, ya controlados, así como en una zona cercana al monte Larun, pero en suelo francés. Desde el Ayuntamiento de Baztan se avisaba de la «grave situación ante los diferentes incendios fuera de control en la comarca». «Pese a que se ha ampliado la plantilla de bomberos para hacer frente a los incendios, no está siendo suficiente y los helicópteros no pueden tomar vuelo. Si en estos momentos hubiera un accidente o si alguna vivienda se incendiara, no sería posible atender la emergencia debidamente. Se pide a los vecinos que tomen conciencia, las máximas precauciones y que si avistan un incendio nuevo den parte inmediatamente», explicaban.
Durante estas semanas se llevan a cabo las quemas controladas de pastizales en toda la cornisa cantábrica. Se deben desarrollar con el permiso pertinente y en la mayoría de los casos, con presencia de guardas forestales, personal de montes del ayuntamiento y EPRIF, de los bomberos. Sin embargo, a pesar de los avisos de la prohibió en quemar pastos estos días debido al aviso de fuertes vientos, los incendios no han dado tregua poniendo a bomberos, guardas forestales y vecinos en peligro, además de acabar con hectáreas de monte y bosque.
Entre los caseríos evacuados en Gipuzkoa, se encontraba el que alberga el restaurante Patrixi, que tenía 90 clientes en el momento en el que llegó la Ertzaintza para desalojar. «Estábamos con el aforo que tenemos ahora completo», explicaba Koteli Sarasola. «No hemos tenido miedo de que nos pasara algo, porque tenemos buena salida y espacio suficiente para el acceso de un camión de bomberos, pero sí ha habido un poco de tensión. Yo pedía que dejaran a los clientes terminar de comer, porque no se veía peligro, pero entiendo que la Ertzaintza tenía que asegurarse de que no pasara nada y desalojó el restaurante con la comida a medias». Sarasola se quedó en la zona «para controlar los animales, porque aquí hay gallinas, ovejas... y para tranquilizar a los vecinos que me estaban llamando. Pero no me quedo a dormir. Iré a casa de unos familiares».
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